El 17 de agosto tuvo lugar la proclamación de la reina de las fiestas del Cristo de l’Alcora 2024, Claudia Llorca Bovea, y de las damas de honor: Alba Castillo Moliner, Naira Esteller Tomás, Paula Flor Vicente, Mar Gil Garcés, María Guillamón Claramunt, Berta López Pallarés, Elena Miralles Asensio, Paula Nomdedeu García, Laia Pérez Guillamón, Andrea Ros Porcar y Alba Torner Rueda. Especialmente emotiva fue la despedida de la reina Claudia Rodríguez Muñoz.
La nueva reina manifestó estar emocionada al presidir una corte de honor histórica por lo numerosa, que no se veía desde hace 72 años, y poder representar a la mujer alcorina junto con sus 11 damas durante todo un año, deseando a alcorinos y visitantes unas joviales fiestas.
La capital de l’Alcalatén tiene este 2024 una corte de honor de 12 jóvenes, cantidad que no se veía desde hace 72 años, ya que desde hace muchos no se ha pasado de 6, un año hubo dos, otro año una e incluso algún año no hubo reina ni damas.
Como manifiesta el CRONISTA OFICIAL DE L’ALCORA, JOSÉ MANUEL PUCHOL, la misma cantidad se vio en 1949 y 1952, teniendo que remontarnos a estos años para hallar una participación tan numerosa, siendo el año que más ha habido el primero que l’Alcora tuvo representantes festeras, en 1948 con 16, siendo reina María Teresa Michavila Pallarés, hermana de Federico Michavila, fundador del grupo Torrecid y jefe del Estado Mayor del Aire.
Homenajes
En el acto, presentado por Carlos Esteban y Arianne Olucha, se realizó precisamente un homenaje a la primera reina, así como se recordó a los autores de pregones y pregoneros de la historia de las fiestas alcorinas, procediendo además a la interpretación del XLV Pregón de Fiestas, a cargo del actual pregonero oficial de la villa, Adrià Muñoz.
Ocupó el estrado de mantenedora la alcorina María López Ponz, relevante profesora y doctora en Traducción, que se centró en la dimensión afectiva de las lenguas. Para ello, realizó un recorrido lingüístico, histórico y sentimental sobre las particularidades del valenciano en general y del alcorino en particular. Hubo espacio para el humor, la ternura y la nostalgia, pero sobre todo destacó por ofrecer una semblanza esperanzada de l’Alcora, un lugar abierto, acogedor y con futuro, representado en la figura de la reina y las damas.
La mantenedora también rindió un homenaje a su familia y subrayó la suerte de haber crecido rodeada de los suyos. Especialmente emocionante fue el recuerdo de su abuelo, Eugenio Ponz Nomdedeu, primer alcalde de la democracia y diputado provincial, además de reputado ceramista; así como de su tía, Rosario Ponz, matrona durante más de 40 años. Tampoco faltaron palabras para su madre, María Dolores Ponz, reina de las fiestas hace 50 años.