
HENRI BOUCHÉ, CRONISTA OFICIAL DE BORRIOL
Arte, devoción, naturalidad y espectacularidad se dieron cita en la noche del jueves en la representación de la Pasión de Borriol, el evento que organiza la asociación cultural Nueva Jerusalén y que este año ha cumplido medio siglo de vida. Una efeméride que la entidad ha querido resaltar con la incorporación de dos nuevas escenas: la entrada de Jesús en Jerusalén el Domingo de Ramos y aquella en la que San Juan y otros dos apóstoles van a la casa de María para comunicarle que el Sanedrín ha tomado preso a su hijo.
Unas escenas que se han sumado a las 12 que habituales, tanto estáticas como itinerantes, en la representación de este drama sacro que fue declarado Fiesta de Interés Turístico Provincial en el año 2015. Así, no faltaron los relatos de la Santa Cena, la reunión del Sanedrín, la presencia de Judas ante los miembros del Sanedrín, la oración en el huerto, el prendimiento de Jesús, las negaciones de Pedro o el viacrucis con las tres caídas, sin olvidar el momento de la crucifixión.
El resultado del trabajo que viene desarrollando Nueva Jerusalén para culminar la interpretación de los relatos bíblicos en el 50º aniversario de la cita no ha sido otro que el de permitir que los cientos de personas que decidieron seguir el evento vivieran de cerca los momentos clave de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, con el realismo y la vistosidad que caracteriza a esta representación que atrae a numerosos ciudadanos de otros municipios de la provincia.
Silencio y realismo
Entre las personalidades que asistieron a esta cita se encontraba la presidenta de la Diputación de Castellón, Marta Barrachina, quien incidió en que este “es un espectáculo único y conmovedor, que aúna fe, arte y tradición”. E hizo hincapié en que se trata de una de las celebraciones más singulares de las comarcas castellonenses, por cuanto “estamos hablando de una representación que se desarrolla desde 1975, siendo la más antigua de la provincia y en la que todo el municipio se vuelca”.
Como de costumbre, el silencio de cada una de las escenas únicamente se rompe con los diálogos de los más de 200 actores y actrices que las protagonizan, así como con los gritos de dolor que preceden a la llamada de la muerte de Jesús de Nazaret, protagonizado por Rafael Lloret, tras su crucifixión.
Y es que los últimos días de este personaje bíblico en el que se fundamenta el cristianismo se trasladan por unas horas a diferentes rincones de Borriol, como son la plaza de la Font, la Torre o la calle l’Atzavara, así como el calvario, el espacio ubicado en lo alto de la montaña y en el que se desarrolla la crucifixión.