
HENRI BOUCHÉ, CRONISTA OFICIAL DE BORRIOL
Harta conocida es la tragedia que ha asolado las tierras valencianas y de la que, desgraciadamente, no hemos salido. Al ver el movimiento que entre la población ha despertado el desastre y, sobre todo, la reacción de algunos sectores como respuesta a la problemática, no podemos silenciar, sino muy al contrario, las muestras que, en general, y particularmente entre los jóvenes se ha provocado. ¡Impresionante! Esos jóvenes que, en demasiadas ocasiones, criticamos, han dado excelente muestra de lo que han hecho, sin menoscabar la labor de los mayores, claro.
Sin apercibirme viene a la memoria lo que decía en otro contexto el filósofo Hobbes: «El hombre es malo por naturaleza». O aquel latinajo del homo homini lupus (el hombre es un lobo para el hombre). El lodo (no el lobo) seguramente no le dejaba ver la realidad. ¿Qué diría ahora en el Leviatán?
Más me inclinaría (con las reservas pertinentes) por mi admirado Rousseau: el hombre es bueno por naturaleza, si bien, como él mismo decía, es la sociedad la que lo corrompe. ¡Ni tanto ni tan calvo! El ejemplo de los valencianos y de los venidos de fuera da para pensar.
Impresionante
La tristemente célebre DANA nos ha dado un buen argumento: la labor del voluntariado, especialmente el de los jóvenes, sorprendente e impresionante. Lo hemos visto en televisión, en persona y en todos los medios. Quizá tuvieran también el eslogan que, de pronto, apareció coreado: «Nadie puede representar al pueblo mejor que él mismo».
Lo bien cierto es que el voluntariado ha tenido un papel encomiable en la gran labor que se está todavía desarrollando. Y los jóvenes merecen una brillante nota. Eduquemos en este sentido, que es el camino correcto. Discoteca, esparcimiento, sí: pero sin olvidar la obligación moral, el ejemplo dado por todos y todas.