JULIO BADENES, CRONISTA OFICIAL DE EL PUIG
Creo que es esencial hacerse una pregunta para darse cuenta del calado de este asunto: ¿qué significa ser clavari de San Roque o Sant Roc, en El Puig de Santa María? Cuando hablamos de San Roc en este simbólico pueblo, por ser referente histórico, cultural y espiritual, de la Comunitat Valenciana, estamos refiriéndonos a una realidad que viene influyéndolo, es decir, forjando su personalidad histórica, en un porcentaje no pequeño, agosto tras agosto, desde hace unas cinco centurias. Por tanto, lo mutilaríamos si lo despojásemos de esta festividad tan venerable que, sin duda, nos guste o no, seamos ateos o creyentes, ha conformado una parte de su ser histórico-cultural.
Ser clavari, es decir, miembro de la junta encargada de regir una cofradía y organizar la fiesta del santo patrón (Diccionari valencià, Generalitat Valenciana) significa estar dispuesto a llevar adelante un proyecto que se inició en El Puig de Santa María hace unos cinco siglos. Mas por el camino de la historia perdimos una parte de la definición anterior, es decir, la ser miembro de una cofradía. Hoy día sólo hay “festeros” de Sant Roc, pero no son miembros de una hermandad religiosa, porque esta dejó de existir por la década de los años 60 del siglo pasado.
Es el mercedario Francisco Martínez, en su obra Historia de la Virgen del Puig, el que nos ofrece datos claros, sobre su origen, al decir que ya en el siglo XVIII existe el “Gremio o Cofadria” de San Roque, y describir cómo en la reja del altar de la Virgen de El Puig, que aún se conserva, ya que se trasladó al coro en la restauración de los años 60, había “ocho Candeleros de bronce grandes capaces de sostener ocho Ciriales”. Y de todos ellos cuatro eran “pintados primorosamente, y con las insignias del Gremio, o Cofadria, que los costea”. Y una de dichas cofradías era la de San Roque, que se hacía cargo de uno de los ciriales “que paga el Gremio de Mancebos de esta Villa, pintando en el a su Patron el glorioso ¨Confessor S. Roque”. Es decir, los “mancebos” o jóvenes del pueblo, eran los que formaban el “Gremio, o Cofadria” encargada de acrecentar y propiciar la veneración a San Roque, para que librara al pueblo de pestes y enfermedades.
Desde recién nacido
La cofradía seguía viva en la primera mitad del siglo XX, en ella inscribían las madres a sus hijos siendo bebes, como nos recuerda Desiderio Almenara Pedro, de 88 años. Y ofrecía el siguiente programa de fiestas: el día 14 había toros, el 15 de agosto, víspera del día del santo, se llevaba a cabo la “Nit d’ Albaes”, cantándose en primer lugar en honor a la Virgen, San Roque, Comunidad Mercedaria, Autoridades, e iniciándose, a continuación, la ronda popular. El día 16, festividad de San Roque, a las 11 horas se celebraba misa solemne, a las 20:00 comenzaba la procesión con la imagen de San Roque y, más tarde, había una velada popular con un conjunto musical y fuegos artificiales. Finalmente, el día posterior a la fiesta, el 17 de agosto, a las 7 de la mañana tenía lugar una misa en sufragio de todos los cofrades difuntos.
Hoy sigue encendida la llama de la festividad de Sant Roc gracias a los clavarios de 2024, que han querido recoger ese testigo que se ha ido pasando a lo largo de un devenir histórico muy profundo en el tiempo. Y ello los convierte en personas que se implican por su pueblo, de adopción o de nacimiento, pues uno es ciudadano de El Puig de Santa María porque trata de conocerlo, de respetarlo y, por ello, termina amándolo. Ellos son los protagonistas a la hora de rememorar una tradición que forma parte de lo que somos los pugencs i pugenques. Mas, también, la fiesta de Sant Roc debe ser una oportunidad para reflexionar sobre lo que somos y lo que queremos o debemos llegar a ser, sobre cómo celebrar la fiesta para que no entre en contradicción con su esencia: el mensaje de convivencia, solidaridad y ayuda al necesitado que nos dejó Sant Roc.
Dedico el artículo a los clavarios del año 2024 y a Samuel Badenes Mateos, clavario e hijo del autor de este artículo.
Fuente: https://www.levante-emv.com