Arxiu de l'autor: José Martí Coronado

ANTONIO GASCÓ, NOMBRADO ‘ALCAID 2025’

La Host del Castell Vell concede el título al CRONISTA DE CASTELLÓN, elogiado por la alcaldesa Carrasco que ha destacado su labor y compromiso con la historia de la ciudad.

Begoña Carrasco ha puesto en valor el nombramiento de ANTONIO GASCO SIDRO, CRONISTA OFICIAL DE LA CIUDAD DE CASTELLÓ, como ‘Alcaid 2025’ por parte de la Host del Castell Vell.

La primera edil ha reconocido la trayectoria de GASCÓ, y su papel fundamental relatando las crónicas de la ciudad, “narradas y documentadas con el cariño y los conocimientos sobre Castellón en pro de salvaguardar la historia y hacer que ésta perdure a través de los años”.

Así pues, hoy ha tenido lugar el acto oficial del nombramiento como Alcaid de de la Host del Castell Vell, un acto que siempre se enmarca en la semana de las fiestas fundacionales. Se trata de una distinción que otorga anualmente esta entidad a una persona de alto calado y relevancia en la ciudad.

El acto de investidura, ha contado también con la presencia de los miembros de la Host del Castelll Vell, encabezados por su presidente Ángel Martínez. En éste se le ha otorgado a ANTONIO GASCÓ la faja y el escudo, símbolos y atributos como embajador de la entidad.

Fuente: https://www.castelloninformacion.com

EL HORNO DE XIXONA CON 500 AÑOS DE VIDA

RAMÓN PÉREZ

La revolución comunera, la Armada Invencible, Miguel de Cervantes, la Santa Inquisición. Los «trending topic» del siglo XVI suenan hoy, a lo que son, a algo rancio, de otro siglo. En Xixona apenas queda vestigio alguno de aquella época; una de los pocas huellas es el horno del Raval, toda una reliquia que, pese a su condición, sigue funcionando en la actualidad, unos 500 años después de su instalación.

Escondido entre la laberíntica calle del Raval, en las faldas del casco antiguo del municipio y bajo el baluarte de los restos del castillo almohade construido en el siglo XIII, aparece el forn del Raval de la Peñita, donde atiende María Teresa, absorta en su preparación de dulces típicos (tonyetes, iguales, rotllets d’ou) en plena contrarreloj para llegar a tiempo a la Fira de Nadal que arranca en un par de semanas.

La entrada del negocio, con su inconfundible arco, traslada a su origen, documentado en el archivo de Xixona como de 1568. «Desde entonces está registrado un horno en el número 10 de la calle del Raval», cuenta María Teresa de la Peñita Galiana, propietaria de un local en el que ya despachaba su abuelo, Enrique de la Peñita Jerez, hace casi un siglo. Los papeles revelan que en 1495 ya había un horno en la misma calle, pero no especifica nada más. «Seguramente sería éste, pero bueno, yo digo que como mínimo este horno es del siglo XVI», matiza María Teresa.

Del horno, de origen árabe y que tiene una profundidad de 4,5 metros más otros 3,75 de ancho, se dice que es el más antiguo de toda la Comunitat Valenciana. Está intacto, tal y como se construyó, aunque el establecimiento sí que ha sufrido alguna remodelación obligada. «Hubo unos problemas con Sanidad y se tuvo que reformar algo, había un banco donde la gente se sentaba a cocer y unos techos muy altos, todo eso se perdió», explica con nostalgia María Teresa.

Tiempo después aquella remodelación fue objeto de debate. Cuando Patrimonio se puso al corriente de lo que había pasado, denunció al Ayuntamiento por la pérdida de todos esos detalles medievales, una pérdida irreparable. Su singularidad apenas tiene réplica, quizás sólo haya algo parecido en la provincia de Castellón. Así lo explica BERNARDO GARRIGÓS, CRONISTA OFICIAL DE XIXONA: «Su forma semiesférica, la hilera de piedra de su fisonomía y su sistema de cocción lo hacen prácticamente único. Hay que tener en cuenta que es un horno de leña y construido dentro de un edificio».

Sobre la particularidad del forn del Raval publicó a finales del siglo XX el historiador José Hilarión Verdú Candela. Sus investigaciones concluyeron que el horno del que hay referencia en 1495 es el actual, principalmente por la dificultad que suponía construir un horno. «No parece que ése se demoliera en pocos años y luego se levantara otro, el actual, justo en la misma calle», señala Garrigós, que sin embargo, aclara que todo son conjeturas, conclusiones sin documentación. «Es difícil que fueran dos distintos».

El horno es un de los tesoros medievales con los que cuenta Xixona, aunque el Ayuntamiento todavía no dispone de un catálogo aprobado de todos los bienes patrimoniales con los que cuenta el municipio.

Un noble de propietario

En 1789 el dueño del forn del Raval era el noble Pascual García, miembro de una de las familias más importantes de Xixona de la época. «Esto era habitual, los hornos pertenecían a gente relevante porque para regentarlo era necesaria una concesión real», EXPICA EL CRONISTA BERNARDO GARRIGÓS.

Hay constancia de que durante el mes de noviembre de aquel año revolucionario, Pascual García hubo de dar su consentimiento a la construcción de otro horno en la misma zona, por si aquello le suponía un conflicto de intereses. «El juez dictaminó que se debía notificar la intención de Antonio Colomer de construir un nuevo establecimiento a los dueños de los hornos más inmediatos, Pascual Soler y Pascual García, por si tenían la intención de alegar alguna cosa», recuerda GARRIGÓS.

Tanto García como Soler se opusieron a la construcción del nuevo horno en la calle del Portal de Tibi, en base a un posible perjuicio futuro para sus negocios. Y lo alegaron de esta manera: «Los posibles usuarios de este nuevo establecimiento o son pobres mendigos o jornaleros que rarísimas veces amasan pan en sus casas por comer en las de los dueños, que les alquilan o compran el pan de la taberna o panadería, por lo que poco beneficio obtendría el propietario del nuevo horno».

Sin embargo, aquella rabieta del noble no prosperaría y el litigio, «largo y farragoso», según las noas de GARRIGÓS, acabó con la autorización para el establecimiento del nuevo horno.

La importancia del horno durante siglos fue capital en las localidades, cuyos vecinos llevaban a estos establecimientos alimentos de todo tipo para cocer. La tradición se mantuvo hasta bien entrado el siglo XX, cuando comenzaron a proliferan en las casas los electrodomésticos. «La gente antes de irse a trabajar dejaba el pan que había amasado en casa y luego lo recogía», recuerda María Teresa de la Peñita. Sus abuelos, que regentaron el horno desde principios del siglo XX, marcaban el pan con sellos para diferenciar unos de otros y los vecinos pasaban después de la faena a recogerlo.

No sólo se cocía pan, sino también pimientos, arroz u otros platos diarios. «Recuerdo que mi abuela estaba pendiente del arroz, añadía el agua, era todo un trabajo…», cuenta María Teresa. Todo aquello se multiplicaba en época de fiestas, cuando la gente se volcaba con platos más elaborados como la rostidora o los tantos dulces tradicionales de la zona. «A mí, de niño, me enviaba mi abuela con los rollitos que hacía para cocerlos allí. Los llevaba en la «tabaila» que me ponía en la cabeza», cuenta el periodista Bernat Sirvent, autor de la página web www.madeinjijona.com, un portal referencia que recoge multitud de información actual, histórica y turística sobre Xixona.

Aquellas colas para entrar al negocio fueron una de las estampas icónicas de la Xixona que no volverá y que tan bien recuerda Xixona Antigua, una página de Facebook con más de 3.000 seguidores donde se comparten fotos y recuerdos. Esa tradición de cocer alimentos comenzó a reducirse en la década de los ochenta. «En aquella época mi madre dijo que ya sólo dedicaría dos días a cocer», recuerda María Teresa, que trabaja en el horno del Raval desde que tenía 11 años. Entonces era propiedad de su padre, Antonio de la Peñita Albert. Desde 1994 es ella quien lo regenta. Aparcada la faceta de cocer al vecindario sus productos, continúa la tradición que comenzó su madre: la elaboración de dulces de Xixona con productos naturales, tal y como se hacían cuando el horno vio la luz. «Yo ya no tengo tiempo de darle la vuelta a un pimiento, es que no compensa», se justifica. Sin embargo, mantiene por deferencia varios pedidos en fechas señaladas. Una rostidora, una calabaza, algún corderet… «Es que se nota mucho la diferencia», confiesa.

Leña de almendro

Uno de sus secretos más confesados radica en la calidad de su leña, de almendro y también de limonero. «Aquel olor a comida y a almendra se percibía desde varias calles», recuerda Bernat Sirvent. Al horno, intacto desde su fundación, solamente se le ha añadido un flexo potente para iluminar el interior. «Antes se utilizaba una llama de azufre, recuerdo lanzarlo de pequeña y de pronto la llamarada iluminaba todo el producto», cuenta María Teresa, entre risas. «Luego yo me di cuenta de que eso podría haber sido peligroso, pero nunca pasó nada».

Lo que no ha cambiado ni un ápice son las picardías de un trabajo que se enfrenta al olvido. «Yo tengo 66 años y no sé cuándo me jubilaré, pero no va a haber cuarta generación en la familia que asuma el horno», cuenta María Teresa, mientras apoya la gran pala que saca del horno. Ningún invento, por muchos siglos que hayan pasado, ha suplido a una silla de madera ubicada en medio del paso sobre la que descansa la pala. Las cosas bien hechas no entienden de tecnologías.

El horno del Raval, que si no hay novedad cerrará cuando María Teresa de la Peñita decida parar, tuvo un papel social y humanitario muy relevante durante la Guerra Civil: fue el único que tenía abierto Xixona. Así lo confiesa su actual propietaria y también Bernat Sirvent: «No es una leyenda, muchos de los vecinos lo cuentan».

Fuente: https://www.informacion.es

¿HA LLEGADO LA PRIMAVERA?

ANTONIO LUIS GALIANO PÉREZ, CRONISTA OFICIAL DE ORIHUELA

Probablemente, muchas personas nos hagamos esta pregunta, tal como se está comportando el clima con tanta lluvia y descenso y ascenso de la temperatura. Aunque, hemos de reconocer que, viendo la situación positivamente, se han mejorado las reservas de agua. Y, negativamente, las pérdidas de vidas humanas y muchos daños materiales.

A pesar de ello, la duda se nos mantiene y persiste el interrogante que nos planteábamos. Pues no llegamos a discernir que, a partir del día 20 de marzo, el invierno debía de quedar atrás, y dar paso, bajo un prisma oficial, a la llegada de la siguiente estación del año. Y, reitero lo de oficial, ya que lo del día 20 de este mes lo anuncia el Observatorio Astronómico Nacional que, incluso, nos marca la hora de las 10.02 de ese día, eso sí, en la Península, no en Canarias. Anunciándonos también que la primavera vivirá durante 92 días y 18 horas.

Así que recordemos que teóricamente ya estamos en primavera y, según el refranero, «la sangre altera», debido a la astenia primaveral, la adaptación al nuevo horario y, por qué no decirlo, a que algunos se convierten en faunos perseguidores de ninfas por culpa del cóctel de hormonas de nuestro organismo que casi todas terminan en «cina». Agravándose días después por el dichoso cambio de hora, al tener que adelantar las manillas de reloj en la madrugada del sábado día 29 de marzo al domingo 30, por lo que se nos roban sesenta minutos menos de poder dormir plácidamente, generándonos alteraciones en el funcionamiento de nuestro cuerpo.

Ya sabemos que «la primavera la sangre altera» y, a pesar ello, ha sido protagonista en la pintura como para Botticelli; en el séptimo arte, en varias películas como en la española de 2022 «La consagración de la primavera», dirigida por Fernando Franco e interpretada por Valeria Sorolla, Telmo Irureta y Emma Suárez. La música no ha dejado en olvido a la primavera, teniendo un claro ejemplo en «Las Cuatro Estaciones» de Antonio Vivaldi, que nos descubre la luz pura y cálida de esta estación. Y mucho después con la música fusión house y pop, del grupo argentino The Sacados de los años noventa del pasado siglo, con su tema «La primavera la sangre altera» cuya letra encaja mejor en lo que decíamos de sátiros y ninfas.

Ahora bien, dejemos a un lado hormonas, astenia, lluvia, frío y demás cosas y vayamos a nuestra ciudad, para recordar a algunas personas y hechos que recibieron a la primavera de hace veinte años, o sea en 2005.

En este punto, en primer lugar, deberíamos recordar que se conmemoraba en ese año el ciento veinticinco aniversario del otorgamiento del título de Excelentísimo para nuestro Ayuntamiento, concedido por el Rey Alfonso XII. Lo que se llevó a efecto en uno de los primeros días del otoño, el 28 de septiembre, a tenor de «dar una prueba de Mi Real aprecio a la ciudad de Orihuela, provincia de Alicante, por su importancia agrícola e industrial y aumento de su población, así como por su constante adhesión a la Monarquía constitucional».

En el año 2005, la primavera era recibida en nuestro municipio de Orihuela por 75.009 personas de las que 38.098 eran varones y 36.911 mujeres. Lo que suponía 6.231 más con respecto a las que recibieron a esta estación el año anterior. Y de ellas, eran residentes en Orihuela Costa un total de 19.616, de las que aproximadamente el 88% eran extranjeros, siendo los más numerosos los de nacionalidad del Reino Unido de Gran Bretaña con 8.718.

La más que centenaria Excelentísima Corporación Municipal también recibía a la primavera, estando presidida por José Manuel Medina Cañizares como alcalde del Partido Popular, e integrada por los siguientes concejales/a de dicho partido, teniendo como tenientes de alcalde a Mónica Isabel Lorente Ramón (1º), Paz Chazarra Navarro (2º), Araceli Vilella Mínguez (3º), Manuel Hernández Terrés (4º), Antonio Franco Andréu (5º), Antonio Rodríguez Murcia (6º), Ginés Sánchez Larrosa (7º). Concejales: Antonio Rodríguez Barberá, que era secretario autonómico de la Conselleria de Agricultura, Antonio Lidón Gea, José Antonio Aniorte Grau, David Antonio Costa Botella, Mayte Valero Navarro, Eva Ortiz Vilella.

Partido Centro Liberal: Jesús Ferrández Peñalver, María Nieves Ezcurra Gilabert, José Esquiva Andrés, Esteban Ferrández García, José Francisco Meseguer Murcia, Enrique Lucas Tomás. Partido Socialista Obrero Español: Francisco García Ortuño, Virtudes Sanchís Sánchez, Isidro Hernández Lozano, Fuensanta Durante Martínez. Partido Izquierda-Los Verdes: Monserrate Guillén Sáez.

Lo que hace un total: PP (14), CL (6), PSOE (4), Izquierda-Los Verdes (1).

Aún en invierno, la Honorífica Orden de San Antón de la Ciudad de Orihuela, que estaba presidida por Joaquín Ezcurra Gilabert como maestre de Gobierno, no efectuó ningún nombramiento, suspendiéndose los actos a celebrar en solidaridad a los damnificados por «el tsunami» en Asia, destinándose a los mismos el presupuesto previsto para cubrir dichos actos.

Dos días antes de la Festividad de San Antón, el día 15 de enero, fallecía en Alicante a la edad de 85 años el canónigo de la Catedral de Orihuela, Manuel Cagigal Masiá, abogado de profesión, que cantó su primera misa a los 58 años, siendo nombrado canónigo el 8 de septiembre de 1990, habiendo desempeñado, entre otros, los cargos de párroco de la Iglesia de las Santas Justa y Rufina, secretario de la Cofradía de Nuestra Señora de Monserrate, asesor religioso de la Junta Mayor de Cofradías y Hermandades de la Semana Santa de Orihuela, hermano mayor de la Cofradía del Perdón y de la Hermandad de los Caballeros Cubiertos.

Encontrándonos a unos días de la llegada de la primavera, dentro de las distinciones anuales que otorgaba el Excelentísimo Ayuntamiento, se encontraba por cuarta vez la de «Mujer Oriolana» a través de su Concejalía de Mujer y Bienestar Social, regida por Araceli Vilella Mínguez. Fue distinguida Mercedes González Hernández, directora de la empresa de Jardinería y Floristería Ildo (Integración Laboral de Discapacitados de Orihuela) como Mujer Oriolana 2005. La distinción le fue entregada en un acto celebrado en el Teatro Circo el 7 de marzo, en el que intervino el alcalde, José Manuel Medina Cañizares.

En este año era obispo de la Diócesis Victorio Oliver Domingo que también recibía a la primavera, y que en otoño, el 26 de noviembre, el Papa Benedicto XVI le aceptaba la renuncia por razones de edad, pasando a ser administrador apostólico, hasta la llegada de su sucesor, Rafael Palmero Ramos, que fue nombrado en la misma fecha y tomó posesión el 21 de enero de 2006.

Y también fueron testigos desde sus conventos de la llegada de la primavera las ciento cuarenta y dos religiosas que moraban en Oleza a 23 de marzo, pertenecientes a las siguientes órdenes: Clarisas (Convento de San Juan de la Penitencia), 9 religiosas, en trabajos de formas, planchado y almidonado de ropa. Agustinas (Convento de San Sebastián): 9 religiosas, fabricación de ornamentos y bordados y esporádicamente a duces (pellas). Dominicas (Convento de la Trinidad): 10 religiosas de las que 2 eran novicias y una postulanta, elaboración de dulces (chatos, zamarras, tortadas, dulce de membrillo y de tomates y dulces navideños). Salesas (Monasterio de la Visitación): 11 religiosas, confección de dulces como obsequio en Navidad y bordados (escapularios). Hermanitas de los Ancianos Desamparados (Asilo): 8 religiosas dedicadas a la asistencia de ancianos. Jesús María (San Agustín, San Isidro y San Antón): 9 religiosas en enseñanza y asistencial. Hijas de la Caridad (Patronato San José Obrero): 8 religiosas, labor asistencial y educación de menores. Carmelitas (Casa Madre, Colegio del Carmen y Seminario): 74 religiosas (65, Casa Madre; Colegio del Carmen, 6; Seminario, 3), en la enseñanza y la acción social. Discípulas de Jesús: 4 religiosas, en enseñanza y a la acción social.

Así, estas personas aguardaban a la primavera de ese 20 de marzo de 2005, festividad entre otros de San Juan Nepomuceno. Por nuestra parte, después de 20 años, y al cuarto de día de la misma esperamos dejar el abrigo, la bufanda y el paraguas, y que en Semana Santa no llueva.

Fuente: https://www.informacion.es

FIESTAS Y CELEBRACIONES

HENRI BOUCHÉ, CRONISTA OFICIAL DE BORRIOL

En este mes de marzo hay fiestas y celebraciones que llenan el calendario. Ha comenzado la Cuaresma, pero también afectan, además, las celebraciones que conciernen más directamente a nuestra provincia y Comunitat: las de las Fallas y las de la Magdalena. En ese orden preceden las primeras en localidades de la provincia como Burriana, Benicarló, la Vall d’Uixó y Almenara. En total, 43. Todas, en este momento (miércoles), a la espera de la decisión climatológica, pues, como suele decirse, las señales de agua son. Ojalá nos equivoquemos.

Pero, aquí, además, estas fechas coinciden con la fiestas que Castelló y provincia dedican a Santa María Magdalena con multitud de actos previstos. Son las fiestas fundacionales de tanto arraigo en la ciudad y también en la provincia en la que la profusión de actos es manifiesta: Romeria de les canyes (día 22), Nit Màgica (con la colaboración de Xarxa Teatre), conciertos, actos religiosos (como la ofrenda a la Mare de Déu del Lledó), desfile y encesa de las gaiatas («un esclat de llum sense foc ni fum»), mascletaes, castillos de fuego, etc, etc. Y, como dice, el Pregó de Bernat Artola, «ja el dia és arribat». O, como añade el infantil de Vicent Pau Serra, «vol fer al poble saber… que s’ha complit la tradició». Y eso esperamos un año más. Todo del 22 al 30 de marzo actual.

Es una celebración emblemática que rinde tributo a los orígenes y tradiciones de Castelló con motivo del traslado en 1251 de la ciudad desde la colina de la Magdalena hasta el litoral en el tercer sábado de Cuaresma. Toda la semana, nueve días, las calles se llenarán de música, danza y fiesta para celebrar una de las fiestas más típicas y populares. ¡Magdalena, vítol!

Fuente: https://www.elperiodicomediterraneo.com

HOMENAJE A LA MEMORIA Y A LA PALABRA A TRAVÉS DE LA FIGURA DE VICENT BALAGUER

El cronista de la ciudad será recordado durante las V Jornadas de Memoria Democrática de Dénia.

KEVIN CARRIÓ

La ciudad de Dénia se prepara para rendir homenaje a uno de sus referentes culturales más estimados, el CRONISTA OFICIAL VICENT BALAGUER, en el marco de las V Jornadas de Memoria Democrática, organizadas por el Ayuntamiento. El evento central del tributo será la presentación de una edición revisada de su libro Xiquets dels anys difícils, de la república al franquisme, obra galardonada con el Premi Cultura Popular Marina Alta en 1977.

La cita tendrá lugar el 23 de abril, Día del Libro, a las 19.30 h en la Biblioteca municipal. La edición ha sido coordinada por Rosa Seser, archivera de Dénia, quien ha explicado que el volumen incorpora “una introducción, notas al pie y recursos didácticos” para enriquecer su lectura.

Fuente: https://marinaalta.es

CASTELLÓ, 1945: ASÍ FUERON (Y ASÍ LAS CONTAMOS) LAS PRIMERAS FIESTAS DE LA MAGDALENA

CRISTINA GARCIA

1945 es el año cero de las fiestas de la Magdalena en su formato actual. Es el año que se escribe con letras de oro en la historia de Castelló al ser el ‘padre’ de unas celebraciones que han llegado a sus 80 años en plenitud, señaladas en verde en el calendario de casi toda la ciudad (y casi toda la provincia, podría aventurarme), con ganas de fiesta, de mascletà, de collas, de calle, de tradición y de orgull de pertinença.

1945 marca el inicio de la Magdalena tal y como las conocemos y con unos actos principales, que bien nacieron con ella, o se han ido incorporando. El proyecto de las fiestas de la Magdalena, desarrollado por el alcalde Benjamín Fabregat en 1945, no hizo sino seguir una idea que ya intentaron Salvador Guinot en 1914 y Enrique Ribés en 1926, en el periodo de la dictadura primorriverista, pretendiendo convertirlas en fiestas mayores, según APUNTA EL CRONISTA DE LA CIUDAD DE CASTELLÓ, ANTONIO GASCÓ, y se ve en las páginas de ‘Mediterráneo’ de la época.

El proyecto festero

“Este proyecto despolitizaba el proyecto falangista y militar de que lo fueran las conocidas como de la liberación de Castellón del mes de junio y proscribiendo las centenarias de julio que el grupo republicano había hecho suyas encomiando el mito del Castelló liberal. Es lo que explica el hecho de que en la época se hubiera visto el obelisco del parque de Ribalta, como una especie de monumento republicano y, haciendo caso omiso de su verdadera identidad, se derruyera. Tampoco se estimó oportuno convertir en municipales las fiestas de la Mare de Déu del Lledó por ser de carácter exclusivamante sacro”, EXPLICA EL CRONISTA.

Fue en noviembre de 1944, cuando el consistorio que ancabezaba Benjamín Fabregat aprueba la creación de la Junta Central de Festejos de la Magdalena, presidida por el concejal José Miazza, a cuyo cargo estuvo el diseño un programa de actos para el año siguiente que conoció la aparición los sectores gaiateros, de las figuras de las reinas, damas y madrinas, del certamen literario y del Pregó, un desfile anunciador creado por Manuel Segarra, en el que el ideario histórico y sobre todo el de la potenciación decimonónica de la idea de la provincia, tenían un marcado peso en su desarrollo.

También el valenciano pudo emerger, tímidamente, en los actos públicos, bajo la estricta supervisión de la autoridad civil, a modo de complacencia folclórica, en particular, en el certamen literario. Los premios otorgados al poeta Bernat Artola en 1946 y 1947, el primero por unas canciones con música de Pepe Godes, y el segundo por su poemario La balada del cor distret, suponen un hito que permite que la lengua propia pueda ser usada en los trabajos presentados al concurso poético, en una de las pocas concesiones que permitió el riguroso centralismo de la dictadura, según CITA EL CRONISTA.

Carmencita Abriat, la primera reina

Un año en el que la reina fue Carmencita Abriat Puig, hija de Miguel Abriat, capitán general de la III Región Militar y después presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar, que impulsó importantes ayudas y obras públicas en este territorio. Y como damas tuvo, en la gaiata 1 Plaza Alcázar de Toledo, a Amelín Gimeno Tomás; en la 2 Plaza de la Paz, a Carmencita Grande; a María de los Desamparados Segarra en la 3 Plaza Generalísimo; Elisenda Ribés Segarra en la 4 Calle Navarra; Paquita Martínez Navarro en la 5 Plaza Rey Don Jaime; en la 6 Plaza de la Independencia, Carmencita Jordán; María Luisa Dols Cosín en la 7 Plaza de la Iglesia; Pilarín Sanjuan en la 8 Solar de Santa Clara; Mariita Renau Bueso, de la 9 Plaza de Clavé; Emilieta Gascó Calduch en la 10 Plaza María Agustina; la 11 Plaza de San Roque tuvo a Elvira Sidro López; y Trini Oms Nebot en la 12 Caserío del Grao.

Los bocetos de las “gayatas” (con y) fueron de Vidal, Llopis, Colón, Avinent, Vidal (la 5 y la 8), Escoda, Guallart, Chillida, Sanmillán, Rubert y Artola.

Precisamente en el primer año de las nuevas fiestas, el Teatro Principal contrató cuatro días el espectáculo la famosa Celia Gámez que, por su patente vinculación con la Falange llegaba incluso a tener bula de la implacable censura, con el largo de las faldas a lucir.

Un 1945 que, según se puede ver en el llibret de las fiestas, estaban a punto de abrir los Almacenes Monfort «de paquetería, mercería y géneros de punto, al por mayor y detall» en la plaza del Caudillo (Puerta del Sol), se anunciaba el Hotel Balneario l’Avellà de aguas medicinales en Catí; el Anís Castalia, de las destilerías de Miguel Vidal; los Chocolates Peñagolosa con su dulce de membrillo, y la Librería Hijo de Plácido Gómez era a la vez comercio e imprenta.

Nueve días de fiestas

Las fiestas duraron nueve días, lo mismo que ahora, de sábado a domingo de la semana siguiente, con unos 40 actos frente a los 200 actuales. Cada sector hacía su fiesta, integrándose además al programa oficial, que comenzó con el disparo de carcasa en salva; y acabó con una traca final de fiestas en cada barrio. Vamos, un Inici y un final, que se mantiene desde los inicios de la festa plena, donde la pirotecnia ya tenía su protagonismo, eso sí, no diariamente.

La inauguración de varias exposiciones y la instalación de las gaiatas monumentales en sus emplazamientos marcan el primer día, con una Fiesta de la Caridad y, a las 17.30 horas, inicio de la Cabalgata del Pregón.

Ahí queda la Romería y «reparto de rollos a los romeros pobres» con más historia que nada en la fiesta, y que este año cumple 650 años desde la consueta; un concurso de carros y caballerías, Tornà, Procesión de Penitentes y Desfile de Gaiatas, que empezaba su camino al BIC que celebrará este 2025, 80 años después. Había concurso de escaparates, corrida de bueyes, xarlotada, carrera pedestre, feria de ganadería y festival pirotécnico, carreras de caballos, carrera ciclista, festival folclórico y certamen literario y «un gran partido de fútbol en Sequiol». Y una “extraordinaria corrida de ocho toros de la ganadería de Concha y Sierra para los diestros Pepe Bienvenida, Pepe Martín Vázquez, Vicente Barrera y Rafael Albaicín”.

La primera Junta Central de Fiestas

En esa primera Junta Central de Fiestas estaban, como presidente, José Miazza; José Simón en la vicepresidencia, Carlos Murria de secretario; y, como vocales “un representante de los Cuerpos de la Guarnición”, Salvador Monfort Delmás, José Antonio Pata Galante, Carlos González Espresati Sánchez, César Arredondo Bombón, José Folch Safont; Juan Traver Tomás, Domingo Traver Escrig, Francisco Ruiz Ribelles, Antonio Vié Aicart, Juan Fabregat Sales, José Segarra Enrich, Antonio Pascual Felip, Manuel Sanz Blanco, Luis Rodríguez Bajuelo, Ramón Ripoll Montañés, Eduardo Codina Armengot, Joaquín Fabregat Viciano y Juan Bautista Porcar, además del presidente de la Societat Castellonenca de Cultura. El director de Mediterráneo estaba en el Consejo de Honor.

Nace el ‘Rotllo i canya’

Fue el año, además, y como guinda, de tres de los clásicos musicales populares de las fiestas de la Magdalena. Y fue a raíz de dos concursos, tal y como explica Gascó. Uno, fallado en el certamen literario de la Magdalena de 1945, conoció la victoria de Matilde Salvador en la composición para clarines y timbales de la Marxa de la ciutat. El segundo, celebrado en febrero del año siguiente, fue el marco del que surgieron Rotllo i canya, de José García Gómez, y Castalia, de los hermanos Vicente y Arturo Terol.

La cinta verde vendría mucho después. Para atarlas a las cañas en la Romeria se usaron por primera vez el 16 de marzo de 1952. Y se imprimieron en conmemoración del VII centenario de la fundación, siendo su color una idea mancomunada del erudito cronista provincial Eduardo Codina y de Ángel Sánchez Gozalbo, que lo fue de la ciudad, SEGÚN GASCÓ.

Fuente: https://www.elperiodicomediterraneo.com

EL MANICOMIO DE ELDA

GABRIEL SEGURA, CRONISTA OFICIAL DE ELDA

Un 23 de diciembre de 1891, hace 133 años, la Diputación de Alicante procedía a cambiar el uso del edificio que, desde 1862, había albergado en Elda el Hospital Provincial de Distrito, para convertirlo en el Manicomio Provincial de Alicante.

El edificio del hospital provincial y posterior manicomio estaba situado en lo alto de la loma sobre las que se sitúa hoy en día el barrio Virgen de la Cabeza. Edificio construido en el siglo XVI por don Juan Coloma, señor de Elda, como convento franciscano de Nª Sr. de los Ángeles, y que permaneció con tal fin hasta la nacionalización de los conventos y monasterios españoles en 1836.

Ante los elevados gastos que generaba la red de hospitales provinciales, la Diputación acuerda entre 1885 y 1886 la supresión de los hospitales de distrito de Alcoy, Orihuela y Elda. Frente a los dos primeros, el de Elda se decidió reconvertirlo en Manicomio Provincial, con destino a los dementes pobres de la provincia, ya que esta solución era más rentable que enviar a los enfermos psiquiátricos a establecimientos de otras provincias, como se venía haciendo hasta ese momento.

La disposición gubernativa dada hoy hace 133 años tuvo efecto el 1 de julio de 1892 cuando entró en pleno funcionamiento el Manicomio Provincial de Alicante, en Elda. Aquel establecimiento psiquiátrico, en el que los enfermos eran meramente recluidos en pésimas condiciones higiénico-sanitarias, perduró hasta bien entrado el siglo XX. Será a los escasos seis meses del fin de la guerra civil cuando a finales de septiembre de 1939 el centro psiquiátrico fue trasladado a la Granja-Sanatorio Psiquiátrico Provincial, en la localidad de San Juan de Alicante, actual Hospital Psiquiátrico Provincial “Centro Doctor Esquerdo”. Aún así, el manicomio de Elda no dejará de prestar algunos servicios hasta 1942, siendo demolido en los años posteriores.

Con aquella desafortunada demolición, los eldenses perdimos el último de  los grandes elementos monumentales de nuestro patrimonio: el edificio del convento franciscano. Antes ya habíamos perdido el palacio de los condes de Elda (1866-1886) y la iglesia barroca de Santa Ana (1937).

Fuente: https://www.facebook.com/cronistaoficialelda

SAN JOSÉ Y PETRER

MARI CARMEN RICO NAVARRO, CRONISTA OFICIAL DE PETRER

Hoy, la Iglesia conmemora la festividad de San José que sigue siendo día festivo en la Comunidad Valenciana a pesar de que en otras comunidades autónomas ya no lo es.

En el callejero de Petrer desde inmemorial existió la calle San José ya que así se denominaba a la que en la actualidad es la calle Castelar. Ubicada en el casco histórico arranca de la calle Gabriel Brotons y conduce, después de pasar por la de San Antonio, a la plaza de La Foia. Es paralela a la calle Independencia y Numancia con la que conecta por la plaça de les Ànimes.

La historia y la tradición oral cuentan que el justicia y los jurados de la villa pusieron este nombre al lugar en que se libró el 19 de marzo de 1590 una batalla contra los moriscos, en la que el alcaide del castillo Juan Payá se enfrentó a una sublevación de la población morisca que era mayoritaria en Petrer, venciendo a los que querían asaltar el castillo, dando gracias al santo por la victoria que les había otorgado en su día contra los sublevados.

En 1874, durante la celebración del segundo centenario del Santísimo Cristo, y según consta en el padrón de vecinos de ese año y en el de 1889, era todavía calle San José y en agosto de 1901 ya aparece como Castelar. El cambio se produjo en 1899 a raíz de la muerte de Emilio Castelar, insigne político y orador, que tantos amigos y seguidores tuvo en Petrer y en otros pueblos de la comarca.

Hasta no hace mucho tiempo, en la casa que ocupaba el n.º 9, a la altura del primer piso, entre dos ventanas, se hallaba una pequeña imagen de bulto redondo del santo. Estaba en una hornacina excavada en la pared con moldura rectangular en la parte superior y laterales, y triangular en la parte inferior, con una repisa saliente de azulejos.

En la antigua iglesia de San Bartolomé, en el año 1632, ya existía una capilla dedicada al santo. En esa fecha sólo seis familias ostentaban el patronato de las cinco capillas que había y la dedicada a la advocación de San José correspondía a los Rico. En una sociedad tan profundamente religiosa ejercer el patronato de una capilla era una muestra de distinción. Con motivo de las obras que se realizaron para construir el nuevo templo la imagen del santo se llevó a la ermita de San Bonifacio y cuando se bendijo la nueva iglesia, el 23 de agosto de 1783, regresó a la parroquia. Esta imagen fue destruida, junto a todas las demás durante la Guerra Civil y, tras la contienda, el 16 de junio de 1940 se consagró una nueva. El presbítero petrerense D. Conrado Poveda acompañado de D. Vicente Marhuenda, coadjutor de la iglesia de San Juan Bautista de Monóvar, se trasladó procesionalmente a la casa del industrial Ricardo Villaplana Reig, situada en el Portal, y bendijo la nueva imagen del patriarca, que él y su esposa Josefina Vera habían regalado a la parroquia. Después fue trasladada procesionalmente al templo con asistencia de inmenso gentío, acompañado de las autoridades y de la banda municipal de la villa. La llevaron familiares en andas construidas al efecto y se encuentra en un altar a la entrada de la capilla del Sagrario. Desde 2021 la imagen se coloca en el altar mayor de la iglesia el día de su festividad. También en la iglesia de la Santa Cruz en el lateral del presbiterio se encuentra una imagen del santo.

También tenemos conocimiento de la existencia de la Capellanía de San José, fundada por el licenciado y canónigo de Orihuela, D. Juan Cortés de Marquina, en su testamento ante el escribano de dicha villa José Cambronero, el 16 de febrero de 1705. El capellán poseedor de la capellanía tenía la obligación de celebrar 80 misas rezadas anualmente, 60 en la iglesia parroquial y en el altar de San José y los 20 restantes en la ermita de San Bonifacio. Éstas fueron reducidas por el presbítero D. Conrado Poveda a 60, por ser escasas las rentas y con el fin de que resultasen a cuatro pesetas cada una. La capellanía sobrevivió a la desamortización y a ella pertenecía la casa situada en la calle La Virgen n.º 5, con 3 pisos y una renta de 80 ptas., que se destinaba para morada del capellán que fuera poseedor de la misma. También tierras ubicadas en el Guirney, Hoya de Monfort, la huerta, el cuadro y dieciocho tandas de agua. Éstas últimas, se distribuían en ocho tandas en los turnos de huertas y diez en los de olivares, total dieciocho tandas cada año o en los doce turnos correspondientes. Conocemos el nombre de algunos de los capellanes que estuvieron al frente de la misma entre los que destacan Luis Poveda, el capellà de Monis, hermano del pintor Vicente Poveda (Petrer, 1857- Roma, 1935) y D. Jesús Navarro el Vicari (1900-1992). Desde 1978 la casa perteneciente a esta capellanía es propiedad de la fila Kadirs, la del cuartelillo de la Palmera, de la comparsa Moros Viejos, que la adquirió en 1987 previa autorización del obispado de Orihuela-Alicante.

Un barrio de Petrer también lleva el nombre de San José. Está situado al sur del casco urbano y con esta denominación hay también una avenida y una calle. El nombre de la avenida se aprobó en 1990 y se extiende desde la calle El Campet hasta la calle Barrio San José, camino de acceso al barrio. Esta calle es la más antigua y la que le da el nombre a todo el barrio. En sus orígenes fue una calle familiar, con una treintena de casas, en las que habitan varias generaciones de unas pocas familias. La primera construcción de esa zona fue la vaquería, propiedad de Pansilla en los años 40 del pasado siglo. La siguiente fue la vivienda que levantó Eusebio Martínez Sánchez, natural de Montealegre del Castillo, en la década de los 50, mientras que el resto de la zona eran bancales. El barrio de San José es una zona en expansión y a excepción de la calle San José, todo son viviendas unifamiliares de nueva construcción: bungalows y chalets.

Por lo que respecta a la celebración de esta festividad, sabemos que en los primeros años del siglo XX en la calle San José (actual Castelar) se disparaba un castillo de fuegos artificiales y, por supuesto, en todas las casas en las que había algún Pepe, Pepa, José o Josefa, Josefina, Fina o Fini o María José que por cierto eran y siguen siendo muchas no faltaban los típicos buñuelos de calabaza que todavía hoy se hacen en muchos hogares petrerins y reúnen a las familias para degustar esta repostería típica valenciana que se espolvorea o rebaña con azúcar.

La tradición católica europea conmemora el día de San José el día, el día del padre y desde estas líneas queremos felicitar a todos los padres y a todos los que celebran hoy su santo. Muchas felicidades y que tengáis un buen día.

I hui sol, familia, amics, bunyols, qué més es pot demanar!!!!. Bon dia amics i amigues. A disfrutar.

Fuente: https://www.facebook.com/hashtag/cronistaoficialpetrer

L’OFRENA MÉS SOLIDÀRIA/LA OFRENDA MAS SOLIDARIA

JOSE SALVADOR MURGUI SORIANO, CRONISTA OFICIAL DE CASINOS

Son las doce y cincuenta minutos del día 18 de marzo. He estado contemplando la Ofrenda de Flores a la Virgen de los Desamparados desde las cuatro de la tarde del día 17 de marzo desde diferentes puntos de nuestra ciudad.

En este momento están dejando sus flores a los pies de la Virgen, las Comisiones Falleras de los pueblos afectados por la Dana.

La ofrenda es el acto más arraigado en los corazones de los valencianos. La ofrenda si hubiera que calificarla con una palabra seria <EMOCIÓN>, es el documento que define lo que el corazón calla.

Cuando ha pasado una de las primeras Comisiones Falleras, al subir el Reel a las redes no he podido reprimir la frase: “Ofrenda en el corazón por todos los afectados por la Dana”, porque en la mente de todos está el recuerdo del 29 de octubre.

Las lágrimas han sido la riada de amor de esta ofrenda 2025, porque la solidaridad ha sido la ofrenda de todos a esos pueblos hermanos ahogados por el barro y el agua.

Aquel silencio, hoy son lágrimas a ritmo de ese paso doble universal llamado “Valencia”, aquel horror hoy son flores en una plaza que nos abraza a todos y aquella tristeza, hoy es solidaridad, que deposita en unas flores, la más profunda súplica a la Madre de los Desamparados.

Valencia es grande, fuerte, con capacidad de regenerarse y con la mirada puesta en el cielo, pues la Madre nunca se cansa de amar y aunque la duda nos invada, esa mirada amorosa, nunca nos va a abandonar.

Las Fallas, son el mejor y mas grande tesoro de Valencia, el tesoro que une, el tesoro que embellece a las personas, el tesoro que nos hace diferentes, tan diferentes como todos los trajes que desfilan, qué nunca hay dos igual.

Ofrenda solidaria, ofrenda que nos invita a NO OLVIDAR, ofrenda que solo el pueblo valenciano sabe ofrendar.

Nunca olvidemos que Valencia somos todos y que la emoción es el amor y el recuerdo que un pueblo ofrece a ese pueblo dolido y sufriente y lo hace a los pies de la Mare, de la Mareta, de la Patrona de Valencia, la Verge dels Desamparats.

¡Por todos los pueblos afectados que nunca se sientan olvidados y aquellos que lamentablemente se fueron, descansen en el regazo de la Madre!

Siempre con ESPERANZA. ¡Valencia es tu hora!

Fuente: https://valencia.elperiodicodeaqui.com

JUAN ORTS ROMÁN, EL CRONISTA QUE INMORTALIZÓ EL ALMA DE ELCHE

DANIEL RUIZ PERONA

JUAN ORTS ROMÁN, nacido en Elche en 1898, fue una figura clave en la conservación y difusión del patrimonio cultural de su ciudad. Desde joven mostró un gran interés por las humanidades, publicando su primer artículo con tan solo 13 años. Aunque se licenció en Derecho en Madrid, su verdadera pasión fue la escritura y la investigación histórica, lo que lo llevó a convertirse en CRONISTA OFICIAL DE ELCHE y en una de las voces más influyentes sobre el Misteri d’Elx.

A lo largo de su trayectoria, colaboró con numerosos periódicos y revistas, defendiendo siempre el valor cultural de las tradiciones ilicitanas. Su prolífica obra literaria incluye títulos como Guió de la Festa o Misteri d’Elx y Desventura y misterio de la esfinge de la Alcudia, reflejo de su profundo conocimiento de la historia local. Su firme defensa del Misteri lo llevó incluso a enfrentarse públicamente a figuras como Eugenio d’Ors en un célebre debate sobre la relevancia literaria de la Festa.

Más allá de su faceta como escritor e historiador, Orts Román dejó una huella imborrable en el Huerto del Cura, que heredó en 1940 y convirtió en un jardín de proyección internacional. Bajo su gestión, este espacio recibió la distinción de Jardín Artístico Nacional en 1943 y, décadas después, se integró en el Palmeral de Elche, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2000.

Reconocido por su incansable labor en favor de la cultura, fue Académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y recibió la Encomienda del Mérito Civil. Falleció en 1958 en Orihuela, dejando un legado imborrable que sigue vivo en la memoria de Elche. Por expreso deseo, sus restos descansan en la capilla del Huerto del Cura, el lugar que tanto amó y que convirtió en su gran obra.

Fuente: https://elchecapital.com