Arxiu mensual: agost de 2020

‘BARRAQUETES’, LA PLAYA COLORISTA Y PROVISIONAL


¡Al agua patos!. Portada de ‘Nuevo Mundo’ en el verano de 1910: obsérvese la indumentaria de baño. / LP

FRANCISCO PÉREZ PUCHE, CRONISTA OFICIAL DE VALENCIA

El balneario Las Arenas, en pocos años, vino a sustituir a las instalaciones flotantes de un puerto que reclamaba más espacio. Y se convirtió en la casa de baños más frecuentada por los valencianos, siempre con el debido respeto a ‘les barraquetes’, el conjunto de casetas de baño de quita y pon que nacía cada verano en la playa del Cabañal. El Ostrero, el restaurante Miramar y la ya más aristocrática instalación de la sociedad del Tiro de Pichón habrían de ser, durante más de medio siglo, las atracciones de playa más frecuentadas durante el veraneo de los valencianos.

Los ‘adinerados’, entre los que había algún conde con fecha de caducidad y no pocas ‘viudas de…’, hicieron de la calle de la Reina, en el Grao, un influyente núcleo de vacaciones que se quejaba en la prensa y lograba del Ayuntamiento mejoras y soluciones. En 1901, cuando se pusieron las primeras luces eléctricas para sus fiestas de agosto, un reportaje de LAS PROVINCIAS hizo hablar a un personaje mayor que rememoraba los días felices -siempre «hace cuarenta años»- en que proliferaban verbenas, excursiones, bromas, bailes y la horchata corría a raudales. «Ahora, el veraneo, especialmente en la calle de la Reina, se reduce a tomar el fresco en una butaca», decía el veterano entrevistado, algo alicaído. Los perfiles iban cambiando y el tranvía eléctrico hacía posible ir y venir en el mismo día de la ciudad al mar.

El antiguo veraneo de alquiler era otra cosa y las casas se convertían en viviendas estables. El barrio marinero se modificó a impulsos del puerto y con el nuevo siglo menudearon almacenes y fábricas, talleres de tonelería y material náutico. Los encantos de antes estaban ahora en otros lugares. En La Arenas, desde luego, con el tranvía a pie de taquilla, la clientela era fija. Pero también lo era, con mucha menos etiqueta, en ‘les barraquetes’, las instalaciones de tablones y cañizo que se montaban cada año en primavera, cuando los temporales de invierno ya no eran amenaza. Un reportaje del día de San Juan de 1901 nos dice que ese año fueron 40 las construidas, 26 para mujeres y 14 para hombres; y que los merenderos llegaban ya a 46.

La familia en la playa

Con tranvías eléctricos, el día de playa, ocio y almuerzo familiar se hizo posible por poco dinero. Con la ventaja de que se toleraba la modalidad modesta de llevar la comida de casa y solo consumir las bebidas. El periódico anotó los nombres: La Guitarra y la Mari Blanca, El Sol y El Tranvía, El Nano Fart, Les Devanaores, Rosaura, El Ferrocarril, El Miriñaque, Delicias del Mar, El Amonquilí… En ese caldo de cultivo, no es raro que las mujeres de los marineros de la «peixca de bou» se pusieran a los fogones y abrieran brecha en el turismo local; así nacieron La Marcelina y la Pepica, La Muñeca y La Rosa, que han llegado hasta nuestros días. Sus edificios estables, negocios de larga tradición, se levantaron sobre el suelo que ocuparon los barracones de los bisabuelos.

Por la tarde, en una enorme explanada de arena, las traseras de los barracones de baño se convertían en tendedero de los trajes de baño y las toallas usados por la mañana. Los ambulantes vendían barquillos, gaseosa fresca y agua de cebada; galletas de aceite y azúcar y «aigua fresqueta de la Font del Gas». En otras parcelas de la enorme playa, los sogueros daban las últimas vueltas a las ruedas de torcer cabos y los calafates recogían las herramientas. «Les peixcateres», con sus grandes cestos, se aproximaban a la orilla en espera de las barcas; el viaje de las tartanas cargadas con los frutos del mar tenía como destino el mercado.

El pintor y el escritor

¿Qué fue antes, el huevo o la gallina? ¿Se inventó Sorolla un mundo plástico palpitante de sol o fue ese escenario el que le capturó y le hizo esclavo de una pintura exultante de colores? Se podría decir que el artista fue el instrumento de un mundo existente que necesitaba saltar al mundo y convertirse en tópico. Lo que está claro es que el joven Joaquín ya pintó a la ‘otra Margarita’, detenida por la guardia civil, dentro de un vagón ferroviario que alquiló en los apartaderos del Grao. Luego buscó niños y pescadoras con pañuelos a la cabeza, abuelas y marineros que quisieran posar, tanto para sus reflexiones sociales como para sus vibrantes escenas de mar. «Las Provincias» le entrevistó entre lonas, pintando, un día de 1898: «Açí estic, fent cosetes», mientras sus brazos y el rostro tomaban el color del bronce.

Por aquellos años, otro joven valenciano, Vicente Blasco Ibáñez, se tropezó con él en la arena mientras tomaba apuntes para ‘Flor de Mayo’, editada en 1895. «Fuimos como hermanos», confesaría el autor años después al recordar una amistad en la que la evocación de la playa valenciana era mucho más, y más honda, que el simple aprovechamiento de un escenario plástico o social. El jolgorio de ‘les peixcateres’, su descaro en la tartana, camino del mercado, se unió a la angustiosa espera de las mujeres a que las barcas regresaran capeando el temporal.

Los sombreros de la Exposición

El rey Alfonso participó en una regata dentro de la dársena en su viaje para inaugurar la Exposición Regional de 1909. Corrió a toda mecha conduciendo su coche por una avenida del Puerto festoneada de baches, y pisó la arena de Valencia aunque en las instalaciones aristocráticas del Tiro de Pichón. Era mayo, y «les barraquetes» estaban empezando a montarse; seguro que las pudo ver, cigarrillo en mano, entre el mar de sombreros elegantes de las damas de la buena sociedad. La playa, donde poco antes habían dormido aquellos viejos que esperaban ver llegar de Cuba el barco donde volvía el hijo soldado, se preparaba para un verano lleno de alegría y ganas de vivir. Ni los más cenizos soñaron que meses después, en agosto, volvería a sonar el tambor de la guerra de África y España se desencajaría en la Semana Trágica de Barcelona.

Valencia, la de la playa extensa, trabaja y sueña sin cesar. En la Exposición tuvo por primera vez un himno que dice lo que dice. Ocio y negocio en apenas una milla de territorio: el puerto, siempre esperando la oportunidad de crecer, y la playa, nacida para pescadores y marinos que comparten el disfrute con un pueblo que se explaya y pierde el sentido del tiempo cuando llega la brisa de la tarde.

Botijo popular y pamela elegante, tranvía de rippert y vermut con sifón. Hay un sillón de mimbre que han puesto mirando al mar y velas anaranjadas que regresan despacio al atardecer. Los bueyes colorados chapotean en exclusiva para un pintor y hay un boyero que fuma una pipa de aromático tabaco de Alboraia.

Una casa junto al mar

El escritor, en 1904, se dejó retratar en familia para ‘Blanco y Negro’. Se había construido una casa junto al mar, en una playa que se acababa de bautizar como la Malvarrosa. Robillard, el perfumista, plantó junto al mar una extensión de lavanda y flores de mil aromas. Blasco escribió que las gaviotas golpeaban los cristales del miramar de su estudio. Lienzos y páginas, estampas de sol y sombra, se dieron la mano para configurar un ideario local con valores universales: «¡Y aún dicen que el pescado es caro!», fue la denuncia del accidente del pintor, pero también la última frase de la novela del escritor. «¡Triste herencia!», la estampa de los niños escrofulosos al borde del mar, subrayó la labor de los hermanos de San Juan de Dios en el sanatorio. Allí, en el Asilo del Carmen, en otros establecimientos, niños y mayores, desheredados y enfermos buscaron el alivio del yodo y la brisa marina; pintarlos, escribir de ellos, era el contraste necesario de esas puestas de sol que se cuelan por las rendijas de la caseta y buscan la carne morena de las bañistas.

Pero hubo otros pintores. Emilio Sala acudía a Las Arenas cada verano, con su cámara y su chambergo, huyendo de los calores de Madrid. Músicos, políticos, periodistas y actores hicieron el camino de la capital en busca del éxito pero regresaron en verano a la playa como si cumplieran en un santuario su devoción. Y luego estuvo Ignacio Pinazo, el que nunca viajó, que nos dejó una serie de tablillas mínimas, esbozos y apuntes impresionistas: una vela y una sombrilla, una ola y la mancha blanca de un sombrero que deja una cinta volando al viento. La playa siempre se ofrecía como nueva aunque el faro empezaba a destellar siempre a la misma hora.

Fuente: https://www.lasprovincias.es

ELDA Y LA MÁQUINA DE ESCRIBIR

GABRIEL SEGURA, CRONISTA OFICIAL DE ELDA

El siglo XX había llegado. Elda ya gozaba del rango de ciudad desde agosto de 1904. Mas rápido que lento, la pujante industria del calzado iba proliferando creándose empresa tras empresa y construyendo fábrica tras fábrica. Elda iniciaba un crecimiento industrial y demográfico. Los 6.166 habitantes de 1905 se tornaron en 8.028 en 1910. Incremento de población que pronto tendría consecuencias en el urbanismo eldense con la creación de nuevas barriadas obreras. Elda dejaba atrás su pasado de pueblo agrícola y se iniciaba un más que interesante proceso de transformación en ciudad industrial.

Y la industria trajo la modernización, propiciando que los adelantos técnicos y la última tecnología del momento fuera llegando a Elda, caso de la electricidad en septiembre del año 1900.

La administración municipal tuvo que “ponerse las pilas” para adecuar el aparato administrativo a una realidad económica y social cambiante. Y si los empresarios propiciaron la electrificación de la ciudad, fue el ayuntamiento quien introdujo otros adelantos de la época, caso del teléfono en junio de 1905, ante las reiteradas peticiones del Juzgado Municipal y del puesto de la Guardia Civil. Por su parte, la Secretaría Municipal también se sumó a los nuevos tiempos del recién estrenado siglo XX. Y aquel cambio llegó de la mano de un invento revolucionario en las cuestiones administrativas: la máquina de escribir.

Hace 109 años. Agosto de 1911. Desde hacía un año el gobierno municipal de la ciudad estaba presidido por José Joaquín González Payá, hijo del que también fuera alcalde José Joaquín González Amat, ambos adscritos a las filas conservadoras. A propuesta de la Secretaría Municipal el ayuntamiento adquirió una máquina de escribir. Sería el 27 de agosto de 1911 cuando la primera máquina de escribir entró en la ciudad. Se trataba de un máquina “Smith Premier, nº 10, con carro C” y fue adquirida por el precio de 1.250 pesetas; siendo pagada en varios plazos.

Años más tarde, encontramos que el Ayuntamiento ya contaba con un parque más amplio de máquinas de escribir. Así en 1930 el Ayuntamiento disponía de tres máquinas, de las marcas Mollet, Royal y Underwood. Aún pasarán muchas décadas hasta que la máquina de escribir eléctrica llegue a la administración municipal eldense, para ser pronto sustituida por los ordenadores personales. Pero con el permiso del lector, esas crónicas las dejaremos para el siguiente cronista oficial.

Fuente: https://www.valledeelda.com

SAN RAMÓN Y EL CUENTO DE IRÁS Y NO VOLVERÁS

FRANCISCO SALA ANIORTE, CRONISTA OFICIAL DE TORREVIEJA

Mañana 31 de agosto en el día de San Ramón nonato, por lo que me vienen a la memoria algunos nombres de personajes torrevejenses: Ramón «el Minin», Ramón Céspedes, Ramón «el Mortero», Ramón «el Sartenes», Ramonico «el Rabioso», «la Ramonita», Ramón «del Estanco» y otros tantos muchos que celebran o celebrarían su onomástica. Torrevieja también tiene una calle dedicada a esta santo, aunque popularmente es conocida como el callejón del Salmonete. Pero por lo que más se conoce en los últimos años es por la especial fiesta que celebran algunas gentes de esta ciudad que se jactan de haber nacido aquí ellos y sus ancestros, presumiendo ampulosamente como ciudadanos de «pata negra». Llegaron a editar estampitas con la imagen del santo con la leyenda: «San Ramón Nonato, os desea feliz regreso» o «¡Qué la fuerza os acompañe, hasta más payá de Albasete…!», entre otras «lindezas» distribuyéndolas entre el turismo «encadenado», sujeto sin aparente remedio que volver a Torrevieja en verano porque compró su segunda vivienda en este lugar. Muy mal estuvo aquello, aun peor en una ciudad como Torrevieja que vive de la hostelería, el comercio y los servicios.

Creían saber que el mes de agosto es para los que se encuentran de vacaciones para el bronceado, para los niños rebozados en arena y jóvenes retirándose al amanecer tras una noche bebiendo «litronas». Descubrían en los puestos del paseo alguna baratija de feria. Eran veranos cenas de hamburguesa, pizza o la fritura de pescado en chiringuito, bar de barrio o en el centro de la ciudad, en chanclas y bermudas. Pero como todas las historias de verano no tuvo un principio y el final se resume en un bajo número de veraneantes y los poco con poca liquidez. Las causas ya se saben: confinamiento por miedo a contagiarse del Covi-19, un aumento de paro laboral, ERTES que a estas fechas hasta ha afectado a los trabajadores del chaco de las Salinas. Este año no concluye el estío con la alegría de, por un lado haber disfrutado la estancia con plenitud, bienestar y asueto; y por parte de la hostelería y el comercio con una caída grande en las ventas. Me temo que las gentes que se alegraban de llegar al final de agosto cansados de tanto trabajar, pero con los bolsillos mucho menos llenos no se alegren de que acabe esa otros años mal llamada «vorágine del verano».

Bien es verdad que otros pueblos alicantinos San Ramón se celebra de diferentes modos. Así, en Polop, en su honor, a lo largo de cinco días, se hace la «despertà» con dulzaina y pirotecnia dando la salida a programa de actos en el que no fallaban actuaciones, cabalgatas y verbenas nocturnas; además de las tradicionales procesiones de la Virgen del Rosario, el Santísimo y el Santo Patrón, al cual muchos recién nacidos y embarazadas de la Comarca acompañan por las calles de Xirles, en busca de su tradicional bendición y en las que no faltarán las tejas y mantillas como indumentaria de las mujeres; celebraciones que este año no podrán celebrarse por el maldito coronavirus. En la vecina Elche, como final de sus fiestas se lanza la Palmera de Fin de Mes el día de San Ramón.

Se le llama Nonato (no-nacido) porque nació después de morir su madre. Ella murió al dar a luz. Después de la muerte le hicieron cesárea para que el niño pudiera nacer. Ramón significa: «protegido por la divinidad» (Ra=divinidad. Mon=protegido). Nació en Portell, comarca de La Segarra (Cataluña) en 1204, desde muy joven ingresó a la orden Mercedaria o de la Virgen de la Merced fundada por San Pedro Nolasco para rescatar a los cristianos que habían sido hecho prisioneros por los moros del Norte de África. Los moros le abrieron agujeros a hierro candente, en sus labios, para colocarle un cerrojo en su boca para impedir predicara el cristianismo, el cual sólo abrían para darle de comer. San Pedro Nolasco envío a algunos religiosos que pagaron su rescate y así pudo volver en 1239 a España. Por su martirio que le hizo mantener la boca cerrada, es considerado como protector que libra de chismes, rumores, falsos testimonios y malas intenciones. También es invocado por las personas que quieren guardar secretos, dejar de blasfemar, mentir y decir chismes. Es costumbre de las personas colocar un candado cerrado cerca de su imagen y depositar la llave dentro de la alcancía para que nadie lo abra. Solo hay dejar un candado cerrado entre toda la maraña e introducir la llave en el cercano buzón para escapar de toda murmuración o calumnia que pueda recaer sobre uno mismo.

En Torrevieja no, no se ponen candados en la boca de algunos que llegan hasta herir los sentimientos de quien nos visitan en verano. Con la boca literalmente bien abierta, y nunca mejor dicho, recuerdo las muchas noches del 31 de agosto que nos reuníamos algunos torrevejenses en el chalet de Ramón Ortega, en el Palangre, cantando hasta altas horas de la madrugada habaneras serenatas lanzadas al aire en las voces del mismo Ramón, Fonete, Emilio Patiño, Antonio «el Caballico», Paco «el Sueque», Quinín, Manolo García y algunos otros.

Este año con mascarilla, hemos cantado «Resisteré» del Dúo Dinámico’, y en su canción, «?el final del verano llegó y tu partirás, yo no sé hasta cuando este amor recordarás».

¡Felicidades a todos los Ramones y Ramonas! Y que sean bienvenidos los veraneantes en 2021.

Fuente: https://www.diarioinformacion.com

LA MEMORIA HISTÓRICA DE MI PUEBLO

MIGUEL APARICI NAVARRO, CRONISTA OFICIAL DE CORTES DE PALLÁS

Mi pueblo es Cortes de Pallás. Bueno, es el pueblo de mi mujer. Pues…, ya se sabe: uno es siempre del pueblo de su esposa. Este lugar tiene una plaza principal, no muy grande y triangular, donde está situada la iglesia; así que dicho espacio llano se llama: Plaza de la Iglesia.

Alrededor del templo parroquial hay calle, en los lados que no son fachada; es decir, que el peatón puede andar formando como una ‘U’. Y a todo ese recorrido, que permite darle la vuelta completa a la fábrica eclesial, lo llaman: Calle de la Iglesia. Sólo en la parte más honda o en desnivel, por pasar -pegada al muro- la ‘acequia del lugar’ y haber tenido siempre abrevadero de caballerías, comparte el tramo el nombre de: Calle del Balsón.

Y en la parte trasera del todo un apéndice, por ser callejón sin salida (árabe, de ‘cul-de-sac’ o ‘açucac’) y haber servido cómodamente para practicar juegos, aún recibe el nombre de: Calle de la Talega.

He de añadir que en el extremo contrario de la plaza, donde la casi punta de triángulo, como fue una de las últimas expansiones urbanas pone el nombre de: Calle Nueva.

Desde ese mismo punto asciende, para comunicar con callejones longitudinales de la ladera del monte, la Calle del Reloj. En la que, como no hay ninguna maquinaria homónima (sino en la torre del campanario), deduzco que tuvo -muy antaño- que ostentar uno de sol; pues luce un paredón que parece despejado y orientado adrede.

Esta ‘calle de la hora’ va a dar a la que circula por todo el centro de la población y que recibe el nombre de: Calle Enmedio. Y también da acceso a otra, paralela, que va más arriba y que siempre se ha denominado: Calle Alta.

También hay bastantes ‘calles-escaleras’, cortas, que entrelazan las principales -llaneantes- y que forman cuestas en zigzags porque no tienen escalones. Y, quizás por ello, tampoco tienen nombre. Menos una: la calle (callizo) de San Juan; curiosa excepción a la norma. De tal nomenclatura que no queda claro si los que la rotularon quisieron referirse al Bautista o al Evangelista.

El extremo contrario de Cortes, el que lleva hacia las huertas, es un único vial -larguísimo y estrecho- y comienza formando una pronunciada esquina; de ahí que se llame: Calle del Cantón. La cual acaba en dos ensanchamientos que reciben el nombre, respectivamente, de dos partidas del término municipal: Plaza de Chirel y Plaza de Ruaya.

Otros enclaves, adscritos a la zona inmediata del callejero, tienen los nombres de: las Eras, el Centro Social, el parque de ‘La Chirri’, la subida del Cementerio, la fuente del Chapole, el Lavadero, la carretera del Barranco, la calle del Cuartel, la Repunchela, la Cooperativa, las casas de la Pileta y el Molino del Chorrador.

Y si ya tomamos direcciones, que nos lleven hacia alguna parte, sus denominaciones indican hacia: la Cruz del Collado, el Alto de Ayora, el subidor de Huesca, la senda del Gollerón de La Cortada, el camino de Bugete y… en una zona donde se cruzan, perpendiculares, dos caminos: Cuatro Caminos.

Nada recuerda al Barón de Cortes, Pascual, tan conocido y famoso en la capital y hasta en Madrid. Ni a sus hijos, ilustres ‘Frígola’. Pero tampoco a los ‘Pallás’; bien la María Josefa del XVIII (que levantó «la catedral del Cañón del Júcar», bien el Juan que dio sobrenombre, en el XVI, al núcleo urbano y al vastísimo término municipal y que sufrió la ruina con la expulsión de los moriscos, de 1609.

Sólo… un único ejemplo es patronímico. Se trata del ensanche, sobre la carretera provincial de acceso al pueblo, donde se ubica el Consultorio Médico; en cuya fachada blanca hay una lápida de mármol gris que eterniza la memoria del Doctor Sánchez Urzáiz. Digo que eterniza porque dudo que los bandazos de la Memoria Histórica le afecten.

Pues todos coinciden en que su pronunciamiento máximo era responder a quienes se le quejaban usando el consabido «Doctor, tengo mucha tos…», con un clarificador: .- «¡Desgraciado el que no tose!».

Fuente: https://www.lasprovincias.es

LLIRIA, EL PRIMER SOLAR DE LA CULTURA VALENCIANA

Sobrecoge pisar Lliria, -en valenciano histórico Liria, pero la L se pronuncia LL- es Edeta, pero los lingüistas la han rebautizado escribiendo la L inicial como se pronuncia en valenciano, con Ll. En periodismo siempre a los noveles he dicho que uno levanta una piedra y encuentra una noticia. En Lliria hay miedo a hacer obras, porque al excavar surgen apretados mil vestigios de la historia. Es el solar de la cultura valenciana, de la lengua y cultura ibéricas, el primer poso de lo que hoy tenemos en nuestras tierras de vida como pueblo los valencianos, el vino madre.

Entre los restos de cerámica ibérica hallada aquí, en el antiguo oppidum ibericum, hoy Tossal de sant Miquel, aparecen pintados músicos. Lo llevan los llirianos en su adn histórico, de ahí que la hayan intitulado Ciudad de la Música. Años ha escribí sobre ello, la manía de Jaume Coronel de haber visto a dos ángeles depositando aquí la mejor música del mundo, Dios creó el mundo y puso en Lliria la Ciudad de la Música, con su Unión y Primitiva.

Bajo del antiguo trenet y me voy directo a san Miguel. Mi madre, de pequeño gustaba de venir aquí y me traía detrás. No hace falta preguntar, está en lo alto de un empinado cerro al que se sube por una larga calle moruna, la de san Miguel. Es mediodía y el voluntarioso guardés, AMADEO CIVERA (CRONISTA OFICIAL DE LLIRIA), permanece vigilante y cuida del popular San Miguel y su Monasterio, antiguo beaterio del siglo XV, hoy sin monjas. No quiere que San Miguel esté sólo. Se está cayendo a trozos, necesita una buena restauración y que vuelvan a ocuparlo religiosas que lo cuiden. Raro tanto abandono en un pueblo que tanto le quiere.

Son las doce del mediodía cuando termino la empinada cuesta con un sol de justicia y a pie, quería recordar las subidas de mi niñez. Suenan las campanas del Angelus. Desde lo alto uno comprende porque se puso allí el punto de mando edetano. Se avista todo el inmenso Golfo de Valencia. Bajo, cruzo el Raval y me topo por entre callejuelas con una preciosidad: L´Almodí. Un bellísimo edificio medieval que ha sido de todo, hasta cárcel. Perfectamente restaurado con mucha luz y dentro la Biblioteca Municipal. Un lugar inmenso, acogedor.

En el llano busco el antiguo Convent del Remey, donde está el asilo de ancianos de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados un oasis de humanidad en la vejez. Veo a la Virgen del Remedio, de gran devoción en el pueblo, y pasó a contemplar el claustro gótico, donde nació la Música Nueva, hoy Unión Musical.

Hay tantas cosas que ver en Lliria, imposible de acudir a ellas en una jornada. Tienen aquí la Iglesia cristiana más primitiva de la región, la de Santa María o de la Sang, con una riquísima historia, colocada sobre otro cerro que mira por frente al de Sant Miquel. Dentro una hermosa talla de Cristo. Ambas imágenes como protegiendo por ambos flancos el pueblo.

Hermosa fachada de la Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora, panteón de los famosos Duques de Liria. Un buen programa de legionario permite conocer y recorrer en un solo día todo lo que de interés hay en Lliria, pero mejor hacerlo por parte y en diferentes visitas dure lo que dure el programa. Junto a la Iglesia, el palacio del Duque de Lliria, hoy dedicada a funciones municipales.

Fuente: https://www.levante-emv.com

INTENSA ACTIVIDAD DEL CRONISTA DE XIXONA EN AGOSTO

BERNARDO GARRIGÓS SIRVENT, CRONISTA OFICIAL DE XIXONA

A lo largo de este mes de agosto el CRONISTA DE XIXONA ha realizado una intensa labor de difusión de la historia, del patrimonio y de la cultura de la ciudad más dulce del mundo interviniendo en programas de televisión, en vídeos y en presentaciones virtuales de revistas culturales.

El sábado 8 de agosto de 2020 la Federación de San Bartolomé y San Sebastián, entidad encargada de organizar las fiestas de Moros y Cristianos en colaboración con el Ayuntamiento de Xixona presentó de forma telemática la nueva edición de El Programa. El Programa es el nombre que recibe la revista encargada de anunciar las actividades a realizar durante las fiestas patronales y de Moros y Cristianos que se celebran en la ciudad turronera alrededor del fin de semana más cercano al 24 de agosto, festividad de san Bartolomé, patrono de Xixona.

Este 2020 estaba previsto celebrar los tres días de fiestas mayores del sábado 22 al lunes 24 de agosto, sin embargo la situación de la pandemia mundial del COVID-19 llevó a los organizadores a suspenderlas.

El programa de fiestas más antiguo conservado data de 1885 y consistía en una hoja de tamaño superior al doble folio en la que se relacionaban actos y horarios en que se iban a celebrar la festividad. A finales del siglo XIX el programa de actos había tomado la forma de folleto y reducido sus dimensiones al tamaño holandesa, aunque ampliado el número de páginas alcanzando las ocho. No será hasta inicios de la década de 1920 cuando aparezca la publicidad de empresas turroneras y comercios locales que ayudaban a sufragar su coste. Con ello se consiguió que esta publicación aumentara el número de páginas y que las portadas fueran en color.

Será a partir de 1946 cuando el programa de fiestas se convierta en una auténtica revista cultural, al introducir en sus páginas artículos de opinión e investigación histórica, sobre las fiestas, tradiciones y cultura de Xixona. Poco a poco irá creciendo en sus páginas y contenidos hasta superar en la actualidad las 300 y convertirse en la única revista cultural que se edita en la ciudad del turrón.

En 1995 se constituyó un comité de redacción formado por: Jaume Miquel Peidró, Jaume Monerris Garrigós, Josep Mateo Candela, Amand Picó Morant y BERNARDO GARRIGÓS SIRVENT, CRONISTA OFICIAL DE XIXONA, con el objetivo de ayudar en la confección de la revista festera a Alfonso Soler, presidente de la entidad festera y a la vez poseedor de la imprenta Minerva, donde se editaba la revista. El contenido de la revista se agrupó en secciones: fiestas, historia y cultura y tradiciones. También se ideó un acto anual para presentar a la sociedad jijonenca su  contenido.

Así nació la Presentación del Programa de Fiestas. Tradicionalmente este acto se dividía en dos partes, en una primera un responsable de la edición de la revista explicaba sus características técnicas: cantidad de artículos, temática, número de fotografías, etc… y una segunda parte más cultural en la que, o bien se recitaban poesías, o bien se leían artículos por sus propios autores, o bien se interpretaban fragmentos de las embajadas, o bien actuaban agrupaciones musicales como: la colla de Dolçainers i Tabaleters els Arreplegats o la Coral Voces Blancas Ciudad de Xixona.

Este año aunque no se iban a celebrar las fiestas, pero dado que un buen número de escritores habían presentado sus trabajos antes de declararse el estado de alarma la Federación de San Bartolomé y San Sebastián acordó editar la revista; porque con el paso de los años esta publicación se convertiría en un testimonio de todo lo que había ocurrido en tiempos de pandemia y cómo había afectado a los habitantes de Xixona.

Como la imaginación no debe faltar se acordó realizar este año, que se cumplían 25 años de la presentación del Programa, una presentación virtual. Así algunos de los miembros de la Junta Directiva se subieron a la terraza de la Federación, para que Marcos Ros, asesor de publicaciones, explicara que este año tan especial se había decidido mantener esta revista; que continuaba con la misma línea editorial que en años anteriores, aunque no se han incluido ni los saludos de las capitanías, ni las páginas recordando las capitanías del 2019, que habían quedado pospuestas para la edición del 2021. Para agradecer la participación durante los últimos años de los anunciantes, este año su colaboración ha sido gratuita, asumiendo todos los gastos la entidad festera.

Tras estas palabras, BERNARDO GARRIGÓS, CRONISTA DE XIXONA presentó un nuevo capítulo de la Història de Xixona al balcó dedicado al acto de la presentación de El Programa. En él podíamos observar un repaso fotográfico año a año del acto. El cronista con su voz en off destacó los pormenores y algunas anécdotas durante este cuarto de siglo e indicó que echaba mucho de menos la presencia del público. Finalmente fueron las palabras de Jonathan Gras Murillo, presidente de la Federación de San Bartolome y San Sebastián, quien agradeció la colaboración de anunciantes, de escritores y de Marcos Ros, que hacen posible la edición de esta revista cultura. Cerró el acto la alocución de Ricardo Mira García, concejal de fiestas, quien deseó que al año que viene los festeros pudieran salir a la calle. Un acto que fue ampliamente seguido por redes sociales y que quedará ya para la historia de Xixona. 

El viernes 14 de agosto a las 23,15 h se asomó a los hogares de Jijona y pueblos de la comarca de l’Alacanti un programa televisivo comandado por Francis Alberola en el canal Alacantí TV. El programa Moros i Cristians estaba dividido en dos partes: en la primera intervino, BERNARDO GARRIGÓS SIRVENT, CRONISTA DE XIXONA y asesor de fiestas de la Federación de San Bartolomé y San Sebastián, y en la segunda Sandra Sirvent, presidenta de la Agrupación Artístico Musical El Trabajo y Neus Mínguez Nicolau, componente de esta agrupación. Este programa se grabó en pleno confinamiento mediante el sistema Skype, pero se organizó su emisión el día 14 de agosto víspera del inicio de los días festivos de Xixona.

La intervención del CRONISTA DE XIXONA estuvo amenizada por una colección de unas 70 fotografías de las fiestas de Moros y Cristianos que ilustraban diferentes actos de estas celebraciones desde finales del siglo XIX hasta la década de 1960 seleccionadas por EL CRONISTA DE XIXONA de su colección particular y del archivo de la entidad festera. El cronista comentó que el origen de las fiestas de Moros y Cristianos de su localidad se encuentra en la participación de dos compañías de milicias urbanas en la defensa de la franja costera de la población de La Vila Joiosa durante el siglo XVII. Hizo especial mención a la revista de tropas efectuadas el mes de junio de 1609, unos meses antes de que el 22 de septiembre se firmara el bando del virrey marques de Caracena ordenando la expulsión de los moriscos del reino de Valencia. Algunos moriscos no acataron esta orden y se sublevaron en el Vall de Laguart, siendo las milicias urbanas jijonencas unas de las que participaron en su represión.

El documento más que cita estas celebraciones data de 1791 cuando se pide autorización para:”baile de Torrente, carreras de hombres y evoluciones militares de moros y cristianos“. Las filaes más antiguas y que remontan sus orígenes a finales del siglo XIX son: Piratas-marinos (con estatutos en 1871), Contrabandistas, Marrocs , Moros Grocs y Moros Verds.

El periodista le comentó el éxito que esta teniendo su iniciativa cultural Historia de Xixona al balcó, consistente en grabar vídeos cortos y didáctico sobre la historia de su ciudad y redistribuirlos por las redes sociales.

El cronista explicó que este año no ha sido el único en el que se han suprimido las fiestas de moros y cristianos y que ya ocurrió lo mismo en 1945, 1936, 1937, 1938 y 1925. Sin embargo, destacó que en 1939 cuatro meses después de terminada la sangrienta guerra civil los jijonencos tuvieron que vestirse y desfilar.

BERNARDO GARRIGÓS destacó como actos diferenciadores de estas fiestas con respecto a otros celebraciones: la embajada del contrabando, la embajada de los piratas, el juicio sumarísimo del moro traidor, la escuela de festes y de embajadores. Finalmente el cronista destacó que la entidad organizadora de las fiestas de moros y cristianos está documentada en 1895, pero tras la guerra civil será el ayuntamiento quien a través de la Comisión de Fiestas Municipal quien dirija estas celebraciones. Finalmente será el 10 de octubre de 1976 cuando se funde la Asociación de San Bartolomé y San Sebastián, como entidad autónoma del poder municipal y con la suficiente autonomía para organizar las fiestas de moros y cristianos.

Una entrevista de unos 40 minutos que discurrió de forma amena y distendida, que sirvió para divulgar las fiestas de moros y cristianos de la ciudad de Xixona.

El martes 18 de agosto de 2020 de las 10,30 h a las 14 horas la televisión valenciana Apunt grabó un programa comandado por J.A. Ponzoda en el que se presentaba una ruta senderista familiar. Los senderistas jijonencos estaban encabezado por Cristian Sirvent, concejal de Turismo y su hija Julia, quienes estaban acompañado por: Noelia Márquez, técnico de Turismo, Guerau Garrigós Soler y BERNARDO GARRIGÓS SIRVENT, CRONISTA OFICIAL DE XIXONA. La ruta circulaba por un sendero ecológico, con un recorrido de unos 2 kilómetros desde el mirador de la Carrasqueta hasta el Pou de la Neu del Surdo, que se hacían de forma pausada y tranquila durante un tiempo máximo de 45 minutos.

El CRONISTA DE XIXONA comentó las principales características del Pou del Surdo. Un pozo de forma circular excavado parcialmente sobre la roca, con muros realizados en mampostería regular con mortero, con una cúpula en forma de media naranja formada por aproximación de hileras de piedra, revestida exteriormente con tejas curvas. Sus dimensiones son de 11,20 m de diámetro por 11,40 m de profundidad, con una capacidad cercana a los 1.100 m3, que le sitúan en el segundo lugar de los pozos jijonencos. Fue construido a mediados del siglo XIX. En las cercanías del pozo el visitante puede contemplar los ventisqueros que servían para permitir la acumulación de nieve y su posterior almacenamiento en el pozo.

En la parte delantera del pozo se conserva la antigua caseta de los nevateros que ha sido adaptada como hotel. Tras una profunda remodelación fue reinaugurado el 7 de agosto pasado e inicia uno camino bajo el nombre, Hotel Boutique Carrasqueta Alicante Xixona. El edificio se estructura en dos plantas, hallándose en la primera la recepción, la biblioteca-sala de lectura y el restaurante, que está distribuido en tres áreas y capacidad para unas 50 personas. En la segunda planta se hallan siete habitaciones, dobles y con baño completo.  El visitante podrá hospedarse en un hotel rural con unas vistas incomparables que permiten contemplar casi todo el término municipal de Xixona, la zona de la huerta de Alicante y el litoral y además podrá degustar la gastronomía tradicional jijonenca con platos tan célebres como: arroz al horno, borreta o giraboix y unos postres de locura a base de turrones y helados.

El viernes 21 de agosto de 12 a las 16 h la televisión Intercomarcal emitió desde Xixona el programa Dia a Dia Fresh dedicado a repasar los principales atractivos artísticos, culturales y musicales de Xixona.

El estudio de retransmisiones se instaló en la placeta de la pressó, en el espacio que ocupó el Ayuntamiento y las cárceles del partido judicial hasta 1905, en que fueron trasladadas al actual emplazamiento de la avenida de la Constitución, conocida popularmente por los jijonencos como la Plaça. El reportero Paco Navarro iba realizando diferentes entrevistas desde los lugares más emblemáticos. Entre las personas y reportajes que participaron estaba: Ana Sirvent, vocal de l’Associació d’Empresaris de Xixona; César Álvarez, componente de la Colla de Dolçainers i Tabaleters Els Arreplegats, Ricardo Mira, alcalde en funciones, Alfredo Campello, guía del Museo del Turrón, Tere de la Peñita del horno de pan del Raval y BERNARDO GARRIGÓS, CRONISTA DE XIXONA.

A los pies del castillo de la Torre Grossa, como así es conocida la fortaleza almohade que preside la ciudad de Xixona, EL CRONISTA comentó que desde finales del año pasado se están llevando a término obras para restaurar la Torre Grossa y la alcazaba. El castillo se encuentra sobre un crestón calcáreo defendido por el Oeste y el Sur por el curso de un riachuelo, por el Este la vertiente es menos pronunciada lo que permitió que el pueblo fuera creciendo desde la fortificación hacia el curso del río Coscó siguiendo las curvas de nivel. El lado más débil es el Norte donde los almohades edificaron una gran torre. El CRONISTA avanzó que en los trabajos arqueológicos se ha descubierto que esta torre es de origen almohade y que tras la conquista de las tropas cristianas capitaneadas por Jaume I en 1258 se reforzó construyéndose otra adjunta a ella con lo que el grosor de sus muros creció, pasando a ser conocida como la torre Grossa. Seguidamente el cronista manifestó que los almohades escogieron esta ubicación, allá por finales del siglo XII o inicios del siglo XIII, por ser una zona de extraordinarias vistas que permite controlar la costa y el acceso al interior montañoso. Además añadió que Xixona posee el título de ciudad por concesión de Felipe V del 20 de junio de 1708 al prestarle su ayuda durante la Guerra de Sucesión a la corona española. También destacó que entre los 10 privilegios otorgados por el primer Borbón español sobresale la castellanía de la fortaleza, por la que los jijonencos y jijonencas pasaron a ser sus legítimos propietarios.

Un programa entretenido con un ritmo muy vivo y que divulgó el nombre y la imagen de Xixona por toda la provincia de Alicante.

El sábado 22 de agosto a las 18,00h en la página de facebook Cronista Xixona se publicó una edición especial de la historia de Xixona, llamada Historia de Xixona al balcó de festes. El objetivo de esta publicación era rendir homenaje a Juan Escoda Moncho, Calderilla con el estreno mundial de la obra musical, el pas moro A un bon fester compuesto, por Damiá Llorens y Joan Llorens, su hijo, dos músicos de la Sociedad Musical la Alianza de la Torre de les Maçanes.

El vídeo comienza con la intervención de BERNARDO GARRIGÓS SIRVENT, CRONISTA DE XIXONA, quien recuerda que en un año normal desde este balcón de la casa pósito los Festeros del Año con su grito: Per Xixona, per Sant Bartomeu i Sant Sebastià que arranque l’Entra! daría comienzo el principal acto de las fiestas, la Entrada del bando cristiano y moro en Xixona. Seguidamente evocó la figura de su amigo y gran festero Juan Escoda Moncho, quien influyó decisivamente para que los jijonencos tuvieran los siguientes: Himno de Fiestas, la interpretación del Himno de Fiestas, los Festeros del Año y el inicio de la Entrada. A continuación Damià Llorens comentó los motivos que le llevaron a componer este pas moro que se presenta hoy.

Las primeras notas del pas moro A un bon fester resonaron sobre el fondo de una buena colección de fotografías festeras de Juan Escoda Moncho. La idea original era estrenar esta composición durante la salida de misa del tercer día de fiestas por la Sociedad Musical la Alianza de la Torre de les Maçanes, banda en la que tocan los compositores y que además es la banda oficial de la filà Moros Verds, a la que pertenecía Calderilla, pero este año ha sido imposible, por lo que se ha optado porque los músicos graben en sus casas y después Damiá Llorens, mezcle y ecualice todas las intervenciones.

Ha sido un mes lleno de actividades culturales en las que el CRONISTA DE XIXONA ha participado activamente.

Fuente: https://bgarrigos07.wordpress.com

“EL INCUNABLE DE LA REINA DEL AJEDREZ”, NUEVA NOVELA DE RAFAEL MARTÍN ARTÍGUEZ


Rafa Martín en la llegada de los libros. Foto: Mª Carmen Calpe

“El incunable de la reina del ajedrez” es el título de un nuevo trabajo publicado por el Delegado de El Periódico de Aquí Palancia MIjares y CRONISTA OFICIAL DE LA CIUDAD DE SEGORBE, RAFAEL MARTÍN ARTÍGUEZ.

Tras “Las memorias del Infante Fortuna” y “5494-C. Una historia de la Guerra Civil”, es esta la tercera novela de su producción aunque cuenta con otros numerosos trabajos publicados sobre historia, patrimonio o biografía.

El contenido del nuevo trabajo narra las experiencias y vicisitudes en que se encuentra un joven cardiópata, estudiante de la Universidad de Valencia, que atraído por la fascinante y enigmática historia de un singular libro de ajedrez, primero entre los publicados en todo el mundo y escrito por el segorbino Francesch Vicent, se dedica a su búsqueda aprovechando sus facultades para dirigir y controlar los sueños.

El contenido del libro se mueve entre la realidad y la ficción, la historia y la fantasía, entre Segorbe, Valencia y algunos municipios de la Emilia-Romaña italiana, aportando también interesantes novedades para la historia del ajedrez, fruto de algunos años de investigación, especialmente en cuanto a la identidad que inspiró la incorporación de la dama al juego. Aporta también datos hasta ahora desconocidos sobre relaciones familiares de los estamentos político y religioso de Segorbe a finales del siglo XV, sobre los judeo-conversos y la persecución a la que fueron sometidos por la Inquisición, etc. Hay alguna descripción de Valencia, bastantes de Segorbe, citas a Valldecrist, algún pasaje de sexo…

El libro se tenía que haber presentado el pasado 15 de mayo, fecha en que se cumplía el 525 aniversario de la aparición de ese primer tratado de ajedrez publicado en el mundo y hoy sin ejemplares que se tenga constancia de su paradero, pero la situación de alarma sanitaria impidió hacerlo entonces y tampoco ahora se ha sentido el autor con las suficientes ganas en esas condiciones para hacerlo por lo que ha salido a la venta sin presentación.

Se puede encontrar en cualquiera de las librerías de Segorbe.

Fuente: https://www.elperiodicodeaqui.com

VÍTORES EN LA PARROQUIA DE SAX

VICENTE VÁZQUEZ, CRONISTA OFICIAL DE SAX

A ambos lados de la puerta renacentista de la Parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción de la Villa de Sax, todavía se pueden observar unos signos y letras, muy difuminados por el paso del tiempo. Se trata de “vítores”.

El vítor o víctor, además de la interjección usada para vitorear (equivalente al ¡viva!), es un símbolo derivado del crismón del Bajo Imperio Romano.

Consiste en un anagrama, de color rojo, que combina las letras V, I, C, T, O y R dispuestas a criterio del pintor. Fue adoptado por algunas universidades españolas desde el siglo XIV, especialmente la de Salamanca, la de Alcalá de Henares, la de Sevilla y las de Indias, como emblema conmemorativo de quienes obtenían el título de doctor, donde ponían el nombre del interesado con la fecha conmemorativa, en inscripciones murales con pintura roja que se conservan hoy en día. Tan resistente era que muchos, a pesar de la acción de los siglos, podemos contemplarlos aún en las paredes.

Aunque los “vítores” más conocidos se encuentran en las paredes de universidades, también los podemos encontrar en los muros de catedrales e iglesias, como la Parroquia de Sax. Son el recuerdo de los naturales de la Villa que alcanzaron en sus estudios universitarios el grado de doctor, puestos públicamente para honrar a los hijos ilustres.

Uno de los “vítores” que más claramente se puede leer es el de don Pedro Cucarella, que fue párroco de Sax durante 23 años, desde 1717 hasta su fallecimiento el 14 de enero de 1740. Fue Calificador del Santo Oficio de la Inquisición. Y a su muerte fue enterrado en la cripta del Camerín de la Virgen de los Dolores.

Al fin, los vítores fueron suprimidos por real decreto del Consejo de Castilla en 1756, aunque no en todas partes, pues la Universidad de Salamanca continuó la tradición hasta 1857, cuando por la Ley Moyano, todas las universidades, excepto la Central de Madrid, perdieron la facultad de conceder el título de doctor.

Por eso, en la ampliación de la Parroquia de Sax, en su tramo final, entre 1786 y 1792, no aparecen vítores.

Fuente: https://saxdigital.com

EL GINECÓLOGO CON ESPÍRITU DE HISTORIADOR

El médico asentado en Alzira desde 1980 era CRONISTA OFICIAL DE MOIXENT y ha publicado diferentes estudios

AGUSTÍ GARZÓ

La erudita familia de los Lera de Moixent perdió el miércoles a otro de sus miembros: el prestigioso médico y CRONISTA OFICIAL DE LA VILLA, GUILLEM LERA I PERALES. Ginecólogo de profesión, vivía y trabajaba en Alzira, ciudad a la que llegó en el año 1980, pero su vínculo con Moixent era permanente. De hecho, debido al agravamiento de su enfermedad pidió a los suyos pasar las últimas semanas de vida en la Casa Penadés, propiedad familiar de les Alcusses en la que finalmente murió. Su padre, Manuel Lera i Gassó, abogado, también fue un estudioso de la historia de la localidad.

GUILLEM LERA tenía 68 años, estaba casado con Cristina Calatayud y eran padres de un único hijo, Guillem Lera Calatayud, médico psiquiatra que también ejerce en Alzira y que ha firmado al alimón con su padre algunos de los trabajos editados en los últimos años, como el libro «Moixent al segle XIX. Societat i salut en un poble de la Costera», «Hospital Municipal de Santa Llúcia d’Alzira. Estudi històric i assitencial (1967-1997)» o los estudios «L’epidèmia de grip o cucaratxa a Alzira. 1915-1920» y «Estudi històric sobre la ‘Topografía Médica de la villa de Mogente’ (1885)», entre otros.

El auditorio municipal de Moixent albergó el 29 de junio de 2013 el nombramiento de Guillem Lera como cronista oficial de la localidad, nombramiento que se acordó por unanimidad.

Los Lera han sido autores de numerosos trabajos sobre la historia de Moixent, muchos de ellos publicados en los libros de fiestas de la localidad. De hecho, según explicó a Levante-EMV el primer edil, para la edición de este año „que no se ha publicado por la pandemia„ tenían ya terminado Guillem y su hijo un extenso estudio sobre personajes del pueblo poco conocidos que destacaron en alguna profesión o actividad fuera de Moixent y de los que se tiene poca constancia. El alcalde destacó la predisposición absoluta de los Lera a colaborar siempre con lo que se les solicitaba, y puso de relieve el perfil valencianista de la familia, una manera de ser que ejercieron todos desde hace décadas.

El funeral se celebró en la parroquia de Sant Pere de Moixent. El consistorio que preside Guillermo Jorques decretó luto oficial y las banderas de ayuntamiento ondearon a media asta. Cientos de personas mostraron sus sentidas condolencias a la familia.

Fuente: https://www.levante-emv.com

EL CASTILLO VALENCIANO QUE PREFERIRÍA DRÁCULA

MIGUEL APARICI NAVARRO, CRONISTA OFICIAL DE CORTES DE PALLÁS

Hace cuatro décadas, al inicio de los 80, recuperé el Castillo de Chirel del olvido. No es que fuera desconocido, es que estaba aislado y alejado y alto e intransitable. «Si el castillo de Chirel/ fuera de tocino y magro/ ya se lo habrían comido/ la Sixta y el Calomardo». Me habían hablado de él y se me había abierto el ‘apetito’. Una madrugada dejé el turismo en las hoy inundadas, por el embalse de Cortes II, Casas de El Ral y, con breve equipaje, inicié la larga aproximación por un pequeño barranco con tierras triásicas; pintado de orillas arcillosas ocres.

Llegué hasta su profundo pie, haciéndome cargo de la cima en forma de ‘cacahuete’ que tenía delante. Había que conseguir remontar hasta el ‘cacao’ de la derecha y, luego, por un estrechísimo cuello, asaltar la peña-masada (de paredes verticales) cuya única entrada posible dominaba la enhiesta y llamativa fortaleza.

Fueron varios intentos, entre espinosas aliagas. Hasta encontrar una escorrentía de lluvias, empinada, que me elevó hacia unas perdidas oliveras centenarias y, desde allí, la posibilidad de rastrear un sendero.

Llegar al pie de las murallas fue impresionante. Ni cuando, años más tarde, fui el Delegado en Valencia de la AEAC y escribí -tras visitarlos uno a uno- más de cien artículos sobre castillos valencianos en las páginas del desaparecido ‘Valéncia Hui’ llegué a ver nada igual.

El acceso único lo ocupaba una fachada pétrea, con tres torres cuadradas (derecha, centro e izquierda). Y para llegar a la portalada, con tranca, y rastrillo levadizo previsto (más las saeteras apuntando espaldas) había que pasar por delante y debajo de las otras, con sus matacanes o balconcillos adelantados; añadidos al adarve o paseo de ronda.

Si todo hubiese quedado en esto, con no ser poco… Al cruzar el umbral… un estrecho y largo pasillo en sentido contrario (cual toril), venía marcado por un muro más alto y con tres torres más. Y otras dos puertas intermedias, de la misma ‘calaña’.

Haber llegado a la parte interior parecía milagro. Y allí, dependencias y almacenes, aljibe de patio, acceso a los dos torreones extremos de segunda línea; con entrada en alto y aljibe interno el ‘del homenaje’ y con robustas escaleras ‘intramurales’ y cuidadas bóvedas hacia la terraza, ambos.

Pese a la ruina y la desolación (y la soledad), en la que colaboró el terremoto de Montesa de 1748, aún pervivían arquitrabes pesados y hasta una ventana en alto, con ‘poyos festejadores’ y coqueto lobulamiento gótico, mirando hacia el paso de caballerías que unía el trasiego arriero desde la costa y la Hoya de Buñol a la fosa de Cofrentes y la posterior Manchuela. Desde donde tuvo que asomarse, al amanecer, Germana de Foix; que se dice pernoctó en tamaño alcázar montano. Detrás, una amplia e inclinada meseta. Con foso y defensas ‘innecesarias’. Con gran aljibe. Y con los restos de un importante poblado íbero; a la sazón, aún con ‘tejos’ pintados sobre su superficie.

Con el tiempo he afirmado que si al Conde Drácula nuestra administración turística le hubiese querido regalar una estancia en tierras valencianas, para emplearlo como reclamo, y le hubiese mostrado el catálogo de nuestras fortificaciones… Drácula, con los ojos cerrados, habría señalado con su índice sobre el mapa el castillo de Chirel.

No en balde resulta difícil quedarse a solas en el lugar, al caer la noche. Tampoco que, en varias ocasiones, se hayan hallado piedras sillares organizadas en círculos en torno a otra grande central y goteando restos de cera.

Recuerdo que levanté un itinerario, con ‘rotring’, y publiqué un artículo en la desaparecida revista valencianista ‘La Murta’. Luego conté más cosas sobre el lugar, en particular las referidas al título nobiliario Baronía del Castillo de Chirel y sobre el premio de la RAE con este nombre y sobre el vino con esta denominación, caro de gourmet.

Recientemente se han precipitado los acontecimientos. La Universidad llegó a iniciar una restauración (cuya documentación publiqué por capítulos), malograda por temas políticos municipales.

Llegaron también las masas, como vaticinó Ortega y Gasset. Con las fotos en redes sociales, los excursionistas con foros en Internet e, incluso,… ¡con drones!. El paisaje del paraje se lo merecía. Y ahora acaban de abrir una pista forestal hasta su misma puerta, con maquinaria. Sin que ni a los vecinos ni a este Cronista les hayan contado ‘quiénes -y para qué- se llevan algo entre manos’.

Fuente: https://www.lasprovincias.es