Arxiu diari: 18 de novembre de 2024

PALPAR AL ENFERMO

FRANCISCO PÉREZ PUCHE, CRONISTA OFICIAL DE VALENCIA

En la tarde del jueves, un destello vino a alumbrar en medio del espectáculo televisivo de la inundación: con medios precarios, con apenas tres diapositivas improvisadas, el profesor Marco Segura, maestro de ingenieros en la Politécnica, abordó el porqué de lo ocurrido e incluso se atrevió a dar las razones que han demorado la aplicación de soluciones de ingeniería a esa red de barrancos que ha causado el terrible desastre.

Las televisiones llevan días bordeando el peligro de retornar, con la Dana, al antiguo Caso Alcácer. Las televisiones se nutren de heroísmo y drama, de dolor, rabia y agresividad política. Pero, cuando se agoten las pilas de la culpa, cuando se haga bien evidente el fracaso colectivo de los políticos y la banalidad de todas las alertas, igual abre también espacios a los que pueden explicar lo que ha ocurrido sobre el territorio y, como consecuencia, ayudar a que vayamos pensando en las soluciones.

Leer, leer y estudiar las pistas de la memoria. Sería buena cosa saber por qué Chiva se agrupó en torno a su barranco y si es verdad que la riada de 1776 le causó doscientos muertos. ¿Cuántas casas derribó la barrancada de 1875 y cómo se consiguió ampliar el cauce unos años después? ¿Se conservará la placa que recordaba la desgracia en el puente viejo? El profesor Marco, como el maestro Mateu Bellés, llevan años estudiando la Albufera y sus aterramientos, los barrancos y su angostura, el Turia de las chabolas y el Magro que no lo es. La Ingeniería, como la Geografía, no hace sino recobrar la memoria de lo que ha sucedido y sus razones. Palpa al enfermo, ausculta su respiración y traza un diagnóstico. Luego es la maldita política la que tiene que ordenar la cirugía, según sus presupuestos y prioridades y al hilo de esas cien regulaciones que en tiempos modernos hacen cada vez más difícil ejecutar una obra pública con la debida seriedad.

No va a ser difícil concluir que, en todos esos pueblos, donde abundaban las barracas, se vivía al compás del ciclo del agua y del arroz hasta que llegó el ferrocarril del marqués de Campo. Camino Real de Madrid, y vía férrea, en busca de Alzira y Xátiva. Y un barranco doméstico, siempre seco, que en algunas ocasiones se desmandaba.

Es hora de actuar, de limpiar y recuperarse. Pero hay que dedicar un tiempo, cuando se pueda, a releer todo lo que se ha venido escribiendo aparentemente para nada. Yo, en mi pequeño fichero, veo una fecha: 30 de marzo de 1976. El primer hipermercado de Valencia, el Continente de Alfafar, abrió sus puertas como gran novedad. El 2 de abril tengo anotado “embotellamientos enormes en la pista de Silla”. Nadie quiso perderse la fiesta. El polígono comercial –70 hectáreas– recibía hasta hace poco 150.000 visitas diarias.

(Publicado en «Las Provincias». 10 noviembre 2024)

En la imagen, dos vehículos dañados, en la confluencia de las calles de la Universidad y de las Barcas, tras la riada de 1957. (Colección Huguet)

Fuente: https://fppuche.wordpress.com

DEVOCIÓN

ANTONIO LUIS GALIANO PÉREZ, CRONISTA OFICIAL DE ORIHUELA

Estamos en el día en que se conmemora la festividad de San Martín de Porres, el venerable limeño hijo de un hidalgo y de una mulata. Su biografía la recordamos en aquella película mexicana de 1975 interpretada por René Muñoz y dirigida por Tito Davison. El día anterior, sentimos a aquellos que nos antecedieron en este mundo y descansan, y estoy seguro que en paz. Para ello, tengamos en cuenta a los que en estos momentos han perecido en poblaciones de Valencia por esta DANA, probablemente la de peores consecuencias humanas y materiales que hemos conocido. Una fecha antes, el 1 de noviembre nos situaba en la festividad de Todos los Santos, en la que, como se dice en mi Album popular de Santoral publicado en 1957, en el que pegábamos estampas en color de los santos, en cada uno de los días del calendario. Así, en él mismo, sobre esta última festividad nos decía que estaba dedicada a aquellos Santos que no habían sido canonizados debido a que no eran conocidas sus circunstancias, y a todos los bienaventurados que estaba en la Gloria descansando en paz.

A pesar de que estamos lejos y aún falta aproximadamente siete meses y medio, vamos a rememorar la devoción a las Patronas de Orihuela, Santas Justa y Rufina. Aquellas alfareras sevillanas, que fueron martirizadas en el siglo III durante la dominación romana, y que son reverenciadas como tales Santas por las Iglesias Católica y Ortodoxa, el 17 de julio siguiendo la tradición medieval. Nuestra ciudad las venera desde 1242 ó 1243, por haberse producido su participación empírea apareciendo como dos luceros en el cielo en la madrugada del día de su festividad, en que se produjo la liberación de Orihuela de los musulmanes a los que se encontraba sojuzgada.

Recuerdo que, en 1979, me encontraba dirigiendo la publicación «Santas Justa y Rufina en la Historia de Orihuela» del P. Agustín Nieto Fernández que fue publicada por la Caja Rural Central. El Archivero Honorario del Ayuntamiento públicamente me encomendó que me hiciera cargo de gestionar la publicación de su Sermón de «El Pájaro» que había predicado el 17 de julio de 1972. Encontrándonos en pleno trabajo de la publicación, en otoño de 1979, en uno de los viajes que realicé a Barcelona para asistir como alumno a un curso en el Centro Nacional de Condiciones de Trabajo, dedicaba las tardes a recorrer «librerías de viejo» y, a través de una de ellas supe que un abogado disponía de un manuscrito del dominio José Muñana, al cual citaba el P. Agustín en referencia a las Santas Justa y Rufina. Después de contactar con dicho abogado, que me permitió tomar notas sobre lo que decía el fraile dominico en referencia a Orihuela y a las Mártires, elaboré una nota que le hice llegar al P. Agustín, el cual me pidió que la incluyera en el libro que se estaba preparando. Así se hizo, y apareció en las páginas 65-67 como nota «7 bis». En ella recogía parte de lo que había transcrito del P. José Muñana, y como dato curioso, después de cuarenta y cinco años me gustaría recordar y compartirlo, ya que hace referencia a una las apariciones de la mártires alfareras sevillanas en nuestra ciudad: «En la ciudad de Origuela hubo dos hermanas llamadas Justa y Rufina en las cuales con los nombres se hallaron nobleza y virtud, como en muchas santas, fueron vigines y mui amantes de las Santas Patronas y tutelares, a estas venerables religiosas terceras de nuestro padre San Francisco se les aparecieron las Santas y le revelaron muchas cosas».

Aunque con este prodigio que pudo haber acaecido en siglos anteriores, comprobamos que durante años la devoción a las Santas Justa y Rufina se mantuvo y se ha mantenido hasta la actualidad, con la celebración del «Día del Pájaro», salvo algunos momentos bélicos de nuestra historia.

Después de haber sido destruidas las imágenes de las Santas por algunos iconoclastas; en 1941, el alcalde Mariano Belda Garriga convocaba una sesión extraordinaria con objeto de hacer entrega a la Parroquia de las Santas Justa y Rufina de las nuevas imágenes donadas por el Excmo. Ayuntamiento de Orihuela. El acto de la donación se efectuó el día 16 de julio a las 9 de la noche, y antes de iniciarlo, se invitó al vicario general del Obispado Luis Almarcha Hernández, asistido por el sacerdote Antonio Roda López, para que procediese a bendecirlas, encontrándose dichas imágenes en el centro del Salón de Sesiones de la Casa Consistorial. Tras ello, el secretario municipal daba lectura al orden del día, interviniendo después el alcalde que glosó la Reconquista y cerraba el canónigo Almarcha pronunciando unas palabras de agradecimiento. A continuación se efectuó una procesión para trasladar las nuevas imágenes desde el Ayuntamiento hasta la Catedral, pasando por la Plaza Nueva, calles de San Pascual, Calderón de la Barca, Arzobispo Loazes, Alfonso XIII y Mayor. En la Seo permanecieron las citadas imágenes hasta el día siguiente, donde fueron llevadas hasta su Iglesia en procesión cívico-religiosa, junto con la Gloriosa Enseña de «El Oriol». Allí se celebró la Misa de la Reconquista y se pronunció el «Sermón del Pájaro» que estuvo a cargo del sacerdote Gabriel Hostalet, al que le abonó el Ayuntamiento por su trabajo 200 pesetas.

Sé que la devoción a las Santas Justa y Rufina se mantendrá el próximo año y que las dos luces aparecerán de nuevo sobre el Castillo en la noche del 16 al 17 de julio. Y sé que volverán a ir en procesión las imágenes o «las dos simpáticas figuras de las Santas, teniendo el artista gran acierto al hacerlas». Imágenes que cumplirán 84 años, a pesar de que sigamos ignorando el nombre del autor y lo que importaron.

Fuente: https://www.informacion.es