Arxiu mensual: juny de 2020

EN BUSCA DE NUESTRO MÍSTICO MÁS OLVIDADO


El historiador franciscano Benjamín Agulló, autor del perfil del beato valenciano.

Este 29 de junio de 2020 se cumplen 500 años del nacimiento en Valencia del beato Nicolás Factor, apenas conocido hoy en su tierra, aunque la huella de milagros atribuidos a su intercesión se mantiene viva en algunos pueblos. A muchos les sonará por el nombre de su calle en la ciudad del Turia. Sin embargo, este franciscano que vivió en el siglo de oro de la mística española y fue contemporáneo y amigo de grandes santos, gozó él también de extraordinaria fama de santidad ya en vida por su espiritualidad, su sabiduría y sus éxtasis. Aparte tuvo dotes artísticas. Hoy en PARAULA lo rescatamos del olvido.

FR. J. BENJAMÍN AGULLÓ PASCUAL, O.F.M., CRONISTA HONORARIO

Hace algún tiempo un buen amigo mío me preguntó: “¿Sobre qué columnas apoyaría la vida del Beato Nicolás Factor?” Sorprendido y admirado, a la vez, creo que no tarde un minuto en contestarle. Sencillo, le dije: La de ser VALENCIANO; la de ser FRANCISCANO; la de ser SANTO Y SABIO; y la de ser MÍSTICO. Estas son mis cuatro columnas.

“¡¡¡Magnífico!!!, me dijo, ¿me lo podría explicar?”. Sí, magnífico de enunciar, pero delicado de explicar. No obstante, por usted, lo voy a intentar.

De entrada, y sin esfuerzos, quiero afirmar que es una gloria de Valencia y de la Orden Franciscana, si bien, no suficientemente conocida.

SER VALENCIANO

En Valencia nace, en la feligresía de San Martín, el 29 de junio de 1520, siendo bautizado en la ‘pila de san Vicente’ en la parroquia de San Esteban, por la singular devoción que profesan sus padres, Vicente y Úrsula, al también valenciano san Vicente Ferrer; devoción que fomentará y acrecentará Nicolás Factor. Muy pronto, apenas alcanzada la adolescencia, responderá a la llamada de Dios, consagrándose en la profesión de la vida religiosa, el día 3 de diciembre de 1538, en el convento franciscano Observante de Santa María de Jesús, extramuros de Valencia, donde vistiera el hábito el día 30 de noviembre del año anterior. Cursa los estudios eclesiásticos en el convento de Nuestra Señora del Pino, de Oliva, también de la Observancia, siendo ordenado sacerdote el año 1544, a sus 24 años de edad.

El desempeño de sus ministerios religioso-sacerdotales, se desarrolla principalmente en la región valenciana: Santo Espíritu del Monte (Gilet) -1548-1551-, Chelva -1557-1559-, Val de Jesús, hoy Monte Picayo, (1568), de los que fue Superior. Fundador del convento de Recolección de Bocairente. Fue confesor de varios monasterios de Clarisas: Gandía (1561-1565), La Trinidad, de Valencia (1565) y muchos años más. Incluso de las Descalzas Reales, de Madrid (1571-1575).

A los 63 años de edad, 46 de vida religiosa y 39 de sacerdocio, el día 23 de diciembre de 1583 exhalaba, con postrer suspiro, el ‘sursum corda’, con el que entregaba alma y corazón, al Creador, en el convento de Santa María de Jesús de Valencia, que le viera nacer a la seráfica religión.

SER FRANCISCANO

Ya hemos dicho que el día 3 de diciembre de 1538, en el convento franciscano Observante de Santa María de Jesús, extramuros de Valencia, hizo los votos de su consagración religiosa al estilo de san Francisco de Asís: es decir, en los Franciscanos Observantes.

Los Conventuales diríamos que era el tronco de la Orden y los Observantes un movimiento, de más observancia de la Regla y vida franciscana, como una vuelta a los orígenes y a las fuentes de la Orden. En Valencia tenían los Conventuales su convento, desde los tiempos mismos de la Conquista, en lo que hoy es la Plaza del Ayuntamiento, ocupando todo su perímetro actual. Mientras que Santa María de Jesús está sentado, en plena huerta, a varios kilómetros de la Ciudad. El joven Nicolás Factor, habiendo nacido cerca del convento de San Francisco, va a la huerta en busca de los Franciscanos Observantes, ya que su mismo nombre invita ya a una mayor observancia religiosa. Este ambiente de estrecha observancia, de vueltas a las fuentes diríamos hoy, es el que escoge Nicolás Factor para su vivencia del carisma franciscano.

Dadas sus cualidades, en el desempeño de sus ministerios religioso-sacerdotales, los superiores le encomendarán misiones delicadas y de gran responsabilidad. Definidor Provincial, a la vez que Maestro de Novicios, Guardián de varios conventos. Su humildad le hizo renunciar al cargo de Secretario General de la Orden. Hemos dicho que fue fundador del convento de Recolección de Bocairente. Los Recoletos es otro movimiento de mayor rigor en la profesión de la Regla Franciscana, dentro de la misma Observancia. Diríamos que vivió entre los mejores franciscanos de su época, reputándose “caña vacía”.

SER SANTO Y SABIO

Formado bajo los cánones de la reforma de Trento, es contemporáneo de Teresa de Jesús, Ignacio de Loyola, Pedro de Alcántara, Juan de Ávila, Francisco de Borja, Juan de los Ángeles, Pascual Bailón, Andrés Hibernón, Gaspar Bono, Luis Bertrán, Juan de Ribera, y un largo etcétera, uniéndole una estrechísima y santa amistad a muchos de ellos, especialmente a su conciudadano San Luis Bertrán.

El marco de sus amistades, nos señala el grado de su formación, y la profundidad de su vida espiritual, dentro del ambiente de las escuelas y corrientes teológicas de su época, muy controvertidas, en tantos aspectos. Su acendrada piedad y su saber teológico se vieron favorecidos por su cuidada formación humanística y por su temperamento artístico, por valenciano y por franciscano. Pintor, músico y escritor. Buen poeta, en latín y en castellano. Gran aritmético.

La Real Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia se gloría de tenerlo entre sus profesores beneméritos, y acuñó una medalla conmemorativa, con ocasión de su beatificación. Su obra literaria, no muy extensa, fue recopilada, en gran parte, por el P. José Melió, en los Opúsculos del Beato Nicolás Factor, que publica el año 1797. Es una “sabrosa muestra de la galanura clásica de su pluma, que revestía con imágenes maravillosas sublimes enseñanzas místicas”, en decir del P. Jacinto Fernández.

SER MÍSTICO

Pero pese a las divergencias y desviaciones ideológicas de la época, Nicolás Factor busca, ante todo, servir a Dios y cumplir su santa voluntad, alcanzando, por gracia, ser uno de los varones más extáticos de su tiempo. Eran constantes sus raptos.

La iconografía nos ha legado su imagen, mostrándonos su corazón, casi siempre, con la leyenda “sursum corda”, que simboliza su elevación de miras y cuya expresión le llevaba al arrobo místico, de lo que dan testimonio sus biógrafos contemporáneos. A los 63 años de edad, 46 de vida religiosa y 39 de sacerdocio, el día 23 de diciembre de 1583 exhalaba, con postrer suspiro, el “sursum corda”, con el que entregaba alma y corazón, al Creador, en el convento de Santa María de Jesús de Valencia, que le viera nacer a la seráfica religión. Allí queda la Capilla, donde se veneraban sus restos, con bóveda decorada por López.

Pío VI le declara Beato, con su breve de 18 de agosto de 1786, y Valencia celebra la Beatificación de su preclaro hijo, el año siguiente, con fiestas de iglesia y de calle; con luces y músicas. El entonces arzobispo de Valencia, su hermano de hábito, Fr. Joaquín Company, ordena que se abra una avenida directa, entre campos y caminos, desde la fachada de la Iglesia de Santa María de Jesús hasta las murallas de la Ciudad, convertida hoy en la espaciosa calle de Jesús, para el traslado de los restos mortales del santo fraile franciscano a la santa Iglesia Catedral Metropolitana. Allí será expuesto a la veneración y devoción de los fieles, durante los días de celebraciones festivas, volviendo al reposo de su sepulcro de la iglesia de Jesús, hasta que manos despiadadas lo hicieran desaparecer el año 1936.

Fuente: https://paraula.org

UN FRAILE VALENCIANO

Francisco Perez Puche. Foto de Juan J. Monzó

FRANCISCO PÉREZ PUCHE, CRONISTA OFICIAL DE VALENCIA

En manos de un buen guionista, el diálogo de despedida que sostuvieron el fraile y su madre en el convento franciscano de la Corona, haría llorar a la mitad de los espectadores y enseñaría a la otra mitad lo que era entonces, en la España del siglo XVII, una vocación religiosa que llevaba a ser misionero en la Nueva España. Antonio Margil de Jesús, nacido en 1657 en Valencia, fue ordenado sacerdote a los 25 años y en 1683 lió el petate y se alistó para viajar en la flota que salía de Cádiz. A su madre, viuda y sola en el mundo, le dijo que estuviera tranquila, que la Providencia velaría por ella.

Cuando un fraile -un boticario, un herrero, una moza de servir o un agricultor- se embarcaban rumbo a Veracruz era como si en este siglo formaran parte de una expedición a Marte. Era muy seguro que no se les vería nunca de vuelta; viajar allá era emprender una aventura de muy alto riesgo con un contrato vital firmado para siempre. Pocas bromas, pues. Poca frivolidad con la historia de aquellos hombres y mujeres que viajaban bajo las reglas, riesgos, compromisos, moral y valentía de su tiempo; unos para plantar maíz, otros para hacer carros, otros, en fin, para vivir con los aborígenes y enseñarles a leer. En nueve de cada diez casos, sus historias y vivencias están muy lejos de la explotación y el sojuzgamiento con que hoy vemos las cosas.

Cuando llegaron, el fraile Margil se encontró con el puerto de Veracruz recién asaltado por el pirata holandés Laurence de Graaf, alias Lorencillo, y se puso a curar heridas con pus sin tiempo de preguntar nada. El resto de su vida fue eso mismo: echar una mano, auxiliar en la desgracia y enseñar la cruz vistiendo el hábito andrajoso de San Francisco. Los que no hace mucho lo han calculado, suman, en sus vivencias de misión, unos 30.000 kilómetros hechos a golpe de sandalia, desde Panamá hasta San Antonio de Texas, ciudad que ayudó a fundar casi un siglo antes de que Junípero Serra llegara a la famosa colina del cartel de Hollywood.

Mientras derriban estatuas de frailes aquí y allá, mientras Cervantes y Colón pagan los platos rotos de los abusos de algunos policías de gatillo flojo, fray Antonio Margil de Jesús, bautizado en Sant Joan del Mercat, tiene en Guadalupe una estatua de cuatro metros protegida por el buen gusto de los mejicanos. Y el escritor César Salvo, cronista oficial de Villar del Arzobispo, está empeñado en hacer en Valencia un humilde congreso que dé a conocer aquella figura a los valencianos de hoy. Lo que ocurre es que el coronavirus dichoso ha aplazado al año próximo un proyecto que ahora, cuando la estupidez avanza como pandemia, parece particularmente justo y necesario.

Fuente: https://www.lasprovincias.es

A MI NIETA ADRIANA

ANTONIO GASCÓ, CRONISTA OFICIAL DE CASTELLÓ

Mi nieta Adriana es preciosa. Tiene seis seductores años y una sandunguegría que roba los corazones y no es pasión de abuelo (o tal vez lo sea, no lo sé). Dentro de poco empezará a perder los dientes de leche y a sustituirlos por los que la acompañarán (ojalá que sí) toda su vida. Ese día le colocaremos, debajo de la almohada, la pieza perdida, con el propósito de que la sustituya por algún obsequio, el Ratoncito Pérez. Lo que tal vez no sea tan conocido es que este simpático personaje nació en el Palacio Real.

Cuando se le cayó el primer diente al rey Alfonso XIII, (que pasó de la cuna al trono) su madre, la reina María Cristina de Habsburgo encargó al padre Luis Coloma, autor de las entonces celebradas novelas Jeromín o Pequeñeces, que escribiera un cuento para el monarca sobre este sucedido. El jesuita echó mano de un texto francés del siglo XVIII de la baronesa d’Aulnoy, cuajando un relatillo sobre el rey Buby I (apodo con el que la regente llamaba al niño) a quien practicaron esta ya popular costumbre. Estaba medio adormilado el pequeño soberano, cuando le despertó un ruido y vio a un divertido ratón, con lentes de oro, sombrero de paja, zapatos de lienzo crudo y vestido con levitón quien, tras dejarle un preciado obsequio, le llevó a la entonces popular pastelería Prast, del número 8 de la calle Arenal. Allí le presentó a su familia que vivía en una caja de galletas Huntley, las preferidas del monarca. Seguidamente acompañó al ratón a llevarle un regalo a Gilito, un niño muy pobre que vivía en la calle de Jacometrezo. Buby I quedó muy sonrojado por la miseria de aquella casa. Al regresar al palacio, pensó en Gilito y en todos los niños pobres y resolvió que, a partir de ese momento, reinaría teniendo presente, siempre, a los más necesitados. Y colorín colorado…

Fuente: https://www.elperiodicomediterraneo.com

ASÍ DA GUSTO IR A LA ETERNIDAD

ANTONIO LUIS GALIANO PÉREZ, CRONISTA OFICIAL DE ORIHUELA

A todos aquellos que somos aficionados al cine, nos apetece de vez en cuando volver a visionar películas que, en algún momento, marcaron una época en la filmografía. Esto me sucedió durante la dichosa clausura o políticamente hablando, el fastidioso confinamiento, cuando en una cadena televisiva tuve la suerte de a adentrarme con interés en el celuloide en blanco y negro con el film dirigido, en 1953 por Fred Zinnemann, con el título “De aquí a la eternidad”, en el que la magistral interpretación de Burt Lancaster, Montgomet Clif y Deborah Kerr, nos llevan de la mano a la milicia estadounidense en Hawai en 1941, al boxeo, al amor y al ataque de Pearl Harbor por la Armada Imperial del Japón.

Pero, tal vez, sea el sustantivo “eternidad” uno de los más utilizados en los títulos de películas sólo o acompañado con algún adjetivo o formando parte de alguna frase. Así, en soledad lo vemos relacionado con la muerte, en 1990, cuando un periodista presta su atención en la vida después de fenecer, queriendo salvar su productora televisiva; en 2019, en aquel judío ortodoxo que se asesora de un profesor de ciencias para averiguar el proceso de descomposición del cuerpo de su esposa tras pasar al otro mundo; en 2016, en la coproducción franco-vietnamita en la que se narra la vida de una familia durante un siglo. Por el contrario, “eternidad” aparecerá en otros títulos, como en “Van Gogh, a las puertas de la eternidad” (2018), o en “Un hombre para la eternidad” (1966), en la que nos sitúa en el siglos XVI y en las relaciones entre Enrique VIII de Inglaterra, Ana Bolena y Thomas Moro. Por último, en 1998, en la coproducción greco-francesa-alemana-italiana, “La eternidad y un día” se reflexiona sobre la muerte.

A partir de ella, podríamos llegar a fijarnos en la vida eterna de una persona después de haber emitido su último suspiro.

En esos momentos, en el tránsito hacia la perdurabilidad de la vida siempre es de agradecer el verse y sentirse acompañado, ya no sólo como consuelo para el finado sino también para sus más allegados. Esto, por desgracia no se ha podido llevar a cabo en la situación sanitaria que estamos viviendo, y han sido miles y miles de ancianos y no ancianos los que han tenido que traspasar el umbral hacia la vida eterna en solitario, sin consuelo y sin ningún tipo de auxilio, incluso espiritual.

Esto último no fue lo que le ocurrió a Jayme Morales, escribano público de la Gobernación, Guerra y numerario de los juzgados de Orihuela, que falleció el 31 de agosto de 1774, en la parroquia del Campo de Salinas, perteneciente a la jurisdicción oriolana.

Su cadáver fue trasladado al día siguiente y enterrado por la tarde en la iglesia del Colegio de Predicadores de nuestra ciudad. Este personaje era cofrade mayor de la Cofradía de San Vicente Ferrer de la parroquia de las Santas Justa y Rufina y, por tal razón, fue acompañado en su entierro por los cofrades de la misma portando “velas, guión y linternas”. Como perteneciente a esta corporación le correspondía que se celebrasen en el altar privilegiado del Santo valenciano 12 misas según sus Estatutos, para el descanso de su alma. Pero, el agradecimiento de la citada Cofradía fue aún mayor, ya que dentro de las gestiones que había efectuado durante su mandato, en la junta celebrada el 9 de septiembre del citado año de 1774 y “por señal y expresión de gratitud a la mucho que había contribuido al aumento de la Cofradía en los continuados empleos de cofrade mayor”, concretamente en la ejecución de un retablo para la capilla del Santo, así como por la gran cantidad de limosnas que había recolectado para ello; que se celebrara un aniversario en dicha capilla el viernes 16 de septiembre.

En la mañana de ese día, previo nocturno en la víspera, el clero parroquial de las Santas Justa y Rufina con el concurso de la Capilla de Música de la catedral que cobró dos libras; se efectuó el citado aniversario, cantando la misa Juan Cerdá y Carrover, oficiando de diácono Francisco Tamarit. Para asistir a la ceremonia se congregaron los cofrades, entre los cuales estaba el prior Francisco Pérez Assiain; Francisco Lledó, cofrade mayor en esos momentos; los presbíteros Antonio Jordán y Antonio Cámara; Manuel González Arbona, Luis Leandro Blanch, secretario; Manuel Vergel, Miguel Reyna, Vicente Benito, Antonio López, y otros de número.

Delante del altar se montó un túmulo de tres órdenes paramentado con sus correspondientes luces, cuyo costo fue de 3 sueldos. Sin embargo, la cera que se quemó, tanto en el túmulo como en el altar, procedía de la que disponía la Cofradía para su uso.

El importe total del aniversario fue de 5 libras 11 sueldos, incluyendo el pago al clero parroquial por sus derechos del aniversario, el estipendio por la misa cantada, el toque de las campanas, sacristanes y la limosna de 14 reales por siete misas rezadas.

Así, arropado por sus hermanos cofrades, el cuerpo del escribano Morales fue soterrado y para la salvación de su alma, se vio favorecido en el tránsito hacia la eternidad con varias misas en la capilla del Patrón de su Cofradía.

Tuvo suerte en ello, pues de haber sucedido el óbito durante alguna de las epidemias que, con más o menos frecuencia, asolaban el campo, la huerta y la ciudad de Orihuela, no hubiera podido gozar del consuelo de los suyos y allegados, como ha acaecido a muchos que ya no están entre nosotros. Descansen en paz eternamente.

Fuente: https://www.diarioinformacion.com

MYTILUS Y CYPERUS

Francisco Perez Puche. Foto de Juan J. Monzó

FRANCISCO PÉREZ PUCHE, CRONISTA OFICIAL DE VALENCIA

Aunque escribirlo no me procure amigos, confieso que he vivido sin dolor la suspensión de la noche de San Juan. Es más, he llegado a pensar que la epidemia nos ha regalado la posibilidad de repetir cada año el mismo despliegue policial en aras de liberar a la playa de un espectáculo que iba de mal en peor: desde que a la corporación de Rita Barberá se le ocurrió la peregrina idea de regalar leña al público para evitar que quedaran en la arena los clavos de los palets que las hordas quemaban.

San Juan ya. San Juan, aunque sin Fogueres. Alicante se resigna, el mundo entero es una resignada cadena de cancelaciones y aceptaciones: me quedo sin desfile de la comparsa pero me conformo con verte. Te comería a besos, decíamos antiguamente, cuando incluso estaba permitido hablar con libertad. Te abrazaría, compadre, te daría palmadas en la espalda; pero está prohibido por real decreto ley, algo que no se había visto desde Esquilache. En las discotecas, los empresarios protestan porque el baile ha sido erradicado. Las verbenas de urbanización, aquellos bailongos de San Juan tan estimados por los demógrafos, se caen del calendario con estrépito: el IVAM no es que no molesta a los vecinos este verano, es que en plena primavera despachó a su director, que deja el cargo con el jardín de atrás en fase de recuperación.

Prohibiciones, controles y aquelarres de incumplimiento. Los médicos advierten de los rebrotes y la policía sanitaria cercena el patriótico pasodoble «agarrao» bajo farolillos de papel. No sé cómo decirte que te quiero con este trapo en mitad de la boca. A la gente se le pide una resignación que no siempre tiene, una templanza para la que no ha sido educado. Y hay choques entre impulsos y ordenanzas: ¿cómo vas a regular, reloj en mano, el baño de unas criaturas que han pasado tres meses nadando en el sofá?

Los presidentes autoritarios están siendo censurados por masas sedientas de libertad. Las colmenas de verano van a estallar en asambleas convocadas a toda prisa. Firma aquí: el presidente está echando una ración extra de cloro y mi Vanessa tiene los ojos como tomates. Las fiestas sagradas, los ritos sociales, caen víctimas del virus. Ahora, para admiración de todos, la Fiesta del Orgullo Gay también queda cancelada. Para compensar tanta desgracia, ha llegado el ingenio valenciano en forma de campaña publicitaria: «Molt més que clòtxina i xufa», ha escrito un nuevo padre Mulet, un genio «candidat al Premi de les Lletres». Como cada verano, es hora de sacar a pasear al «Mytilus galloprovincialis» y al «Ciperus esculentus». Son «palabras simpáticas y amables», dice el concejal de turno. Claro que sí: y «moniato» también.

Fuente: https://www.lasprovincias.es

CASINOS Y LA ROMERÍA AL SANTUARIO DE LA VIRGEN DE LA CUEVA SANTA


Romería al Santuario de la Virgen de la Cueva Santa, en 1974

JOSÉ SALVADOR MURGUI, CRONISTA OFICIAL DE CASINOS

En el año 1974 se fundó en Casinos la Cofradía de la Lámpara de nuestra Señora de la Cueva Santa, que en el año 1999 celebró su XXV Aniversario. Esta cofradía nació en Casinos, para abastecer de aceite la lámpara que entonces existía en el santuario para alumbrar el sagrario y la imagen en la cueva, pues entonces se encendían las famosas “velas mariposas” (minetes) que ardían en un cuenco de vidrio donde se ponía agua y aceite para que la lamparilla permaneciera encendida.

El primer año la fiesta se celebró el domingo día 30 de junio, y el día 29 sábado era festivo, pues se celebraba la fiesta de San Pedro y San Pablo. El pueblo estaba ilusionado con hacer una fiesta de Casinos en el Santuario de la Virgen y para ello se organizó una romería que como ahora salió a primera hora de la mañana desde la Parroquia, acompañando la imagen por la Plaza Rosario, Calle Santísima Trinidad, Ayuntamiento y Calle Inmaculada, y con el camión de José Murgui Gabarda y Amparo Esteban Soriano, transportaron durante muchos años, las andas y la imagen de yeso de la Virgen de la Cueva Santa del pueblo de Casinos que trabajaron en el taller – herrería, de los hermanos José Mª y Pascual Cebriá, en la calle Mayor; ya que Pascual fue el fundador de la Cofradía, pero la imagen, faroles y todos los adornos metálicos salieron de ese desaparecido taller que con fragua de fuego y a golpe de martillo, consiguieron presentar la imagen con sus rayos, su campana y sus forjados faroles, para celebrar el evento.

Las Obreras de la Cruz, bordaron un guión de tela para que encabezara la romería. El Cura párroco de Casinos, era Don Ramón Ruiz, y en la hoja parroquial del año XIII Nº 25 en los avisos anunciaba: “En cuanto a la fiesta que Casinos dedicará el domingo próximo a la Virgen de la Cueva Santa, tengan en cuenta lo siguiente: en primer lugar que el horario de Misas aquí en Casinos será por la mañana a las 7,30 y por la tarde a la misma hora; a las 8,30 de la mañana se bendecirá en la plaza la Imagen que ha de presidir la romería, y se dará a conocer el horario y algunos avisos; a continuación se saldrá en procesión hasta las afueras del pueblo y allí se subirá a los autobuses y coches particulares para iniciar el viaje a la Cueva Santa. En el Santuario la Misa se celebrará alrededor de la una.”

Aquellos años, se fletaban seis autobuses, y más de cien coches particulares asistían a esta fiesta, porque era una fiesta y una tradición que Casinos celebraba desde siempre, ya que era costumbre en el mes de septiembre ir en carros y después en tractores a pasar unos días en la Cova Santa. Por fin Casinos consigue tener el último domingo de junio, una fiesta propia, una fiesta para el pueblo y la verdad es que el pueblo se volcó de tal manera que el primer año fue imposible conciliar los horarios, ya que se hizo romería y después de la Misa procesión.

La misa la cantó el coro de las Obreras de la Cruz, y hubo que trasportar la víspera de la fiesta un armónium con un Citroën dos caballos de Pascual Cebriá, para que la Hermana Josefina Salas Panadero, que en paz descase, pudiera hacer sonar las notas para que cantaran las disciplinadas voces blancas que componían aquel coro de niñas.

El Alcalde de Casinos, Juan Narbona puso en conocimiento tanto del Excelentísimo Gobernador Civil de la Provincia, como de las Autoridades de Altura en la provincia de Castellón, los horarios de los actos, y la invitación al Sr. Alcalde – Presidente del Ayuntamiento de Altura para que él y los miembros de la Corporación Municipal, acompañaran a las Autoridades y pueblo de Casinos, en los actos que se celebraron en el Santuario.

Fue una nueva experiencia para Casinos, que cada año fue en aumento, tengamos en cuenta que este año se cumplen cuarenta y seis años de la fundación de la Cofradía; recuerdo que las personas se apuntaban para ir en autobús en la Plaza Mayor en la casa de Vicente Soriano, era una auténtica confusión organizar los autobuses ya que muchas personas buscaban ir en el mismo autobús; los primeros años iba la banda de música de Casinos, pero esa costumbre también cayó en el olvido hasta que se recuperó hace unos años con la presencia de la Banda Juvenil de la U.M.C.

Otros años nos acompañaron autobuses venidos de Belgída, Otos y Palomar, cuando Don Jesús Corbí ejerció su ministerio pastoral en aquellos pueblos; también nos acompañaban pueblos amigos como Albalat dels Tarongers, y otros que acudían del Camp de Morvedre, era un día muy concurrido; poco a poco con el paso de los años se ha ido consolidando esta fiesta que este año celebraremos de otra forma. Hasta el año pasado se ha mantenido la romería, el almuerzo a la sombra de los pinos, y la Misa cantada dentro de la Cueva Santa. ¡Cuántos recuerdos encierran estas líneas… cuántas personas han gozado de esta fiesta, cuánta ilusión atesorada en ese último domingo de junio!

Los históricos “covasanteros” se fueron marchando con el paso de los años, las ventanas de aquella humilde y demanda hospedería se fueron cerrado, las sonrisas tras los visillos de las cortinas enmudecieron, y apenas quedan habitantes de aquel añejo y caduco caserón.

La historia sepulta las personas, la vida es tan fugaz que nos arrebata el tiempo, nos separa, pero aquella semilla que se plantó en 1974, sigue viva en el recuerdo de muchos de nosotros. Ese punto de encuentro en Mont Mayor, esa parada obligada de coches para ir andando y luego recogerlos, esa primera bajada a la Cueva, cuando llega la romería, es algo que siempre permanece vivo en la memoria.

La noche mágica del sábado al domingo último del mes de junio, desde los últimos años, década, del siglo pasado quedaron marcados por la costumbre de hacer el camino andando desde Casinos hasta la Cova Santa, ¡cuántos jóvenes de ambos sexos de nuestro pueblo, han recorrido a la luz de la luna ese camino, para llegar al destino cuando la luz del sol empieza a despuntar! ¡Cuántas emociones, plegarias, silencios, sentimientos han quedado dormidas en ese camino! ¡Cuántos problemas en busca de solución han acompañado la mente humana, andando por esas curvaturas con la esperanza de que pudieran resolverse…!

Pues ese es un pequeño resumen de la historia, cada uno puede dar rienda suelta a su imaginación para recordar lo vivido, para en su pensamiento volver a recorrer el camino andado, para pensar, meditar, no olvidar a tantas personas que nos han acompañado que hoy ya no están con nosotros; el mundo gira, da vueltas, las personas estamos de paso, pero las huellas que marcan la tierra, impregnan el valor de los actos. Nadie es indispensable en esta tierra, pero de una forma o de otra todos somos necesarios.

Esa necesidad, provoca estos recuerdos; esta necesidad marca en este año 2020 la ausencia de vivir con normalidad lo que pensábamos que era nuestro; esa necesidad de que todos nos necesitamos, nos habla de esperanza, nos habla de mirar al futuro, no habla de que el 2021 está cerca, próximo, lo vemos ya en el próximo semestre, lo esperamos. De verdad que sea una espera seria, una espera profunda en la que aprendamos la lección de lo vulnerables que somos y lo que podemos ser, porque nuestra propiedad es tan limitada que sin darnos cuenta nos vemos en la necesidad de quedarnos en casa.

Atrás quedó lo que Casinos regaló a la Cueva Santa: la puerta de entrada, barandillas, cuartos de aseo, el arreglo de la fuente… la lámpara permaneció incandescente durante muchos años.

Feliz último domingo de junio, no nos olvidamos de “la devoción fervorosa, ¡Sed nuestra madre piadosa, Virgen de la Cueva Santa!, que el año 2021, tengamos salud y paz para encontrarnos en la romería, en la explanada, en el almuerzo en los pinos, o en la Misa dentro de la cueva, que la fiesta ponga en marcha el motor de nuestra vida, para celebrar de aquí unos años el cincuenta aniversario de ésta fiesta nuestra, de los del ayer, de los del hoy y de los del mañana, porque durante seis siglos prodigiosos, la humedad no la quebranta.

Fuente: https://www.elperiodicodeaqui.com

EL PLENO NOMBRA A Mª CARMEN RICO COMO HIJA PREDILECTA CON MÁS DE 200 ADHESIONES DE PERSONAS A TÍTULO INDIVIDUAL Y ENTIDADES

El pleno del Ayuntamiento de Petrer ha aprobado por unanimidad el nombramiento de M.ª CARMEN RICO NAVARRO como Hija Predilecta de Petrer, una voluntad municipal que ya se dio a conocer coincidiendo con el 25 aniversario de su designación como CRONISTA OFICIAL DE LA CIUDAD DE PETRER, a finales del pasado mes de noviembre. Al nombramiento se han sumado durante el proceso participativo más de 200 personas a título individual, así como diferentes entidades, asociaciones y colectivos.

M.ª Carmen Rico se ha convertido hoy en la primera mujer de la historia de Petrer en recibir el título de Hija Predilecta. Hasta entonces solo se ha entregado en tres ocasiones: al militar Carlos Estévez en1927; al estudioso e investigador local, que precedió como cronista a M.ª Carmen Rico, Hipólito Navarro en el año 1995, cumpliéndose curiosamente este pasado 26 de enero 25 años desde su nombramiento como Hijo Predilecto; y más recientemente, en 2016, al médico Antonio Payá, que falleció el año pasado.

Todos los grupos municipales (PSOE,PP,Ciudadanos y Esquerra Unida) han dado su voto afirmativo en el pleno ordinario celebrado este mediodía y han destacado la valía y los sobrados méritos de de M.ª Carmen Rico para este nombramiento. La ya Hija Predilecta trabaja desde el año 1983 como técnico de Archivos y Bibliotecas del Ayuntamiento de Petrer, habiendo colaborado a lo largo de su dilatada carrera como funcionaria municipal en diversas revistas, jornadas, congresos y eventos relacionados con su profesión.

Además, su faceta como historiadora y la labor ha sido muy importante, publicando diversos trabajos de investigación sobre la historia, costumbres y tradiciones de Petrer. También tiene estrechos vínculos con las fiestas de Moros y Cristianos de la población, ha realizado una más que destacada labor social y solidaria, y ha recibido numerosos homenajes y distinciones.

Mari Carmen Rico ha sido también destacada autora de esta publicación, con artículos históricos como “Las fuentes de agua en Petrer”, “Castelar y Petrer” o “El trinquet i les llargues a Petrer“, otros versando sobre personajes locales, como  el que tuvo por protagonista al humorista y viñetista Edu, u ofreciendo sentidos obituarios, por ejemplo al fotógrafo Heliodoro Corbí o al pianista Jesús Ángel Rodríguez, e incluso aportando su sapiencia en asuntos más de actualidad, como en trabajos sobre la Semana de la Guitarra,  sin olvidarnos de la publicación del pregón íntegro que ofreció en las Fiestas Patronales de 2015. Aquí todos sus trabajos.

Fuente: http://petreraldia.com

DE COFRENTES A XAUEN: EL VIAJE DE UN NOVIO DE LA MUERTE


Imagen del desembarco de Alhucemas – ARCHIVO ABC

MIGUEL APARICI NAVARRO, CRONISTA OFICIAL DE CORTES DE PALLÁS

Seguro que nació en Cofrentes, consta en los documentos. En uno, primero, se le menciona de esta villa cuando la judicializaba Requena; en el segundo, ya bajo administración de Ayora, se le muestra inscrito en la propia parroquia cofrentina de San José; como hijo de Ramón y de Mariana.

No sabemos, de momento, por qué lo encontramos con veintiocho años en la ciudad de Barcelona; ejerciendo de cerrajero. ¿Emigrarían, luego, sus padres?. ¿Habría vuelto, en sus días previos al parto, su madre encinta a darle a luz en la casa familiar materna (como era habitual) si es que estaba -por ejemplo…- sirviendo de doméstica o casada con algún menestral en aquella ciudad catalana?.

Ángel Grau Carrión va a dar un nuevo rumbo a su vida cuando ronda ya casi la treintena y, sin embargo, sigue soltero de estado. Acaban de publicarse hace poco más de un mes, en septiembre de 1920, las Instrucciones para el ingreso en el Tercio de Extranjeros en África y va a ser de los primeros en alistarse. ¿Qué motivos le llevarían a entrar en el Banderín de enganche del Gobierno de Barcelona?. ¿El paro, el desengaño, el patriotismo, la aventura…?. Pues no iba hacia un lugar totalmente desconocido, ya que tenía cumplido su servicio militar con la Patria.

Su hoja de filiación no repara en su estatura, que no consta; pero sí en su ojos, “garzos”, y en sus señales faciales: “Barba, con cicatriz”.

Tarda poco en plantarse en Ceuta, donde estrena barraconada e instrucción en la posición alta y ventosa de Riffien; la cuartelera cuna de la Legión española.

Pasa, brevemente, por el hospital de Tetuán y, luego, sus días se convierten en un continuo ir y venir entre puntos y poblamientos del Protectorado español en Marruecos; en jornadas de campamento o de campaña: vigilancia, apoyo, control, ocupación, establecimiento de blocaos…

El momento norteafricano no es de broma, las kabilas no cejan en sus ataques y encontrarse en un punto de fricción y tiroteo es lo más esperable. Se mueve integrado en columnas comandadas por los más prestigiosos militares, de los que han hecho historia: Sanjurjo, Balaguer, Serrano… Se aprende infinidad de nombres en árabe y es herido en varias ocasiones.

Por último, cumpliendo con sus cuatro años de compromiso, recibe el certificado de licencia con la firma de un representante del jefe legionario del momento, que es el teniente coronel Francisco Franco Bahamonde. Se lleva consigo la Cruz de Sufrimientos por la Patria y una pensión vitalicia otorgada consistente en mil doscientas cincuenta pesetas (las escribo en números, para que no haya duda), a percibir mensualmente.

Quizás es por eso por lo que se dirige a vivir a Madrid y se establece, precisamente, nada menos que en la calle Fuencarral. Son casi las Navidades de 1924. ¿Mantendrá familia Ángel en Barcelona o en Cofrentes?. ¿Pasará a verles, por tan señaladas fechas?. Aún soltero, con dinero “de sobra” en el bolsillo y hecho un “señorito de la capital”…

¿Pero… por qué no llega a estar ni seis meses en territorio peninsular?. ¿Por qué razón, al comenzar la primavera de 1925, se dirige esta vez al banderín de enganche de Madrid y se afilia al ahora llamado Tercio de África?. ¿Añoranza, soledad, llamada del deber del momento crítico que se vive en la Corte española con los insurrectos…?

En la segunda ficha ya no tiene barba, pero mide 1,66 metros y tiene piel “morena” y aire “marcial”. Ángel Grau vuelve a Riffien. Esta vez no necesita instrucción. Además, el Coronel manda su ascenso a Cabo. Su nombramiento aparece en la Orden de la Legión del 27 de agosto.

Ahora va a moverse más en barco. Desde Ceuta sale hacia Río Martín, donde se simula un desembarco. Luego se hace otro en la playa de Cebadillas. Finalmente un desembarcamiento real: es el día 8 de septiembre de 1925. La gesta de Alhucemas pasará a la historia, llenará libros, servirá de ejemplo al General Eisenhower para el de Normandía… Pero, de momento, él está ahí. Ahora tiene que “reaupar” las primeras alturas de Morro Nuevo. Serán casi quince días, del 9 al 23, bajo el fuego. Luego, marchará hacia los Cuernos de Xauen.

La posición de Xauen (también “cuerno” en árabe) será tomada tras un violento combate y cuando ya todo acaba en aquel punto, el mando presenta su lista de bajas. Va firmada el día 26. En uno de los renglones puede verse cómo el soltero cofrentino Ángel Grau Carrión acaba de dar fin a su viaje como “novio de la muerte”.

¿Alguien les cuenta hoy a los niños, en la escuela o en el patio de recreo, de Cofrentes que un bautizado en San José fue un joven héroe del desembarco de Alhucemas?

Fuente: https://www.abc.es

LOS GRANDES MISTERIOS DE LA VIDA PRIVADA.18. EL TELESCOPIO ECUATORIAL DE GRUBB

FRANCISCO PÉREZ PUCHE, CRONISTA OFICIAL DE VALENCIA

Aquel día de junio de 1909, el profesor Ignacio Tarazona estaba emocionado como nunca en su vida. Seguro que fue temprano al puerto. Y seguro que estuvo supervisando la descarga de aquel barco para que todo se hiciera con calma, ordenadamente, con el mimo que requerían las cajas de embalaje en las que había viajado, desde Irlanda hasta Valencia, algo tan delicado como un telescopio. Nada menos que un refractor de 6 pulgadas, con montaje ecuatorial, fabricado por la prestigiosa firma Grubb, de Dublín.

Ignacio Tarazona Blanch (1859-1924), nacido en Sedaví, procedía de una familia de nueve hermanos en la que varios habían mostrado especial interés por las matemáticas y la astronomía. Su hermano Antonio trabajaba en el Observatorio de Madrid y llegó a ser una autoridad en la materia; otro, era militar y notable matemático. Él mismo, que se doctoró en Ciencias en 1888 después de unos estudios brillantes, dio clases en la propia Universidad sin dejar las aulas. Unos años después, en  1893, Tarazona recibió el encargo de ocuparse la estación Meteorológica de la Universidad, tarea que desempeñó hasta 1898, en que alcanzó la cátedra de Cosmografía y Física del Globo de la Facultad de Ciencias de Barcelona.

Tarazona trabajó en Barcelona hasta el año 1906 y desplegó allí una actividad científica y práctica que permitió a la institución dotarse de buenas herramientas de observación en un clima en el que era creciente el interés por el progreso de la astronomía. En efecto, dos grandes eclipses, los de 1900 y 1905, movilizaron a los astrónomos del mundo en torno al estudio y análisis del comportamiento del Sol. Mientras tanto, los fabricantes de equipo, como Grubb, aplicaban nuevas tecnologías que hicieron posible el seguimiento de estrellas y planetas con refinados sistemas de relojería y, en consecuencia, las fotografías de muy larga exposición. Pero ese interés de los astrónomos aún se hizo mayor cuando en el mundo comenzó a hablarse con expectación del paso del comete Halley, previsto para el año 1910.

Pero Tarazona regresó a Valencia en cuanto vio la oportunidad de una permuta de plaza. Volvió a sus clases en el viejo edificio de la Nau y empezó a hacer gestiones ante un ministerio donde esperaba que tuvieran eco sus proyectos, especialmente si el valenciano Amalio Gimeno se consolidaba en el gabinete en medio de tan frecuentes crisis; rector, decano y claustro le apoyaron constantemente en sus demandas. Mientras tanto, no olvidó la meteorología: a él se debe, precisamente, la reunión en un estudio de los datos climáticos  de Valencia entre 1863 y 1893, así como la edición de un boletín que difundía las observaciones diarias, documentos ahora imprescindibles para poder hablar de la evolución del clima en Valencia. Aunque hubo un profesor encargado entre un personaje y otro, puede decirse que Tarazona, en lo meteorológico, enlazó con lo vocación científica del doctor Monserrat.

Pero un día de junio de 1909, cuando la Exposición Regional Valenciana estaba en su mejor momento, “Las Provincias” publicó esta noticia: “Se habla entre los amantes de la ciencia de que muy en breve podrán realizarse en nuestra universidad algunos trabajos en el campo de la Astronomía, pues la Facultad de Ciencias ha recibido una magnifica Ecuatorial que cuesta, colocada en la torreta, unos cuatro mil duros, y es el primer instrumento de una serie que se espera conseguir para montar aquí un Observatorio. La Facultad de Ciencias trabaja en ese sentido, ayudada por el rector y si continúa alcanzando éxitos como este de la compra de la Ecuatorial, no pasarán muchos años sin que se vean satisfechos los vivos deseos del catedrático de Cosmografía don Ignacio Tarazona, del decano y profesores de la Facultad y del rector. Cuando quede colocada la Ecuatorial, la Universidad dará la hora oficial a los relojes de la ciudad”.

La noticia causó sensación en los medios universitarios valencianos.

Fuente: https://fppuche.wordpress.com/

LA NIT DEL ROTLLO


El rotllo abans d’entrar a coure’s al forn | Pascual Maestre.

Mª CARMEN RICO NAVARRO, CRONISTA OFICIAL DE PETRER

A Petrer, a la nit del 23 de juny, la Nit de Sant Joan, se l’ha denominat sempre la “Nit del rotllo”. La celebració d’esta nit màgica data d’immemorial i està estretament lligada al solstici d’estiu. Era una nit de pràctiques màgiques per al coneixement del temps futur: les pluges i l’oratge, l’amor, curacions… Era també la nit de traspassar l’oració de l’alacrà; oració que diuen que cura el mal de la picada de l’alacrà.

Esta nit màgica i estiuenca, la gent, solia reunir-se buscant la proximitat i la calor del seu grup d’amics, familiars o veïns per a menjar-se el rotllo, que s’acompanyava del sucós i estival meló d’aigua o meló d’Alger, del xocolate o de la típica “palometa”.

Els majors recorden que era costum ajuntar-se i anar a la “font del Pessic”, nom que rebia la popular font de la població, situada en direcció a la rambla de Puça, al costat de l’actual rentador, per a menjar-se el rotllo. El seu nom es devia al fet que este lloc era freqüentat per les parelles de nuvis i algun pessic, repeló i apretó solia escapar-se. La font brollava permanentment i estava pegada a la paret en el centre d’una placeta ovalada, la forma de la qual venia donada per un banc corregut en el qual la gent s’asseia a xarrar i que servia per a descansar mentre s’omplien els botijons i els cànters. En aquest marc tan idoni s’ajuntaven joves, parelles de nuvis i matrimonis a celebrar este esdeveniment festiu i de gran tradició al nostre poble, com era la popular Nit del rotllo i també la Nit de Sant Bartomeu. La pràctica d’anar a esta font estes dos nits sobretot, es va convertir amb el pas del temps en tradició.

La tradició de la Nit de Sant Joan va continuar entre els petrerins i la festa de Sant Joan creixia. L’any 1951 es va fer una falla i una revetla en La Foia que va ser tota una novetat.

A principis dels anys 80 la gent se menjava el rotllo en la placeta de Sant Bonifaci. S’aprofitava la bona nit de l’inici de l’estiu per a pujar a les ermites a menjar-se el rotllo i assaborir el gelat o “la palometa”. A mitjan dels anys huitanta del passat segle algunes associacions de veïns, que van nàixer amb l’arribada de l’ajuntament democràtic, van començar a celebrar esta nit ajuntant-se, per la qual cosa la Cooperativa de vi “San Isidro” els regalà diverses botelles de mistela en diferents ocasions.

En els anys 90, l’Ajuntament va voler recuperar esta tradició i, concretament al juny de 1996, es va organitzar per primera vegada la revetla popular en la plaça de Baix, recuperant-se així esta festivitat i celebrant-la en col·lectivitat. En esta primera revetla va actuar Alejandro Canals i l’orquestra “Serenata”. Es va degustar gratuïtament xocolate i rotllo, pel que fou un èxit de participació. A l’any següent, 1997, el dissabte 21, es va celebrar per segon any organitzada per la Regidoria de Festes i en esta ocasió va estar amenitzada per l’orquestra «Ipanema» i el trio «Costablanca». Esta revetla de caràcter popular tenia lloc el dissabte més pròxim a la nit del 23 de juny, i s’obsequiava als assistents amb el tradicional rotllo de Sant Joan i el típic xocolate que regalava un centre comercial de Petrer. La revetla i el caràcter gratuït de l’activitat va calar fort entre el veïnat i en la plaça van tornar a juntar-se quadrelles d’amics i families. La coneguda com a Revetla de Sant Joan va deixar de celebrar-se l’any 2012 per ajustos en el pressupost municipal.

Són molts els petrerins que continuen mantenint la tradició de la Nit del rotllo i més encara en les famílies o quadrelles d’amics on hi ha un Joan o Joana, o més d’un. També en tots els forns de Petrer encara existeix la tradició de fer el rotllo per a esta nit tan especial, així que hui, a qui li apetisca un d’estos suculents dolços elaborats amb la mateixa massa de les tonyes i amb l’afecte del nostre gremi de forners pot complir amb la tradició, a més de disfrutar d’este dolç tan tradicional de la rebosteria petrerina que és tota una fita. Que disfruteu i sigueu feliços esta nit màgica. Bon profit.

I demà, dia de Sant Joan, i, festiu, Moltes Felicitats per a les Joanes i Joans.

Fuente: https://www.valledeelda.com