ANTONIO LUIS GALIANO PÉREZ, CRONISTA OFICIAL DE LA CIUDAD DE ORIHUELA
En el mes de octubre de 2002, el entonces presidente del Gobierno José María Aznar ponía en Picassent la primera piedra de las obras del proyecto Madrid-Levante para unir con alta velocidad la capital de España con la Comunidad Valenciana y la Región de Murcia.
Con anterioridad a esa fecha, el 14 de abril de 1989 se celebraba en Orihuela las I Jornadas Económico-Empresariales de la Comunidad Valenciana, que pasó a ser denominada como la “Cumbre de Orihuela”, en la que, entre sus reivindicaciones se encontraba el disponer del tren de gran velocidad entre Barcelona y Murcia, que circularía por las tres provincias valencianas.
Ha transcurrido desde aquel año 2002, poco más de dieciocho años, sin tener en cuenta que desde 1999 se había elaborado por la dirección general de Ferrocarriles del Ministerio de Fomento el proyecto informativo, a fin de que el Ministerio de Medio Ambiente, al que fue remitido el 21 de noviembre de 2003, dictaminase sobre la viabilidad, impacto medioambiental e incidencia de dicha obra.
No es de extrañar que, en diciembre de 2006, tras dar una serie de “tumbos y más tumbos” el proyecto Madrid-Comunidad Valenciana-Murcia, y que meses antes se estimase que llevaba “visos de eternizarse”, se considerase que, en esos momentos, el Ministerio de Fomento no supiese ni cuándo ni por dónde circularía el AVE por la Vega Baja.
Las “cosas de palacio van despacio”, y desde aquella lejana última década del pasado siglo XX, llegamos casi a rozar el primer cuarto de siglo XXI, dejando tras de sí a cuatro presidentes de Gobierno, varios presidentes de la Generalitat Valenciana, unos cuantos ministros, consellers y directores generales, cuatro alcaldes, y varios concejales delegados, cuyas intervenciones al final dieron su fruto para poder decir que “el AVE se posó en Orihuela”.
Este hecho dentro de las comunicaciones por ferrocarril en Orihuela venía a ser el tercero importante en su historia. Recordemos el primero, en 1884, aunque la primera iniciativa para que el “camino de hierro” pasase o se aproximase a Orihuela se produjo el 11 de octubre de 1857 en una reunión celebrada en el Ayuntamiento oriolano a fin de analizar varios proyectos para que el ferrocarril se materializara en Orihuela.
Transcurren veintisiete años, y después del fracaso de cinco iniciativas, el 1 de febrero de 1882, fructificaba el proyecto de la Compañía de Ferrocarriles Andaluces que en menos de dos años concluían las obras. Así, el primer “dragón de fuego que en sus alas lleva los gérmenes de la civilización y del progreso y que guarda en sus entrañas el porvenir, la gloria, la riqueza de los pueblos”, llegaba a nuestra ciudad el 18 de enero de 1884, siendo definitivamente inauguradas dichas obras el 11 de mayo de ese año por el presidente de Gobierno Antonio Cánovas del Castillo, que era hijo del oriolano Antonio Cánovas García.
Después de casi ochenta años, se produce el segundo hito: la llegada del tren Talgo que nos acercaba a Barcelona. Y, tras ello, muchas décadas posteriores se producía un tercer momento importante de la comunicación ferroviaria en Orihuela: ¡Por fin!, en la mañana del 1 de febrero de este 2021, el primer AVE se posaba en nuestra Estación Intermodal que lleva como apellido el nombre del inmortal poeta Miguel Hernández.
Desde que se empezó a valorar que nuestro término municipal y algunos otros de la Vega Baja fueran recorridos por la línea de alta velocidad ha transcurrido mucho tiempo, y no todo fue fácil, ya que se demoraron los trámites administrativos y las obras.
Así como, las reivindicaciones ya no sólo por parte del Ayuntamiento, sino también las de instituciones como la Cámara de Comercio e Industria y las de los vecinos que intentaron que el proyecto elaborado no perjudicase a los intereses de Orihuela, ya que preveía que su paso por Orihuela se efectuaría no soterrado sino en trinchera.
Ante ello, aunque se estimaba beneficioso el paso del AVE por Orihuela, esta última propuesta presentaba daños irreparables en el paisaje, la división del término municipal, graves problemas ante inundaciones y de molesto impacto acústico.
Para apoyar la reivindicación del soterramiento, la Cámara de Comercio e Industria presidida por Juan Cerdán Martínez, en el último trimestre de 2003 inició una campaña de recogida de firmas lográndose 8.128. Era la única forma de que a través de la presión popular de que pudiera reaccionar la Administración.
El Ministerio de Fomento no contestó a estas alegaciones casi tres años después, en agosto de 2007. Así mismo, todos los partidos políticos en el Ayuntamiento de Orihuela adoptaron el acuerdo de que fuera éste quien liderara la defensa del soterramiento. Por otro lado, se creó la asociación “Orihuela sin murallas” que organizó varias manifestaciones y cortes de carreteras. A finales de 2008, se organizó el domingo 21 de diciembre de 2008 una manifestación en la ciudad, en la que participaron entre 12.000 y 15.000 personas, según las fuentes. Pero, en marzo del año siguiente se tuvo noticia que el proyecto era inamovible y el trazado urbano se efectuaría en trinchera.
A partir de aquí, se sucedieron varias reuniones entre el Ayuntamiento y el Ministerio de Fomento a través de Adif y se pactó una situación intermedia: en trinchera cubierta y con total permeabilidad, con los que aproximadamente 1.200 metros de vía atravesaría nuestra ciudad a una profundidad de nueve metros bajo tierra, quedando la cubierta a nivel de la calle, evitándose así la barrera arquitectónica.
Al menos, en parte, se había logrado la reivindicación de que el tramo ferroviario no fuera en trinchera a cielo abierto.
Comenzaron las obras que tuvieron que salvar la pendiente de los tubos del Trasvase, y los sufridores vecinos y usuarios tuvieron soportar trabajos nocturnos, desvíos, cortes de pasarelas, de calles y de accesos a la ciudad, tránsito de grandes camiones con muchas complicaciones en el tráfico, la construcción de una terminal provisional de autobuses y ferrocarril distanciada trescientos metros hacia Beniel desde la Estación Intermodal.
Poco a poco, todo iba llegando a su fin. Sólo restaba asegurar que el AVE tuviera parada en Orihuela, lo cual fructificó gracias a las gestiones efectuadas en los últimos años desde la Alcaldía oriolana.
Finalmente, en la mañana del día 1 de febrero de 2021, el AVE llegaba a Orihuela, siendo inaugurado por el presidente de Gobierno Pedro Sánchez acompañado del ministro Ávalos, estando presentes el presidente de la Generalitat Ximo Puig y el alcalde de Orihuela Emilio Bascuñana Galiano.
Sólo cuatro personas. Sin los medios de comunicación locales y sin público, y recordando aquella multitudinaria primera inauguración de la llegada del “dragón de fuego a Orihuela”, en 1884. La pandemia no dejó acercarse a los oriolanos y no permitió que los sones de la banda de música, sonase como entonces.
El AVE ha llegado a Orihuela, en 2021. Sólo falta gestionar de alguna forma su acercamiento a Orihuela Costa y mejorar el tránsito de cercanías entre Alicante y Murcia. Esperemos que para ello no transcurran tantos años para poderlo contar.
Fuente: https://www.informacion.es