GABRIEL SEGURA, CRONISTA OFICIAL DE ELDA
Malos tiempos para la política española corrían en 1934. La radicalización y violencia se había apoderado del panorama político. Las conspiraciones antirrepublicanas urdidas por los sectores monárquicos eran constantes; las diferencias ideológicas hacía mella entre los partidos republicanos; las diferencias de estrategia política dividían a los sectores moderados y radicales de los partidos; y, los partidos de corte fascista, al estilo italiano, cada vez cobraban más protagonismo, al amparo de la dinámica europea.
En aquel panorama de crispación de la vida política y social, el anarquismo continuaba su lucha violenta para acabar con cualquier forma de estado, independientemente de que fuera monarquía o república.
Hoy hace 86 años, muy lejos de la ciudad de Elda, tuvo lugar un luctuoso suceso que no tuvo repercusión alguna en la ya de por si agitada vida de los eldenses, pero que forma parte de nuestra pequeña historia.
Un 6 de junio de 1934, a la salida de su casa en la localidad vasca de Hernani era asesinado el general Fernando Berenguer en el jardín de su casa familiar “Villa Albernia”, sobre las 21 horas, cuando regresaba de la estación del tranvía junto a su hermana Dolores. Tras cuatro o cinco detonaciones de arma de fuego realizadas por varios individuos que huyeron a continuación en un automóvil, varias de balas alcanzaron al general ya retirado, que falleció a los pocos minutos en el interior de su casa, atendido por su familia.
Por las pesquisas policiales el asesinato fue realizado con pistola automática, de 7’35 mm, estando implicados tres personas. Veinte días mas tarde, el 27 de junio la Guardia Civil detuvo a Emiliano Huertas Rojo, natural de Valencia y de comprobada filiación anarquista, identificándolo como uno de los presuntos asesinos del general Berenguer. Por sus declaraciones, sabemos que estuvo acompañado por otros dos individuos, a los que conoció días antes en el enclave ferroviario de La Encina (Alicante), desde donde marcharon a Madrid, y desde aquí hasta San Sebastián. Únicamente sabía de ellos que uno era de Zaragoza y el tercero era natural de Elda, en Alicante.
Por la posterior investigación policial se supo el asesinato fue fruto de un error al ser confundido el general con su hermano el también general Dámaso Berenguer, quién había sido presidente del gobierno (1930-1931) tras la dictadura del general Primo de Rivera, durante el periodo conocido por los historiadores como la Dictablanda.
Nada sabemos de aquel eldense que participó en el atentado. Desconocemos su nombre, su trayectoria posterior, pues no llegó nunca a ser identificado. Pero que sin duda se convierte en ejemplo del violento activismo del anarquismo eldense que meses antes había protagonizado la huelga general revolucionaria el 10 de diciembre de 1933.
Fuente: https://www.valledeelda.com