
D. PAMIES
Jaime el Barbudo regresa a Crevillent. Doscientos años después de su ejecución pública en Murcia para ejemplo de bandoleros, el famoso guerrilllero y bandido vuelve a su ciudad natal de la mano de un grupo de investigadores que analizan su figura en el difícil contexto social y político de la época.
Documental y publicación
Ese fue su trágico final. Pero su vida, entre la historia y la leyenda, fue lo suficientemente interesante como para que su nombre quedara grabado en la memoria popular de muchos pueblos de Alicante y Murcia.
Así queda recogido en “El Barbut. Historia de un bandolero de Crevillent”, un estudio coordinado por Ana Satorre Pérez con ilustraciones de Franjavi Quesada, que ha contado con la colaboración de GONZALO MARTÍNEZ ESPAÑOL (CRONISTA OFICIAL DE ASPE), Conxa Guilabert Fajardo y Francisco Belmonte Mas en la transcripción de documentación histórica y genealogía.
Además, antes del acto de presentación del volumen se estrenó un completo documental dirigido y realizado por Roque Ortiz sobre la figura del famoso personaje de la historia de Crevillent.
Actos patrióticos
Nacido en Crevillent en 1783 en el seno de una familia humilde, Jaime Alfonso, conocido más tarde con el sobrenombre de El Barbudo, comenzó a labrar su fama en las Sierras de Crevillent y Abanilla como jefe de una cuadrilla de bandoleros en los primeros años del siglo XIX. Pero más allá de los delitos que se le imputan y su persecución judicial, Alfonso destacó también por numerosos actos patrióticos durante la invasión napoleónica, que le valieron al final de la Guerra de Independencia el sobreseimiento de la causa judicial seguida contra él y los suyos. Y era, ante todo, un hombre comprometido con la justicia social.
Robar a los ricos, repartir entre los pobres
“La tradición oral ha reflejado a un bandido desprendido, que robaba a los ricos y repartía el botín entre los pobres”, sostiene Gonzalo Martínez, “las cualidades personales de Jaime, hombre inteligente, templado, audaz, valeroso, que conectaba fácilmente con los habitantes de los pueblos por su cercanía, sencillez y generosidad, le proporcionaron el apoyo incondicional de muchas gentes, prestándole cobijo y permitiéndole escapar de sus incontables perseguidores. Sus hazañas forjaron el mito de un bandolero íntegro y generoso que auxiliaba a los más necesitados”. De este modo el Barbudo se convirtió en leyenda.
Referencias
El libro contiene tanto la partida de bautismo “a los veinte y siete días del mes de octubre del año mil setecientos ochenta y tres” de Jayme Joseph Cayetano Alfonso, conservada en el registro parroquial de la Iglesia de Nuestra Señora de Belén de Crevillent, como la última referencia documental en los archivos eclesiásticos de Murcia.
En esta ciudad fue ajusticiado el 5 de julio de 1824, en la Real Plaza de Santo Domingo, en cadalso público y con muerte de horca, como transcribe Francisco Belmonte.
Fernando VII
Víctima de una sentencia que pretendía ser ejemplar y que, desde luego, da ejemplo del funcionamiento de las Reales Justicias de Fernando VII. Su cuerpo fue descuartizado y sus miembros llevados para ser exhibidos en aquellos lugares donde “había cometido sus mayores excesos”. A partir de entonces su nombre, temido y admirado a partes iguales, se hizo inmortal.
Edición cuidada
La presentación de esta cuidada publicación del Ayuntamiento de Crevillent que llega al público bajo el formato de álbum ilustrado, tuvo lugar el pasado 28 de diciembre en la Casa de Cultura y contó con la presencia de la alcaldesa, Lourdes Aznar, y la concejala de Cultura, Mónica San Emeterio.
“Es interesante recordar -destaca esta última-, que la fama y el reconocimiento que Jaume el Barbut llegó a obtener por parte de los gobernantes de su tiempo, pueden ser indicativos de que su figura tenía múltiples facetas y que su impacto trascendió más allá de su reputación como bandolero”.
Fuente: https://www.informacion.es