JOSEP CATALUNYA ALBERT, CRONISTA OFICIAL D’ALGAR
Tras un paréntesis de dos años, como consecuencia de la pandemia del COVID-19, Algar ha vuelto a celebrar la efemérides del Día Internacional del Libro.
Como todo el mundo sabe, el 23 de abril de cada año, festividad de Sant Jordi, a propuesta de la UNESCO , se viene celebrando, desde 1988, en todo el mundo el Día Internacional del Libro. Sus antecedentes hay que buscarlos en la antigua Corona de Aragón, ya desde el siglo XV, si bien fue a propuesta del editor valenciano Vicente Clavel Andrés, cuando esta fiesta comenzó a celebrarse como Dia del Libro en la ciudad de Barcelona a partir de 1925, siendo costumbre que el hombre regale una rosa a la mujer querida y esta, en correspondencia, un libro a su amado. Uno de los motivos también de la celebración de esta fiestas el 23 de abril, es debido a que en la misma fallecieron varios escritores como Cervantes (aunque parece ser que murió 22 y
fue enterrado el 23 de abril), Garcilaso de la Vega y Shakespeare (este último según el calendario juliano).
El Ayuntamiento de Algar de Palancia, desde hace más de diez años, viene organizando la celebración de esta fiesta con una serie de actos públicos en la Plaça de Castelló, consistentes en un “ conta contes”, para niños y niñas, patrocinado por la Diputación Provincial de Valencia, la venta de libros (este año a cargo de Postdata-Editorial ) y, muy especialmente, en la lectura por personas de ambos sexos y de todas las edades de fragmentos literarios de diversos autores.
En la presente edición del Día Internacional del Libro en Algar, se leyeron fragmentos de obras literarias, entre otros, de Cervantes. Blasco Ibáñez, Miguel Hernández, Gloria Fuertes, Pérez Galdós, Mario Benedetti, Antonio Machado, Raimon, Salvador Espriu, etc., siendo leídas algunas poesías en contra de las guerras y a favor de la paz, con motivo de la invasión rusa de Ucrania, mereciendo destacarse la lectura del poema “ Testamento”, de Tarás Shevchenko ( 9.3.1814 – 10.3.1861), poeta, artista y humanista ucraniano del período romántico y una gran visionario de la Ucrania moderna, del que nos permitimos recordar unos pocos versos:
Cuando muera enterradme
en una tumba alta,
en medio de la estepa
de mi adorada Ucrania.
¡Así yo podré ver los campos anchurosos,
el Dnipro, sus represas agitadas,
y podré oír también
cómo braman sus aguas!
…………………………….
¡A mí enterradme, más de pie vosotros,
las cadenas que os atan quebrantad,
y con la impura sangre derramada
la libertad sagrada salpicad!
¡Y ya en familia inmensa,
familia libre y nueva,
no olvidéis recordarme
con una palabra buena!