SIEMPRE ES BUENO HACER MEMORIA

ANTONIO LUIS GALIANO PÉREZ, CRONISTA OFICIAL DE ORIHUELA

El pasado día 25 de abril se conmemoraba en la Pedanía de La Murada de Orihuela el primer Centenario de la Inauguración de las obras de riego, y la transformación de terrenos de secano en regadío. Era el momento de recordar a una Institución netamente oriolana y a algunas personas afines a la misma que hicieron posible que este magno proyecto se llevase a cabo, y que propició la visita a nuestra ciudad del Rey Alfonso XIII, el día 4 de abril de 1925, tal como rememora el pergamino existente en la Sala de Consejos de la Caja Rural Central, en el que textualmente se especifica: «Su Majestad el Rey Don Alfonso XIII (q.D.g.) inaugura hoy en Orihuela, sitio La Murada, las obras de Riegos de la Federación de Sindicatos Agrícolas Católicos, siendo bendecidas por el Prelado Diocesano», apareciendo las rúbricas de aquellos que lo hicieron posible. Entre ellas, las del Monarca, el obispo Francisco Javier Irastorza y Loinaz, el alcalde de Orihuela Antonio Balaguer Ruiz, el presidente de la Federación Francisco Díe Losada y el chantre de la Catedral y consiliario de la Federación y del Consejo de Regantes, Luis Almarcha Hernández.

En cien años de existencia de la Federación de Sindicatos Agrícolas Católicos, y por extensión de la Caja Rural Central, son muchas las realizaciones llevadas a cabo, siendo una de ellas, tal vez de las más importantes, no sólo para Orihuela sino también para la provincia de Alicante, dichas obras de riegos, transformando terrenos de secano en regadío. «De esta manera, el proyecto salió adelante, generando una gran riqueza en nuestra provincia, y especialmente en los municipios implicados», tal como indica Manuel Ruiz Escudero, actual presidente del Consejo de la Caja Rural Central, en su ponencia «Un compromiso con las Comunidades de Regantes desde 1924», presentada al XIV Congreso Nacional de Regantes, en Torrevieja.

De hecho, tal como apunta Manuel Abadía Cabrera, en enero de 1924 se materializaba un acuerdo entre la Federación y la Compañía de Riegos de Levante, para transformar 25.000 hectáreas de secano en regadío, a través de una serie de obras de elevación y canalización de 230 kilómetros de aguas sobrantes, desde la desembocadura del río Segura en Guardamar.

En esos momentos, la Federación entre sus actividades se encontraba la experimentación y la conversión de terrenos de secano en regadío. Asunto este último, por el que Luis Díe al tratar sobre dicho proyecto, decía: «Nuestro Soberano tiene conocimiento exacto de la importancia que para nosotros tienen las obras emprendidas por esta Federación de Sindicatos de la Diócesis de Orihuela para convertir en tierras de regadío más de ciento cincuenta mil tahúllas que hasta hoy eran de secano; esta obra que representa la desaparición de la emigración en nuestra región, la vida para miles de familias humildes, esta grande obra que hasta hoy no ha sido ni concebida por ninguna cabeza por audaz que haya sido en sus proyectos, tiene todas las simpatías, todo el apoyo y todos los afectos de nuestro Monarca; él mismo así lo ha expresado cuantas veces lo han visitado oficial o particularmente personas o entidades paisanas nuestras».

Las gestiones a nivel del Gobierno de la nación en referencia a los terrenos que se iban a transformar, llevó a que una Comisión visitara el 11 de febrero al presidente del Directorio Militar como jefe de Gobierno, Miguel Primo de Rivera y Orbaneja. Dicha Comisión estaba integrada por las siguientes personas: el obispo de la Diócesis, Javier Irastorza y Loinaz; el presidente de la Diputación Provincial, Pascual Más Candela; una Comisión de la Confederación Nacional Católica Agraria; el conde de Ricci como representante de la Real Compañía de Riegos de Levante; Luis Almarcha Hernández y el Sr. Magro Espinosa, ambos en representación de la Federación oriolana.

El objetivo de dicha Comisión, era la de plantear al Directorio Militar una propuesta económica con objeto de que los labradores y propietarios de aquellas tierras afectadas por dicha transformación, pudieran obtener las ayudas necesarias para llevar a buen fin dicha obra. Para esto, por parte del obispo se presentó a Primo de Rivera la obra realizada, siendo la aportación llevada a cabo por los agricultores alrededor de tres millones de pesetas. No se precisaba del Estado las subvencionase, sino que se estableciese una fórmula de crédito sin desembolso por parte de éste, concediendo un aval garantizándolo con las tierras transformadas, y siendo el cobro de carácter ejecutivo al igual que los recibos de contribución. Tras serle mostrados los planos a Primo de Rivera, éste pasó a alabar la gestión que había efectuado la Federación y la Compañía de Riegos de Levante, prometiendo que estudiaría la fórmula que se le había propuesto.

La invitación al Monarca para que viniera a Orihuela e inaugurase las obras fue cursada por el obispo Irastorza en nombre de la Federación de Sindicatos Agrícolas Católicos de la Diócesis de Orihuela. Para ello, la ciudad y todo el recorrido de la comitiva fueron adornados y se construyeron varios arcos triunfales, así como tribunas para las autoridades y diferentes comisiones en algunas calles y plazas de la ciudad. Durante su recorrido el Monarca se detuvo en el Santuario de Nuestra Señora de Monserrate y en la iglesia de Santiago.

En el lugar de La Murada destinado para la inauguración, se instaló por parte de la Federación un arco triunfal de estilo árabe, proyectado bajo la dirección de Enrique Luis. Así mismo, se emplazó una columna diseñada por el arquitecto alicantino, Sr. Vidal, en la que se colocó una lápida que decía: «En IV de Abril de 1925, Su Majestad el Rey D. Alfonso XIII inauguró estas obras de Riegos de Muchamiel a la Matanza, realizadas por la Federación de S.A.C. de Orihuela y bendecidas por el Rvmo. Prelado Dr. Irastorza.». Durante la Guerra Civil, esta placa fue destruida y, posteriormente repuesta con motivo de las Bodas de Oro de la Caja Rural Central y Cooperativa Agrícola Católica del Segura.

Días antes de la inauguración de los riegos, el obispo Irastorza emitió una circular, en la que hacía referencia a la importante labor desarrollada por la Federación, poniendo sus esperanzas en la consecución de estas obras que iban en beneficio de una población de 78.000 habitantes, comprendiendo los campos de Crevillent, La Murada, Albatera, La Matanza, Benferri, Cox, Granja de Rocamora, Callosa de Segura, Redován y Orihuela, abarcando un total de 120.000 tahúllas regables. Estos terrenos estarían atravesados por un canal principal con capacidad de mil litros por segundo y de una longitud de 29 km, terminando en los límites de la Diócesis. Desde dicho canal, además de varias boqueras origen de otras tantas regueras de 4 a 5 km, existe otra con una capacidad de 250 litros por segundo y longitud de 7 km que deriva hacia Benferri y proximidades de Orihuela. Se establecieron varias elevaciones, entre ellas una en la parte alta de La Murada hacia Abanilla, con 40 metros de altura y dos canales transversales de 8 km. La parte derecha del canal de las elevaciones comprendían «los campos de Elche, Bacarot, Alicante, Villafranqueza, Tángel, San Juan de Alicante, Campello y Muchamiel, con lo que se beneficiaba a una población de 117.000 habitantes».

En el momento de la inauguración de las obras, estaban finalizadas y recepcionadas por la Federación un total de 70 km de canales. El resto de ellas se encontraban en fase constructiva y se preveían concluirlas financiándolas con la emisión de bonos de dicha Federación.

En la inauguración de esta magna obra, Alfonso XIII y el obispo Irastorza pronunciaron sendos discursos, indicando el Monarca entre otras palabras: «El Señor Obispo lo ha entendido así, y ese valor que comunica a la obra, la comunidad de sentimientos y de intereses, ha logrado por medio de la Federación de Sindicatos el crédito necesario para acometer esta empresa. El resultado ya lo veis».

El 1 de mayo de 1925, en la Asamblea General de la Federación de Sindicatos Agrícolas de la Diócesis de Orihuela, por aclamación, se dio un voto de gracias al Rey Alfonso XIII, y se le solicitó a que se dignara a aceptar la Presidencia Honoraria de la Federación.

En estos términos, se dirigía la Federación a la Casa Real, por medio de un escrito rubricado por el presidente, Francisco Díe Losada, por el consiliario Luis Almarcha Hernández, y por los siguientes señores: Abel de los Ríos, Antonio Balaguer, José M. Ortuño, Ángel Belda, Joaquín Andreu, José García Ferrer y José Clavarana.

Días después, con fecha 9 de mayo, desde la Mayordomía Mayor de S.M., a través del duque de Miranda, se daba respuesta a la solicitud de la Federación en los siguientes términos: «Su Majestad el Rey (q.D.g.) se ha servido acceder gustoso a los deseos de esa Federación de Sindicatos Agrícolas, aceptando el título de Presidente Honorario de la misma, que tan amablemente le ha sido ofrecido».

Así, se reconocía una de las obras más importantes llevadas a cabo por la Federación, y por extensión por la Caja Rural Central en su dilatada historia de más un siglo al servicio de Orihuela, la Vega Baja y la provincia de Alicante. Después de más de diez décadas, es bueno recordarlo.

Fuente: https://www.informacion.es