Arxiu diari: 9 de febrer de 2024

EL DESARME DE LOS MORISCOS ELDENSES

GABRIEL SEGURA, CRONISTA OFICIAL DE ELDA

Hoy hace 461 años, un 8 de febrero de 1563, los moriscos de todo el reino de Valencia, entre ellos los del condado de Elda, integrado por las villas de Elda y de Petrer, fueron desarmados ante el temor de la Monarquía Hispánica a posibles revueltas o a que dicha minoría cultural, a la que se tenía por criptomusulmana, actuara de “quinta columna” en caso de un ataque o desembarco de tropas turcas en las costa mediterránea.

Ante dicho temor, fundado en el incremento de la actividad berberisca desde el Norte de África, auspiciada por las autoridades otomanas como medio de presión sobre el Occidente cristiano, el 19 de enero de 1563, el rey Felipe II dictó la Real Pragmática ordenando el desarme de todos los moriscos del reino de Valencia.

En virtud de aquella disposición regia, Alonso de Aragón y Portugal, duque de Segorbe y de Cardona, en su calidad de virrey y capitán general del reino de Valencia, dispuso que dicho desarme se efectuara de forma coordinada y en el mismo día en todo el reino, estableciéndose que fuera el 8 de febrero de ese mismo año.

El desarme fue realizado dicho día, en 415 villas y lugares de todo el reino, y según consta en la documentación conservado en el Archivo del Reino de Valencia se registraron un total 16.377 casas de moriscos o cristianos nuevos. En Elda, un tal Jerónimo de Vallebrera, caballero perteneciente a una linaje familiar vinculados a los cargos y oficios municipales de la ciudad de Alicante, al tiempo que señores de Agost, fue nombrado comisario encargado para el desarme, habiendo sido revisadas un total de 231 casas, donde fueron decomisadas 35 lanzas, 16 rodelas (escudo circular), 65 puñales, 91 ballestas, 40 cascos y 3 escopetas.

La operación de desarme fue un éxito, puesto que a los moriscos valencianos se les incautó 25.000 armas de todo tipo, prácticamente una por cada hogar, con lo cual su capacidad militar disminuía, y por lo tanto se cumplía el objetivo político de neutralizar a la numerosa comunidad morisca del reino de Valencia. Aquella medida generó una relación de hogares con lista nominal de los “cabezas de familia” por municipio, con posibilidad de aprovechamiento demográfico, y fuente inapreciable para el conocimiento de la antroponimia morisca. Así gracias a aquel “censo de desarme” conocemos los nombres y apellidos de todas las familias eldenses que 46 años más tarde serían expulsadas de sus casas, de sus tierras y de su amado Valle de Elda.

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