El Círculo Alcireño La Gallera acoge el viernes la
presentación del libro «All you need is working (Todo lo que necesitas es
trabajar)», del consultor tecnológico Miguel Cerezo Floro. El acto contará con
la intervención del presidente de la Asociación Empresarial, Raúl Tudela; el
edil Ricardo Belda y el CRONISTA GRÁFICO
DE ALZIRA, ALFONSO ROVIRA.
Beneixida recibirá una subvención de 5.000 euros de la
Generalitat para potenciar la transparencia municipal mediante la reforma de su
espacio web y facilitar a la población el acceso a la información pública en
todas sus vertientes a través diferentes mejoras. El consistorio opta al máximo
importe en el baremo realizado por la Generalitat.
El pleno del Consell ha aprobado la prórroga por cuatro años
adicionales de los convenios de colaboración firmados con varios ayuntamientos
para desarrollar proyectos de Formación Profesional Dual. En el caso de la
Ribera, los convenios con la Pobla y Castelló se prorrogan para el desarrollo
del grado de medio de Jardinería y Floristería en el IES Vicente Gandia.
Mesa presidencial. Aspecto del Salón de Plenos Ayuntamiento
de Casinos. (JSMS) Mesa presidencial. Aspecto del Salón de Plenos Ayuntamiento
de Casinos. (JSMS)
Aspecto del Salón de Plenos Ayuntamiento de Casinos. (JSMS)
Aspecto del Salón de Plenos Ayuntamiento de Casinos. (JSMS)
El jueves día 29 de octubre se ha celebrado en el Salón de
Plenos del Ayuntamiento de Casinos, la reunión de la Asamblea de la Agrupación
de AVA Casinos y Domeño,
en la que el Delegado Local, Vicente Sanchis Gabarda dirigió unas palabras a
los asientes explicando la finalidad y los asuntos a tratar en esta Asamblea,
sin perder de vista la normativa sanitaria vigente para los temas de higiene y
distanciamiento entre personas, para
participar en reuniones y asambleas, con el fin de que se cumplieran con
exactitud.
Se eligió el Compromisario para para asistir a la Asamblea
General Ordinaria, y la Extraordinaria de AVA-ASAJA que se celebrará en el año 2021, siendo
elegido por unanimidad el actual Delegado Local. Finalmente entre los
asistentes se han suscitado comentarios de interés agrícola que han puesto fin al acto de la Asamblea.
Acompañaba a Vicente
Sanchis en la mesa presidencial
David Romero quien ha impartido una charla sobre ayudas agrarias e
introducción al cultivo del almendro ecológico. Durante más de dos horas, el
técnico de AVA-ASAJA nos ha informado de los Grupos de Acción Local (GAL) cuyo objetivo es que a través de estos, se
convocan ayudas dirigidas para la creación de empleo, la diversificación
económica, la innovación, la conservación y mejora medioambiental, y el
desarrollo económico y social del medio rural valenciano. Estos grupos van dirigidos a personas
físicas, jurídicas y de derecho público.
Las ayudas abarcan tres líneas de actuaciones: Empresas no
agrícolas en zonas ruarles; Empresas Agroalimentarias, para la trasformación,
comercialización de productos agrícolas, ganaderos y de alimentación; y
Servicios básicos y renovación de poblaciones en zonas rurales (Ayudas
incluidas en la Submedida 19).
Otros temas abordados han sido las “Líneas de ayudas y
financiación para dinamizar los municipios y fijar personas en el ámbito
rural”. Programa de Desarrollo Rural de la Comunitat Valenciana 2014-2020;
las Ayudas agrarias: “Ayudas a la primera instalación de jóvenes
agricultores” (Orden 7/2015); “Ayudas a inversiones en explotaciones
agrarias mediante planes de mejora ;
también se han comentado los gastos subvencionables, el estudio y la
evaluación, las obligaciones de los solicitantes, la documentación a aportar y
los importes máximos subvencionables.
En la última parte de la reunión, el ponente y técnico
de AVA-ASAJA, David Romero, ha reseñado
la introducción al cultivo ecológico del almendro .Hablando de precios de las
Lonjas, de las generalidades, las competencias de control; dando unas
interesantes pinceladas sobre la agricultura ecológica, las prácticas ambientales,
el nivel de biodiversidad, la preservación de los recursos naturales, el
bienestar animal y la producción conforme a las preferencias de determinados
consumidores.
Ha realizado un profundo estudio sobre lo que nos beneficia
el consumo de productos ecológicos, por ser más saludables y nutritivos, al
contener mayor acumulación de azúcares y vitaminas, minerales, proteínas
antioxidantes y mayor porcentaje de materia seca.
Otros temas de interés que se han comunicado han sido: la utilización de estiércoles, la
prohibición del uso de fertilizantes minerales nitrogenados entre otros; el control de plagas y enfermedades:
informando que estas prácticas cuando se
realizan deben orientarse siempre desde la prevención. Evitar el riesgo de la
contaminación, tener la documentación
que justifique la cosecha ecológica; y
conocer los periodos de conversión.
Para la elección de variedades de este cultivo se recomienda
utilizar variedades autóctonas que se adapten mejor al suelo y al clima, se
recomiendan las variedades que sean
resistentes a plagas y enfermedades. Las
variedades de almendro: “Masbovera”, “Glorieta”,
“Soleta”, “Guara”, “Antoñeta”, “Marta”,
“Ferraduel”, “Ferragnes” y “Lauranne”, reúnen un
conjunto de características, productivas y de resistencia a las heladas, por
ser tardías en floración y por este motivo son más recomendables para su cultivo.
Las variedades españolas tradicionales de almendra, son
mucho menos productivas que las anteriores, además de ser sensibles a las
heladas por su temprana época de floración. En el área circunmediterránea es más adecuado plantar la variedad
“Doble fina” como polinizadora de la “Marcona”, por su
coincidencia en plena floración, y no la variedad “Desmayo-largueta”
como tradicionalmente se ha venido empleando ya que su plena floración es unos
20 días anterior a la variedad “Marcona”.
Los fertilizantes, acondicionadores del suelo y nutrientes,
así como el control de enfermedades y plagas y el estudio de los productos autorizados para tratar las
plagas del almendro, ha clausurado esta amplia intervención que han atendido
con interés los asistentes al acto, entre los que estaba Salvador Marqués
Civera, Vicesecretario de ANSEPRIM, el Presidente de la Cooperativa Santa
Bárbara de Casinos, Santiago Sanchis García, el
Delegado de AVA-ASAJA en Benisanó: José Vicente Martínez Niñerola; y
otros asociados de las localidades de Domeño y
Casinos que han acudido puntuales a la cita.
La Conselleria de Cultura confirmó ayer que personal técnico
de su delegación provincial «ha inspeccionado los daños en la ermita del
Calvario de Nules» y la dirección territorial «está en contacto con el Obispado
de Segorbe-Castelló», que ha comunicado «su voluntad de reparar los daños» tras
el derrumbe de la cubierta sin que nadie fuera consciente de manera oficial,
hasta que un arquitecto del municipio denunció el domingo la situación en las
redes.
El lamentable estado en el que ha quedado esta ermita, de
finales del siglo XVII, declarada Bien de Relevancia Local (BRL) por la
Generalitat en el 2007, ha generado un importante revuelo en el municipio, en
especial entre quienes llevan años denunciando su crítico estado de
conservación.
REIVINDICACIÓN ANTIGUA / Un movimiento cultural denominado
Propostes d’Art, ya hablaba de esta cuestión hace más de 10 años y el CRONISTA OFICIAL DE LA VILA DE NULES,
VICENT FELIP SEMPERE, fue especialmente insistente en la necesidad de
proteger estos valores patrimoniales, sin que sus recomendaciones fueran
atendidas. Lo que más sorprende entre quienes han hecho un seguimiento de este
y otros elementos del patrimonio eclesiástico del municipio, es la afirmación
del Obispado de que en el 2019 sus técnicos visitaron la ermita y no detectaron
un riesgo inminente de derrumbe, cuando las advertencias sobre este desenlace
vienen de tan lejos. Y no solo en referencia a esta ermita, que era la que peor
estado presentaba. Según advierten, la parte posterior de la iglesia de la
Inmaculada, con unas vigas muy afectadas por las termitas y humedades, y una
capilla del Convento podrían correr la misma suerte que el templo del Calvario
si no se actúa pronto.
En Cultura incidieron ayer en que «la colaboración entre
Conselleria y Obispado, como titular de una parte singularmente importante del
patrimonio cultural valenciano, es muy fluida y constante», aunque también
reseñaron que, como detalla la ley 4/1998, es obligación de los titulares
«custodiar y conservar los BRL».
Después de varios años de estudios, el libro «La Línea de
Defensa Inmediata del Puig de Santa Maria» ya es una realidad. EL CRONISTA DE LA POBLACIÓN DE EL PUIG, JULIO
BADENES y los investigadores memorialistas José Aleixandre y Esteban
Clemente lo presentaron hace unos días, a los pies de la ‘muntanyeta de la
Patà’, junto a la Torre homenaje. La iniciativa forma parte de los actos de
celebración del 30 aniversario del centro cultural la Marina y es el
consistorio el que lo ha editado. Los ejemplares definitivos, que constan de
diversos trabajos escritos y una selección de fotografías, estarán listos en
unas semanas.
BERNARDO GARRIGOS SIRVENT, CRONISTA OFICIAL DE XIXONA.
A principios de 1960 las instalaciones del matadero
municipal habían quedado anticuadas y obsoletas.
El matadero había sido construido en 1900 en una zona
situada al Norte del casco urbano junto al antiguo camino de Alcoy. Una zona
ventilada y alejada de viviendas, puesto que si exceptuamos el convento de la
Mare de Déu de l’Orito que estaba deshabitado, desde mediados del siglo XIX,
las casas mas próximas se encontraban al NE, la calle Raval y al SO la calle
Lorito y la Plaça que llegaba hasta el callejón del Enric Puyo.
En cambio, el crecimiento urbano experimentado por la ciudad
en esta zona en la primera mitad del siglo había hecho que en 1960 el matadero
estuviera completamente rodeado de edificaciones, además tenía a unos 50 m al
Norte el Asilo Hospital Vicente Cabrera y a otro 50 m al Sur el colegio público
Eloy Coloma. A las molestias que acarreaba al vecindario había que añadir el
hecho de su reducido tamaño.
Para los más jóvenes indicar que hasta el año 2005 el
matadero público municipal se encontraba en el solar que en la actualidad ocupa
la Escola de Música en la calle San Francisco.
Todos estos hechos llevaron a que el pleno del 5 de julio de
1962 aprobara: “Que por el Sr. Veterinario Municipal se informe a la alcaldía
sobre el cálculo de necesidades del nuevo matadero y se pase el informe al Sr.
Arquitecto para que redacte un anteproyecto de matadero nuevo”.
Debido a que el erario municipal no era en aquel momento
demasiado boyante y al hecho de que se estaban estudiando otros proyectos
(Mercado Municipal) el ayuntamiento en pleno del 3 de enero de 1963 pidió a la
Comisión Provincial de Servicios Técnicos de Alicante la inclusión de la
construcción del matadero en el plan de obras provinciales, con el fin de que
la Diputación Provincial asumiera parte de los costes. Y así fue, puesto que el
presupuesto total del proyecto fue de 800.000 ptas., de las que el Ayuntamiento
aportaría 200.000 ptas.
La Diputación Provincial encargó el proyecto a Juan Antonio
García Solera, quien lo firmó en diciembre de 1963. Este fue un técnico que
marco el desarrollo de la arquitectura en Alicante durante la segunda mitad del
siglo XX https://www.diarioinformacion.com/alicante/2019/08/12/fallece-juan-antonio-garcia-solera/2176748.html.
Asi construyó edificios tan emblemáticos como:
el ADDA, el Colegio de Médicos en Alicante o el Hotel Don Pancho en
Benidorm.https://via-arquitectura.net/01_prem/01p-059.htm
Para albergar el nuevo matadero municipal se buscó una
ubicación idónea, alejada del casco urbano, ventilada por el viento de la
Carrasqueta, cercana a una de las entradas de la ciudad. Así se optó por
construirlo en la cima de la montaña del Través. En la zona que en la actualidad
ocupa una pista de kalisteria, delante de la entrada del antiguo Instituto de
Bachillerato.
La superficie total proyectada sería de 1024 m2. El matadero
estaría formado por dos edificios de forma rectangular, de una planta con
tejados a cuatro vertientes, unidos por amplios patios. El eje longitudinal
estaría orientado Norte-Sur. El edificio del sur era el más pequeño de unos
50,95m2 para guardar el ganado. En cambio, el edificio principal ,que estaba en
el centro de la loma, tenía una superficie de 185,64 m2. Estaba destinado a
otras funciones: Sala de oreo
http://elcentral.mercadocentralzaragoza.com/el-oreo-de-la-carne/, sacrificio,
mondonguería (para elaborar el embutio), despacho y laboratorio del veterinario
y cuarto aseo para el personal. Para el vertido de las aguas residuales el
ayuntamiento ofrecía una balsa que se encontraba a unos 125 m de las
instalaciones y con desnivel medio de unos 15 m.
El edificio se construyó a lo largo de 1964 y poseemos una
fotografía publicada en el Programa de Fiestas de Moros y Cristianos de 1965.
Un cambio en la legislación nacional sanitaria hizo inviable
su funcionamiento y, sin apenas, haber entrado en servicio fue abandonado y
finalmente derrocado para poder edificar en sus aledaños el instituto.
ANTONIO LUIS GALIANO PÉREZ, CRONISTA OFICIAL DE ORIHUELA
Con esta exclamación los «peñeros» ensalzaban la figura del
fundador del Oratorio Festivo de San Miguel de Orihuela, el beneficiado de la
catedral oriolana Juan Torres Silva, que era natural de Bollullos de la
Mitación en la provincia de Sevilla.
En 1944, se celebraba el vigésimo quinto aniversario de esta
Institución que aún pervive como Colegio Diocesano, cuyo origen era distinto al
de ahora, aunque siempre ha prestado sobre todo atención a la enseñanza.
Entonces estaba abierto, desde el primer momento, a la formación de niños de
familias humildes, entre ellos a los que vivían a los pies de la sierra, más
bajo del Seminario, en la zona conocida como «la Peña». Allí, cada uno de ellos
con su apodo como «Sapo, Truque, Pitoto, Chicha, Né, Cagranera, Malavida,
Dindina o Tertulia». Además de esta labor educadora, estaban presentes las
clases nocturnas, el teatro, el deporte como el fútbol y la música con su Banda
conocida como la de «Don Juan» con aproximadamente cuarenta puntos. A todas
estas actividades, años después se agregaría su imprenta.
La educación que allí se daba quedaba patente en su «Himno»,
con letra del sacerdote Monserrate Celdrán y música de Juan Pedro Muñoz: «El
ser estudiosos/ y bien educados./ Será nuestra gloria/ y orgullo mayor/».
Como decíamos, en 1944, en el mes de mayo se conmemoraba las
bodas de plata de la Institución que, en esos momentos estaba dirigía por el
recordado sacerdote Antonio Roda López, siendo presidente de su Junta de
Gobierno, el canónigo Luis Almarcha Hernández y de la que además formaban
parte: Vicente Alba Villar, Carlos Irles Vinal, Joaquín Espinosa Cayuelas,
Eusebio Escolano Gonzalvo, Ángel García Rogel, Antonio Balaguer Ruiz, Ignacio
Sánchez Ballesta y Antonio Sánchez Ballesta.
Antonio Roda López (Don Antonio Roda) se había hecho cargo
del Oratorio Festivo, el 17 de octubre de 1934, siendo su cuarto director
después de Juan Torres Silva (15 junio 1919-30 junio 1927), del capuchino fray
Gonzalo de Benejama (1 de julio 1927-30 junio 1928) y de Monserrate Celdrán (1
julio 1928-10 octubre 1934). El padre Roda era un trabajador incansable, y recordamos
aquellos «un viernes más con vosotros» y «cosas que me pasan», en las ondas de
Radio Orihuela que estaba ubicada en la calle mayor, y desde las que con
habilidad sabía pedir y «dar sablazos» a los oriolanos, para llevar adelante
los objetivos propuestos en el Oratorio Festivo, entre ellos las interminables
obras en el mismo. Pero, ello no estaba sólo presente en la radio, sino que
aprovechaba cualquier ocasión para pedir ayuda. Sirva de muestra, tres anuncios
del ejemplar número 60 de su revista: «¿Quiere V. dormir tranquilo? ¿Padece
usted de insomnio? Póngase en gracia de Dios si no lo está y mande algunas
pesetillas para la Peña. Remedio radical»; «No hagáis testamento sin consultar
primero con el Director de este Oratorio que os dará un consejito»; «¡Ricos,
hacendados, propietarios! ¿Queréis un hombre de confianza que administre
vuestros bienes? El Director de este Oratorio se ofrece y os promete dejaros
sin una perra pero ganaréis el cielo». Otras veces, su táctica recaudadora era
el uso de las «multas» que imponía a aquellos que ganaban un premio de lotería,
o que contraían matrimonio o tenían un hijo. Todas estas formas eran válidas,
ya que por aquel año de 1944, para terminar las obras del Oratorio Festivo
necesitaba la cantidad de dos millones de pesetas (iglesia, 300.000 pesetas;
teatro, 200.000 pesetas; aulas, 500.000 pesetas; pabellón artes y oficios,
500.000 pesetas; patio, jardines e internado, 500.000 pesetas). Pero, él
siempre daba esperanzas a los futuros donantes: «no os asustéis, se dan
facilidades».
Una de los grandes logros del Oratorio Festivo, fue acoger
la iniciativa de un grupo de oriolanos de crear la Unión Lírica Orcelitana, en
1942. Por ella, antes de hacerse cargo como director Eduardo Lázaro Tudela,
estuvieron al frente de la misma, Alfredo Benavent y Agustín Fuster. La
Directiva estaba presidida por José Martínez Pacheco y contaba como
vicepresidente con Victoriano Gilabert, como secretario con Manuel Cañizares,
como tesorero con Hermengildo Moreno y como vocales, Juan de Dios Payá, Antonio
Galiano Santiago, Ramón Torregrosa e Ignacio Sanmartín. Además pertenecían a
ella 430 socios.
Pasaron los años y pudimos disfrutar de su iglesia dedicada
a María Auxiliadora, de su teatro con aquellas sesiones de cine y de zarzuela
y, sobre todo, del trato con algunos de aquellos primeros alumnos, ya hombres,
que entonaban el «¡Viva Don Juan!».
FRANCISCO SALA ANIORTE, CRONISTA OFICIAL DE TORREVIEJA
Se acerca el de 1 de noviembre dedicado por las familias al
recuerdo de los que ya no están. Son días de acercarse a las tumbas de los
seres queridos y, con mimo redoblado, adecentar los nichos y acondicionar las
tumbas. Crisantemos, gladiolos, rosas o claveles empiezan a lucir con frescor
renovado y no dejar pasar el primero de noviembre sin detenerse unos minutos
ante las tumbas de los que se han ido. Por todo ello no queremos llegar al
próximo domingo sin escribir de estos puntos de reunión – los cementerios – en
donde probablemente acabaremos todos.
El primer cementerio de la Torre Vieja se hallaba en lo que
hoy son los números 9 y 11 de la calle Patricio Pérez, muy cercano a la edificación
defensiva, siendo utilizado hasta el último tercio del siglo XVIII. El hallazgo
de restos óseos humanos durante la cimentación y construcción de un edificio, a
comienzos de los años setenta del pasado siglo, así lo indican.
Del segundo cementerio se sabe de su existencia a través de
los libros parroquiales en los que la anotación de una defunción dice «en el
antiguo cementerio, sito a la salida del pueblo al Levante del mismo». Estaba
en el lugar que hoy ocupan los primeros edificios de los números pares de la
calle Rambla de Juan Mateo, siendo hallados algunos huesos humanos al practicar
una zanja para los cimientos del «Edificio Granada»; tenía una pequeña ermita,
o capilla, en cuyo altar había un lienzo de Nuestra Señora del Rosario al pie
de la Cruz, que se trasladó e instaló en la iglesia al ser derruida esta. Tenía
cercano otro pequeño terreno -en lo que hoy es el «Hotel Fontana»- destinado a
dar sepultura a los difuntos no católicos.
La primera persona de la que se tiene conocimiento de ser
enterrada en este cementerio fue José Cortés, natural de Relleu «marido de
Josefa Calaboio, que no recibió ninguno de los Santos. Sacramentos por no haber
dado tregua su enfermedad, no hizo ninguna obra pía por no tener bienes para ello»,
su óbito ocurrió el 17 de septiembre de 1789, y así consta en el primer
registro del libro primero de defunciones de la parroquia de la Inmaculada
Concepción. Este cementerio estuvo en servicio hasta el 1 de noviembre de 1812,
fecha en que quedó fuera de uso, debido al gran número de enterramientos,
debido en gran parte al alto número de defunciones a consecuencia de una
terrible epidemia de fiebre amarilla ocurrida en el año anterior, víctima de la
que también murió el cura José Perales, el 24 de septiembre de 1811, tras
contraer la enfermedad en el cumplimiento de sus deberes parroquiales. Al
crecer la población de Torrevieja, aquel camposanto también había quedado muy
cercano a las casas habitadas por lo que hubo de construir un nuevo cementerio,
sin ser trasladados a él los cadáveres allí enterrados, siendo su suelo
terraplanarlo con cal por miedo a la reproducción aquella terrible enfermedad,
por lo que los restos humanos aún permanecen bajo aquella tierra.
Para el que el sería el tercer cementerio de Torrevieja,
antes de su edificación realizó un estudio el médico cirujano al servicio de la
administración de las Salinas, Manuel López Onrubia, natural de Orihuela, y
previo examen de los terrenos de alrededor de la población, determinó el lugar
que consideraba más apropiado para ello, esta vez a Poniente. Fue cercado y de
le puso puertas, todo ello a cuenta y caudal de las Reales Salinas. Tenía su
emplazamiento en la parte trasera de lo que hasta hace unos años era el hostal
«Las Cibeles», más exactamente donde hoy se sitúa el establecimiento de
cárnicas «Aldi», junto al canal del Acequión, El 1 de noviembre de 1812, Día de
Todos los Santos, fue bendecido por el cura párroco Antonio Cortés, comisionado
por el obispo debido a la urgencia del caso, entrando en servicio el 12 de
noviembre, siendo primer «inquilino» un tal Simón Roba, marinero genovés de 26
años, que en su testamento dejó una importante dotación para que se oficiasen
doscientas misas por el eterno descanso de su alma, que a un costo a seis reales
de vellón cada una resultaba la cantidad de mil doscientos reales de vellón,
que equivalían a sesenta duros de plata, en aquella época llamados reales de a
ocho.
Dejó de utilizarse en 1888, en que fue clausurado, y los
restos que en él reposaban fueron trasladados al nuevo y cuarto cementerio, que
fue edificado de su caudal por el Ayuntamiento y al que, hasta el día de hoy,
se le han ido haciendo diversas modificaciones, construcción de panteones,
ampliaciones en superficie y número de nichos.
En esta setmana, el calendari festiu d’Estivella es vist de
roig. Es recorda, mitjançant una romeria i una missa a la muntanya, que el
quart diumenge d’octubre es feien les festes majors dedicades a la Creu del
Garbí. Així va ser entre el 1813 i 1979. Tot un llarg període en el qual es va
demostrar la intensa i forta d’unió del poble amb este referent natural del
terme presidit, des del segle xix, per una ermita erigida i mantinguda per les
estivellenques i els estivellencs. De fet, va ser l’ajuntament del municipi el
qui va aconseguir que es recuperara eixe entorn. L’any 1993, l’alcalde Robert
Renau i el conseller Emèrit Bono van inaugurar la seua rehabilitació.
Actualment, malauradament, es troba també l’interior de l’ermita envaït per
pinyes que amaguen el valor patrimonial d’un monument erigit l’any 1804.
Tanmateix, si a hores d’ara és notícia el Garbí, no sols és
per la història o la tradició. Tampoc perquè cal recordar en quin municipi es
troba, ja que la natura no té amos sinó persones que l’estimem o que la
maltracten. En estos moments, el realment greu, és que eixa peça clau del
paratge natural de la Calderona està amenaçat per l’excessiva i descontrolada
presència de visitants. En els últims temps, s’observa un incontrolat accés.
Els cotxes aparquen massificadament i sense cap orde en les vores de la pista i
en la carretera. No sols són visites diürnes sinó també de visitants que hi van
a fer rutes de nit. És satisfactori que agrade tant el punt però caldria
preguntar-se si el medi ambient està preparat per a rebre alhora tanta
presència humana descontrolada. L’autoritat del parc la té la Generalitat i se
n’haurà de pronunciar i actuar. També l’ajuntament d’Estivella podria
insistir-la perquè tingueren en compte la situació.
En definitiva, des d’Estivella i la comarca, podem
sentir-nos orgullosos perquè s’estime i valore el Garbí. Però caldrà actuar,
ràpidament i amb eficàcia. S’han de buscar limitacions i frens que n’asseguren
la millor conservació i la visita controlada. El bon futur del Garbí està en
joc.
FRANCISCO PÉREZ PUCHE, CRONISTA OFICIAL DE VALENCIA
Cuando llama a la puerta la fiesta anual de la Guardia
Civil, cuando el aniversario de la riada de Valencia se aproxima, el recuerdo
hace aflorar el nombre de un héroe olvidado, Enrique Miguel Martín. Era brigada
de la Guardia Civil en el cuartel de Cantarranas. Y murió durante la inundación
después de salvar la vida de muchas personas en la zona de Nazaret. Durante la
riada del 14 de octubre de 1957, y en los meses posteriores, cientos de
guardias civiles, policías, bomberos, guardias municipales y soldados hicieron
cuanto estuvo en su mano para salvar a personas en peligro, socorrer a los
damnificados y quitar el barro de las calles de ciudades y pueblos. Pero en la
gigantesca operación de ayuda a Valencia sólo se registró una víctima entre las
fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado: el brigada Enrique Miguel Martín.
Juan Castaño, un anciano considerado en Nazaret como una
institución, memoria viva del barrio, me relató la tragedia de aquel guardia
civil en el año 1997, cuando estaba reuniendo materiales para el libro ‘Hasta
aquí llegó la riada’. «Salvó a mucha gente -recordó con amargura-. Avisó de la
riada y organizó el salvamento. Y tuvo la desgracia, después, de quedarse
aislado, aferrado a un poste que perdió los cimientos por la fuerza de las
aguas y se venció».
No se sabe mucho más de lo que ocurrió en Nazaret en
aquellas horas terribles del 14 de octubre. El cuartel de Cantarranas, y el
pequeño barrio que le era próximo, estaba apenas a unos metros del cauce del
Turia, en su orilla izquierda, y a corta distancia del punto donde el río
desembocaba en el mar. Pero el río, casi siempre seco y pestilente, era ahora
tan caudaloso como el Danubio, con 2.500 metros cúbicos por segundo. Hacia el
sur, la furia de las aguas ponía en peligro la vida de la gente en Nazaret, La
Punta y Pinedo; hacia el norte, las aguas cubrían el puerto por completo y se
unían con las del barranco de Carraixet, inundando todo el distrito Marítimo.
El agua saltaba y amenazaba el puente de Astilleros. A pocos
metros del cuartel de la Guardia Civil, en la Comandancia de Marina, se
quedaron aisladas, durante la segunda ola de inundación, las primeras
autoridades, que habían ido, tras la primera riada, a ver qué podían disponer.
Cientos de refugiados que habían llegado en el último minuto encontraron techo
en las dependencias de la Armada, a la vista de los tinglados. En los techos de
los tranvías, en las verjas del puerto, la gente intentaba huir de una riada
que estaba arrastrando hacia el mar todo lo que encontraba a su paso, empezando
por vidas arrancadas en Vilamarxant, Pedralba y numerosos barrios de Valencia.
El periodista pudo consultar el sumario abierto por el juez
Pedro Álvarez-Castellano, que en la madrugada del 14 de octubre caminó con agua
hasta la rodilla hasta los juzgados para constituir la guardia permanente en
ausencia de todos sus demás compañeros, aislados por la riada. En el acopio de
datos e identificación de las víctimas que fueron apareciendo en los lugares
más insospechados hay una anotación. «Enrique Miguel Martín, brigada de la
Guardia Civil. Cadáver hallado en la base de hidros del Puerto. (S-114. Pasa a
la jurisdicción militar)».
No se sabe mucho, ni de él ni de los detalles de la
peripecia de servicio a los demás que le llevó a la muerte. En su momento se
publicó que Enrique Miguel era hermano de un linotipista que trabajaba en el
periódico Levante, pero no se publicaron muchos más detalles de su vida. El
periodista Rafael Brines, joven reportero en 1957, publicó en Clima un
reportaje sobre el gesto heroico del brigada y una fotografía de él, de
uniforme, junto a su esposa.
Aunque en Nazaret aún hay vecinos mayores que recuerdan su
hazaña sesenta y tantos años después, la documentación oficial disponible
también es escasa. La orden general número 37 que el 31 de octubre dio el
director general de la Guardia Civil, general Sáenz de Buruaga, informa de que
había recibido del ministro de la Gobernación, después de una visita de
inspección, un informe sobre el comportamiento de las fuerzas de la Guardia
Civil durante la riada. De ese informe se desprendía, de forma austera, una
felicitación a las fuerzas de la 134ª Comandancia de la Benemérita por su
comportamiento general durante la riada, en ayuda de víctimas y damnificados.
Es al final donde podemos encontrar un «recuerdo fervoroso» a la memoria del
brigada «muerto en el cumplimiento de su deber, que con su ejemplar acción y
sacrificando su propia vida a la de otras personas en peligro ha señalado un
hito más en la noble y fecunda vida de la Guardia Civil».
Cantarranas, un barrio de alto riesgo
Cantarranas es fruto de la precariedad y el pésimo urbanismo
de finales del siglo XIX. Su nombre indica que ha sido siempre un lugar
inundable y lacustre a orillas de la incierta desembocadura del Turia. En
aquellos arenales y charcas, donde nunca estuvo clara la propiedad municipal y
la del Estado, se construyeron casas para obreros de propiedad precaria, como
también se hizo en parte de Nazaret.
Allí se levantó un cuartel de la Guardia Civil, un error de
bulto en tanto que estaba en una zona fácilmente inundable. Como tenía
terrenos, el Gobierno también quiso ubicar allí, en el año 1906, la nueva
Aduana, un proyecto al que se opusieron los vecinos, razón por la que todo se
demoró hasta que se levantó el edificio actual junto a la dársena. Sin embargo,
los vecinos nunca mostraron recelo por la presencia de la Guardia Civil en el
humilde barrio de Cantarranas. Alguna influencia tendría la presencia del
cuartel para los ‘logros’ de un barrio donde guardias y vecinos compartían
charcas, mosquitos, malos olores e inundaciones del Turia. Porque antes de 1957
las hubo, y muy serias, en 1897 y 1949 y más ‘moderadas’ en 1902 y 1908.
En todo caso, en Cantarranas, donde a falta de puente se
usaba una vetusta barca de sirga para cruzar el Turia, se pusieron farolas de
gas en 1901, y aceras y saneamiento en 1908, año en que los vecinos lograron lo
que le habían pedido al rey en su visita a Valencia de 1905: que se les diera
título de propiedad sobre el suelo de sus casas, teóricamente del Estado, para
dar fin a lo que era una propiedad en precario. En gratitud por la mano dura
gubernativa contra los maleantes de la zona, los vecinos, en 1912, quisieron
que se pusiera a la calle principal del barrio el nombre del gobernador civil,
señor Puig Boronat; y este dijo que declinaba el honor en beneficio del
Ejército Español, como así se hizo en el año 1913. Y ahí sigue el nombre hoy en
día.
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