Arxiu diari: 5 de juliol de 2020

DESAPAREIX L’AVE MARIA


Vista de Sagunt en el primer terç del segle XX. lledó

LLUÍS MESA I REIG, CRONISTA OFICIAL D’ESTIVELLA

El 1920 es va iniciar amb l’amenaça de la grip. Ningú no esperava que, 100 anys després, la societat quedara muda per una altra pandèmia que silenciara la societat i no permetera que les lletres de la secció De Cent en Cent acompanyaren periòdicament el lector i la lectora. Sortosament hui, des del record a les persones que no estan o l’han patida, torna a caminar per on es quedà: la primavera de fa 100 anys.

L’arribada de maig del 1920 va estar carregada de conflictivitat social i incidents. Així la festivitat de la Mare de Déu dels Desemparats, amb gran devoció a la comarca, es va suspendre el segon diumenge de maig i es va passar a la tercera setmana del mes, concretament el 18 de maig

Eixe mes va ser notícia a Sagunt la supressió per part de l’Ajuntament de la salutació «Ave Maria Puríssima» als vigilants nocturns. Eren les paraules amb les quals iniciaven el cant de les hores. El corresponsal del Diario Valencia redactava el dia 4 un escrit de protesta per la «sinrazón, inoportunidad e impopularidad» de la decisió. Segons ell, havia estat presa pel regidor Peris Escamilla i fou subscrita amb el seu vot pel senyor Pitarch. Per a l’autor d’eixes línies, este i uns altres motius eren arguments que feien que hi haguera un mal govern municipal. Esmentava, a tall d’exemple, com no funcionava el pesatge del mercat, ja que «seguimos comprando los comestibles faltos de peso». Demanava que la ciutadania mostrara la més enèrgica protesta.

Entre les festivitats religioses comarcals celebrades abans de l’arribada de l’estiu, cal destacar la del Cor de Jesús a Benifairó de les Valls. El 18 de juny va iniciar-se amb un tridu de preparació en el qual van destacar els sermons del rector. El 20 de juny es va fer la missa major. Es cantaren el Ponticalis de Perosi i els motets d’ Eslava, Comina i Giner. De vesprada, es va realitzar la processó pels principals carrers de la població.

L’esdeveniment extraordinari del mes fou l’arribada del nou arquebisbe Enrique Reig Casanova. Procedia de Tarragona, on estava de bisbe, i es dirigia a València per a prendre possessió del càrrec, tal com així explicava el Diario de Valencia el 26 de juny. Va ser rebut en l’estació amb la Marxa d’Infants. L’esperaven els regidors José Escamilla, José Pitarch, Vicente Pallarés. Hi eren el procurador judicial J osé Perichet i els representants del Sindicato Católico Agrícola Albino Ariño i Vicente Monzó. Estaven presents els coadjutors de l’església arxiprestal de Santa Maria Enrique Ruiz Pitarch, Odilón Mateu i José Lerma. Els acompanyaven el beneficiat José Gil Monzó, el capellà de la presó Luis Sancho i el coadjutor de l’església del Salvador Roque Carrera. També van estar presents el rector de Benavites José María Urios i l’alcalde del poble Eduardo Vila Martínez amb la corporació.

Detenció d’Ángel Torrent

El mes de juny va acabar amb la detenció d’ Ángel Torrent. Es va entregar el 28 de juny, després d’haver disparat el dia 21 al veterinari Santiago Vilache Clavel. Este es trobava a l’hospital i el seu estat havia millorat. L’autor de l’atac va entrar en presó.

A principis de juliol es va inaugurar el nou asil de la Mare de Déu dels Desemparats. Però eixa i unes altres notícies formaran part del pròxim De Cent en Cent.

Fuente: https://www.levante-emv.com

LOS REYES

Francisco Perez Puche. Foto de Juan J. Monzó

FRANCISCO PÉREZ PUCHE, CRONISTA OFICIAL DE VALENCIA

De paseo, me tropiezo con una lápida en las Alamedas de Serranos, a la altura de Blanquerías. Inaugurada por Rita Barberá en octubre de 2007, recuerda el 50º aniversario de la riada; y exhibe un mensaje elemental: «A la capacitat del poble valencià per a superar catàstrofes i adversitats».

Riadas, revoluciones, bombardeos, asedios, guerras y… ahora pandemia. Las ciudades pasan por todo, se rehacen en un prodigio de lo que los cursis llaman resiliencia, o sea el coraje y el aguante de toda la vida. Unos valores que se están poniendo a prueba después de tres largos meses de espanto, aperitivo de una dura crisis.

Recuerdo ahora una fecha aterradora: el 26 de marzo. La curva que había que doblegar era todavía una flecha que subía con más de ochocientas víctimas diarias. Encerrados en casa, sabíamos que un cuerpo de sanitarios heroicos estaba dando la batalla de las UCis y los respiradores, y que la enfermedad se cebaba en las residencias de ancianos. Se palpaba el caos y crecía ese sentimiento de abandono que preludia al temor. Sin embargo, en lo más hondo del descontrol de todas las administraciones, los reyes Felipe y Letizia, ese día, hablaron por videoconferencia con Juan Roig, el propietario de Mercadona. Y fue como un bálsamo, al menos para mí. Porque noté que alguien, nada menos que el Jefe del Estado, más allá del frente de los hospitales, se estaba ocupando de las tribulaciones de millones de personas. De todo el pueblo español.

Repasemos fechas: ir al supermercado era una de las pocas cosas que se podía intentar. Y al hilo de aquellos apuros recuerdo con claridad una frase del empresario valenciano, nacida entre el dolor y el humor: «No va a faltar de nada. Hay papel para todos». Roig, esta semana, es protagonista del mejor símbolo de superación y recuperación que tiene la ciudad. Mientras tanto, Benidorm y Valencia, hoy, se disponen a recibir la visita de los reyes Letizia y Felipe. Durante noventa días no han dejado de hablar con docenas y docenas de responsables de la sociedad española, por videoconferencia y en directo. Y han ido a lugares donde las autoridades del Gobierno no han querido ni asomar la nariz enmascarada. El Jefe del Estado, ahora, en cuanto se ha podido, ha iniciado un recorrido regional destinado a inyectar ánimos a todos, pulsar los resortes de la economía y levantar la moral nacional. Como en las historias más trágicas de la literatura, este Rey, no lo dudemos, lleva en su alma problemas y dolores familiares muy graves. Pero está en lo que tiene que estar: cumpliendo con su deber de representante de la Corona: al lado de un pueblo que ha sufrido y ahora tiene que resurgir.

Fuente: https://www.lasprovincias.es

PETRER Y GEORGE WASHINGTON


George Washington, primer presidente de los Estados Unidos y su amigo de Juan de Miralles. El retrato de Miralles es de Charles Wilson Peale, aunque no se sabe con certeza si corresponde al petrerense.

Mª CARMEN RICO NAVARRO, CRONISTA OFICIAL DE PETRER

La figura de Juan de Miralles y Trayllon nacido en Petrer en 1713 es poco conocida por muchos de nosotros, a pesar de que es un personaje histórico de gran calibre y que tuvo una importancia fundamental en el proceso de independencia de los Estados Unidos. Tal día como hoy, el 4 de julio de 1776, se reunieron en Filadelfia 56 congresistas estadounidenses para aprobar la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América en la cual el país proclamó su separación formal del Imperio británico. La redactó Thomas Jefferson con la ayuda de otros ciudadanos de Virginia y en todo este proceso hasta llegar a la firma de la independencia jugó un papel fundamental este petrerense.

La Corona española prestó una gran ayuda a los llamados “patriotas” estadounidenses en su lucha por la independencia de Gran Bretaña de distintas formas: víveres, munición, infraestructura… No son pocas las hazañas de la Guerra de la Independencia americana en las que participaron españoles, cuyas acciones resultaron en muchos casos decisivas para el devenir de la causa de George Washington y las Trece Colonias. Uno de estos españoles olvidado es Juan de Miralles Trayllón que viajó a Cuba en 1740, estableciéndose en La Habana. Desde allí comerciaban con las colonias norteamericanas y, con el paso del tiempo, congenió con los ingleses asentados en lo que hoy es la costa este de Estados Unidos, hasta el punto de que, durante la Guerra de Independencia, formó un servicio secreto que obtenía inteligencia para los “patriotas” mediante espías. Fue el capitán general de Cuba, Diego José Navarro, quien nombró al petrerense embajador para negociar con las Trece Colonias.

Miralles se ganó la confianza y la amistad del que sería primer presidente de EEUU, George Washington. Tal fue la relación que cuando el General se quedó sin fondos para pagar la soldada de su ejército de patriotas voluntarios, Miralles, junto con otros comerciantes, reunió oro por valor de 300 millones de dólares actuales y lo enviaron en barco hasta los territorios controlados por las tropas de Washington.

Juan de Miralles murió, según unos historiadores el 28 de abril de 1780 y según otros el día 30, de pulmonía en la casa de George Washington, donde recibía los cuidados médicos de su esposa, Martha, mientras aún se libraba la guerra de independencia. A su entierro asistió el Congreso de Estados Unidos al completo, como muestra de agradecimiento por la ayuda que prestó el petrerense durante el conflicto armado, que continuó después de su muerte hasta 1783 finalizando con la errota británica en la batalla de Yorktown y la firma del Tratado de París.

Fuente: https://www.valledeelda.com