Arxiu diari: 9 de novembre de 2020

LA CREU DE PLATA D’ALGAR


Creus de plata que es conserven  en la església parroquial d’Algar

JOSEP CATALUNYA ALBERT, CRONISTA OFICIAL D’ALGAR DE PALÀNCIA

L’any 1653 els veïns d’Algar, juntament amb el vicari de la parròquia, van decidir  comprar una creu de plata per a l’esgléisa, aleshores una xicoteta ermita, ja que encara no s’havia començat la construcció de la nova església parroquial, que es va inciar l’any 1702.

En el valuosíssim arxiu històric municipal d’Algar, s’ha trobat casualment un important document que, literalment, va encapçalat de la següent forma:

“ Jesús M.ª Joseph

Memoria de lo que los vehins i moradors del lloch de Algar, an promes, aixi en diners com en seda i forment, pera pagar les echures de una Creu de plata pera la Iglesia del dit poble en 2 de febrer del any mil siscents sinquanta i tres “

En este document consta que l’import de la creu va ascendir  a quarante lliures valencianes, que va caldre pagar  a Fra Josep Esteve, possiblemente el religiós i orfebre que va confeccionar la creu, en dues pagues de vint lliures cadascuna, la primera el dia de Sant Jaume i la segona el dia de Tots Sants. El vicari de la parroquia i responsable del pagament era el mercedari Fra Miguel Penalba.Crida l’atenció les tres formes de pagament a càrrec dels veïns: en lliures valencianes,en seda i en forment. Cal dir que Algar, en aquells anys, tenía una important artesanía de la seda.

Van fer el pagament en lliures valencianes els següents veïns: Miquel Rodrigo, Vicent Sanchis, Joseph Nadal, Anton Sanchis, Thomàs Gascó, Bernat Bolinches, Juan Pérez,Joseph Franco, Pere Menrach, Gregori García, Josep Mora, Vicent Mora, Domingo Donat, Gabriel(criat de Boixó)) i Francisco Cagarto.En forment ho van fer, aportant la majoria una barcella, excepte dos que van aportar dos armuts: Juan Mora, Quiteria, Juan Lopes, Chistóval Ernandes, Maria Molinera, Guillem, Josep Royo, Francés Mora, Vicent Faxardo i Domingo Orbea.I, en seda, aportant tots una madeixa , excepte dos que van aportar mija madeixa: Jaume Mora, Llorensa, Quiteria, Francés Mora, Ana Menrach, Llúcia Sanchis, Maria Agustina, Matilda, Maria Pérez, Francisca Adsuar i Francisco del Gascó.​

UNA ADUANA PARA ELDA

GABRIEL SEGURA, CRONISTA OFICIAL DE ELDA

El año 1820 encaraba ya su recta final. Hacía varios meses que el sistema constitucional había sido repuesto tras la sublevación, encabezada por Rafael Riego, de las tropas acantonadas en Andalucía destinadas a sofocar la insurrección en las provincias americanas.

El nuevo gobierno liberal tuvo las condiciones políticas necesarias para emprender la Hacienda Pública que había quedado pendiente tras la abolición del sistema constitucional en 1814 por Fernando VII. Reforma que pretendió la creación de un único mercado estatal bajo las mismas normas e igual fiscalidad, así como el establecimiento de un sistema aduanero racional y libre de las trabas del sistema del Antiguo Régimen. Medidas que pretendían favorecer la reactivación y fomento de la economía nacional, al tiempo que proporcionar recursos financieros al Estado.

Será un 8 de noviembre de 1820, cuando por medio del Decreto LXXXIII de las Cortes Generales, se procedió al establecimiento de aduanas y contrarregistros en todo el ámbito del estado. En la entonces provincia de Valencia (antiguo Reino de Valencia y actual Comunidad Valenciana) se establecieron dos aduanas: en los puertos de Valencia y de Alicante, habilitadas para el comercio exterior desde donde poder importar y exportar, así como para el comercio con los virreinatos americanos. Y junto con las adunas, un total de 10 contrarregistros aduaneros

El nuevo sistema aduanero consistía en una doble línea: la primera de aduanas; la segunda de contrarregistros, situada de 4 a 5 leguas al interior de la primera. Sistema en el que toda mercancía importada o exportada debía pasar en orden inverso por ambas instalaciones, a fin de ser considerada legal su entrada o salida en España. Esta doble línea buscaba un control más estricto de todo el comercio exterior para evitar así el contrabando y el tráfico mercantil al margen de la ley, al tiempo que incrementar la recaudación fiscal y lo recursos financieros del Estado.

Elda, por su situación en el Camino Real, ya en la frontera con la antigua provincia de Murcia (Sax y Villena) fue una de las villas elegidas para el establecimiento de una de estos contrarregistros interiores de la aduana de Alicante, junto a otros en Alcoy, Rojales y Elche, en la actual provincia de Alicante.

El nuevo sistema aduanero resultó de difícil implantación en toda España por la precariedad y falta de dotación de recursos en los mismos, además de suponer molestias para el comerciante legal. Sabemos de una propuesta de la Comisión de Hacienda y Comercio de la Cortes Generales en 1821 para modificación de las aduanas y la supresión de todos los contrarregistros.

Pero todo quedó cercenado de golpe por la reacción absolutista y la restauración del Antiguo Régimen de la mano del ejército de los “Cien Mil Hijos de San Luis” en 1823. Toda la legislación liberal del trieno 1820-1823 fue abolida.

Al respecto del contrarregistro de Elda y dado el déficit de la investigación histórica local en periodo tan importante como el siglo XIX, poco o nada sabemos de aquel control aduanero eldense. ¿Dónde se situaba? ¿Quiénes estuvieron al frente? ¿Cuántas y qué mercancías pasaron por él? Toda una serie de incógnitas que quedan pendientes para la investigación de los jóvenes historiadores e investigadores interesados por la historia local.

Fuente: https://www.valledeelda.com