Arxiu diari: 7 de febrer de 2021

EL «CULILLO»

Francisco Perez Puche. Foto de Juan J. Monzó

FRANCISCO PÉREZ PUCHE, CRONISTA OFICIAL DE VALENCIA

El «culillo» ya es un término científico. Lo ha acuñado el consejero de Salud de la Junta de Andalucía y alude a los restos, un 20 por ciento aprovechable, que quedan en un frasquito de vacuna del que ya se han extraído cinco dosis. Unas sobras que se podrían utilizar, dicen, si se usaran jeringuillas adecuadas. Nosotros, a la valenciana, diríamos el «culet», ese final que queda en una botella de vino, de aceite, un excipiente, mitad aprovechable mitad poso, que despreciamos por pereza. Siempre queda un «culet» de arroz, unas cucharadas de paella, que se aprovechan hasta el límite si el guiso ha sido excelente. O que se lleva uno a casa si la cantidad ya merece la pena.

Yo he asistido a comidas memorables en las que el anfitrión estimulaba a terminar el arroz con el aviso de que el sobrante «tindrem que tirarlo al cerdo». No era el refinamiento de Buckinham Palace, pero era una realidad pegada al terruño, heredada de las viejas generaciones, realista a más no poder. Y que de alguna manera ha venido a hacerse presente, desde lo más hondo del subconsciente rural valenciano, en esos episodios de vacunación irregular que están alumbrando, aquí y allá, en ambulatorios, residencias e incluso en los antedespachos de algunos responsables: «Señor alcalde, esto mañana ya no sirve: lo hemos de tirar». Y por no llevar la contraria, por dar ejemplo, el electo se arremanga el brazo. «Es un culillo de ná; mientras buscamos a un abuelo ya la tiene usted puesta, señor director general»; y el hombre se deja llevar, vacuna y foto, convencido de que está salvando a la población.

Como siempre hay bobos que lo pregonan, surge el escándalo: se han violado los protocolos. A lo mejor hay gente que piensa que el Jefe del Estado Mayor de la Defensa debe esperar su turno como los demás. Yo, sin embargo, hubiera matizado mucho las preferencias: creo que los conductores del AVE, los operadores de las centrales nucleares, qué se yo, los responsables de las baterías de misiles, son gente que hace un trabajo especial y que, como todos los sanitarios, merecen estar a cubierto antes.

Si lograr vacunas y jeringas para todos es difícil, organizar el cotarro lo es mucho más. ¿Cuándo debe vacunarse un presidente? Cuanto antes, mejor: la comisión de la falla necesita tener seguridad en estos momentos de angustia. Por eso creo, además, que se está pidiendo demasiado al sistema público de salud. Llevar el peso de una pandemia que no cede y añadirle ahora la carga de una vacunación responsable, es demasiado. Quizá está llegando la hora de dar entrada a la sanidad privada, como en otros países. O incluso de empezar a pensar en empresas serias: Mercadona, Consum, El Corte Inglés…

Fuente: https://www.lasprovincias.es

LA ICÓNICA PENYETA DEL MORO DE CULLERA CUMPLE 160 AÑOS

JOAN R.GIMENO

Cullera es una ciudad de leyendas, en la que se cuentan los iconos que la identifican como parte de su historia. Referente indiscutible es el castillo, pero, sin duda, existen otros muchos, como la Cueva del pirata Dragut o la Penyeta del Moro, que, junto con el faro del cabo cullerense, constituyen un icono del frente marítimo valenciano, además de todo un emblema de la capital turística de la Ribera Baixa, hasta el punto de dar nombre propio a una veterana asociación fotográfica local dedicada a recuperar la memoria gráfica de la ciudad.

Como tal símbolo identitario, la Penyeta ha estimulado la imaginación de publicistas y escritores locales. Como, por ejemplo, Lamberto Olivert Espinós, hijo mayor del reconocido poeta Lamberto Olivert Arlandis, autor de un hermoso cuento publicado en el número de 26 de abril de 1924 de la revista Sucrona, que narra la desdichada historia del joven musulmán Magud, quien, habiendo embarcado hacia el destierro forzoso tras la conquista de Jaime I, trastornado al creer ver entre las olas la fantasmagórica presencia de su amada Bibiana, de religión cristiana, se lanzó al mar braceando hasta recalar su cuerpo, ya exánime, en la peña emergente de las aguas de la bahía cullerense, que por esto pasaría a ser conocida con el apelativo ‘el Moro’.

Cierto es, en cualquier caso, que con este mismo nombre, el ‘Moro’, aparece por primera vez grafiada la roca en el conocido plano de la rada de Cullera del Marqués de la Romana, de 1764. Pero, a partir de ahí, se suscitaban dos preguntas que muy a menudo se han hecho vecinos y visitantes de Cullera, pescadores y aficionados a la pesca deportiva, y que hasta hoy permanecían sin respuesta: ¿Por qué y cuándo adquirió la roca su actual fisonomía? ¿Cuándo se levantó sobre ella la columna de hierro que la cubre?

Respuestas de los expertos

Gracias a las averiguaciones realizadas por el investigador cullerense Juan Ripoll y el CRONISTA OFICIAL DE LA CIUDAD DE CULLERA, MANUEL LANUSSE, ahora ya es posible dar a estos interrogantes una contestación convincente y rigurosa, una explicación ajustada a la realidad histórica objetiva, poniendo así punto y final a especulaciones varias y a hipótesis rocambolescas.

«En el contexto de la instauración del moderno Estado liberal, que situó en el primer plano de la acción gubernamental el impulso y desarrollo de las obras públicas, con un protagonismo sobresaliente del recién creado cuerpo de ingenieros», explican Lanusse y Ripoll. «Se aprobó, primero, el Plan General para el alumbrado marítimo de las costas y puertos de España e islas adyacentes, en 1847, que preveía la construcción en Cullera de un faro de tercer orden, y en 1858, el Plan General para el Balizamiento de las costas y puertos de España e islas adyacentes».

Según los citados investigadores, «este último plan, inspirado por el ejemplo de las naciones europeas más avanzadas y de los Estados Unidos, como reconoce explícitamente su memoria justificativa, definió el balizamiento y alumbrado de las costas como un ramo importantísimo del servicio público, y se marcó como propósito fundamental facilitar toda clase de comodidades al comercio y cuantas seguridades sean posibles a la navegación».

Fuente: https://www.levante-emv.com