MÒNICA MIRA
La ermita del Calvario de Nules cuenta ya con un refuerzo estructural para impedir su definitivo e irremediable derrumbe. Como informó el concejal de Patrimonio, Guillermo Latorre, el arquitecto del Obispado comunicó al Ayuntamiento la instalación de «estabilizadores en la fachada lateral» que presentaba un preocupante riesgo, tras la caída total de la cubierta, que había pasado desapercibida para los responsables de este Bien de Relevancia Local, y que fue alertada por un arquitecto del municipio, Manolo Miralles, implicado en la protección del patrimonio arquitectónico local.
Tras esta intervención urgente, que se produjo apenas cinco días después de trascender el estado que presentaba este emblemático ermitorio, según Latorre, transmitió al Obispado «la necesidad de reunirnos para acometer su completa restauración y consolidación».
Piden celeridad
Se desconoce cuál puede haber sido el impacto en el interior del templo, totalmente expuesto, de la tromba de agua caída sobre el municipio el pasado jueves, de ahí que sean múltiples las voces que reclamen celeridad en la tramitación y que inciden en que este desenlace no se habría producido de atenderse las constantes alertas transmitidas al respecto por movimientos culturales y el propio CRONISTA OFICIAL DE LA VILA DE NULES (VICENT FELIP), y que se remontan más de una década en el tiempo.
La ermita, de finales del siglo XVII, fue declarada Bien de Relevancia Local en el 2007. Quienes la han estudiado señalan que la pérdida artística con la caída de la cúpula «es irreparable», pues era la única existente en Nules completamente esgrafiada, y que conservaba su composición original. De ese hecho ya solo quedan las fotografías tomadas en el año 2012, cuando se realizó una catalogación pormenorizada del patrimonio eclesiástico local.