Arxiu diari: 7 de gener de 2025

UN DÍA EN LA EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA DE LA COVA FORADÀ DE OLIVA

SONIA CODINA

La Cova Foradà de Oliva es un brillante descubrimiento que empezó a excavarse en 1977 y que proporcionó a la ciencia un muy bien conservado esqueleto de neandertal, el más antiguo de la Península Ibérica, datado de hace 100.000 años, y está en estudio si es el enterramiento más antiguo de Europa.

En la cueva, además, se ha confirmado que ha existido la vida desde hace 100.000 años hasta nuestra actualidad y que, tanto humanos neandertales como Homo sapiens – ya nuestra especie- habitaron este paraje cercano a la Marjal de Pego-Oliva.

El primer arqueólogo director, JOSÉ APARICIO (CRONISTA OFICIAL DE ANNA), se jubiló en 2013 y el yacimiento quedó estancado hasta 2020, cuando la dirección de la excavación y el estudio pasó a manos de Alfred Sanchis, conservador del Museo de Prehistoria de València, y de Aleix Eixea, profesor y arqueólogo de la Universitat de València, y, desde entonces, acuden varias semanas en el mes de julio para recoger los materiales que estudiarán durante el invierno.

Estamos acostumbrados a ver excavaciones arqueológicas en películas, en las que el protagonista llega con el Jeep y descubre tesoros, pero eso está muy lejos de la realidad. Los arqueólogos de la Cova Foradà de Oliva llegaron desde València a las 8 de la mañana con una furgoneta negra de nueve plazas que transporta a las siete personas que se iban a dedicar a sacar resultados y materiales del yacimiento y los litros de agua que necesita el equipo para lidiar con el calor de un día de verano.

En marcha, el equipo enfila el camino a la cueva y esquiva la inmensa vegetación que hay en la ruta hasta ella. Y empiezan a prepararse: Dos integrantes preparan una sombrilla y el cedazo para cribar la tierra, otros se ponen cojines sobre las piedras y la rascan y otro miembro del grupo enciende el topógrafo.

Nueva zona de estudio

Este nuevo equipo dirigido por Sanchis y Eixea han elegido su zona de excavación en la entrada de la cueva, en lugar de la parte más interior. La Cova Foradà tiene una boca amplia, en la parte central se cierra y vuelve abrirse por la parte trasera. El esqueleto de neandertal se encontró en 2010 en la parte trasera, donde hay un boquete de 8 metros de profundidad, pero el nuevo equipo arqueólogo consideró que excavar en las inmediaciones del agujero podía ser peligroso para los que trabajasen allí.

El trabajo ahora es lento y detenido, los expertos que están excavando entre cuatro metros cuadrados encuentran piedras con indicios de utilización o pedazos de huesos, que los directores, Eixea y Sanchis, se encargan de inspeccionarlos y situarlos. “Esto es una vértebra de conejo”, indica Alfred Sanchis sobre un pedazo minúsculo de hueso que inspecciona unos pocos segundos.

Cuando tienen un descubrimiento, por pequeño que sea, entra en acción el topografista, que mediante una máquina parecida a una cámara sitúa en un mapa virtual de la cueva dónde se ha encontrado, que se sitúa por medio del jalón, un instrumento alargado que señaliza el lugar de encuentro. Aleix Eixea, a la vez, lleva un registro de cada material y su tipología. Luego, toda la tierra que se ha ido sacando se envía fuera, donde se criba y se buscan microminerales que puedan aportar información ambiental sobre la vida que existía en la cueva.

Objetivos de la excavación

Piedra a piedra y hueso a hueso, la Cova Foradà acabará la campaña de este año 30 o 40 centímetros más cerca de la base. Sin embargo, el objetivo de la dirección no es encontrar ninguna maravilla, ni ningún otro neandertal ni tampoco el esqueleto de una pantera. Sino recoger todos esos materiales y estudiarlos de forma detenida para hacerse una idea del modo de vida de las civilizaciones poleolíticas que habitaron la cueva. Y quien sabe si algún día el objetivo cambia y hay algún otro descubrimiento de la talla del neandertal que descansa en el Museo de Prehistoria de València.

La cueva tiene muchos años de estudio por delante y mucha tierra por sacar. El boquete de 8 metros delata que quedan muchos más hasta llegar a la roca madre. Por lo tanto, el equipo de Sanchis y Eixea tiene muchos metros donde actuar, ya que su forma de trabajo es más respetuosa y tardan más en reducir la cueva.

Fuente: https://www.levante-emv.com