ARTURO RUIZ
Primero y antes que nada fue el azar. El escritor y biólogo Tono Fornes contó el sábado en Dénia que este libro «es producto de una suma de casualidades con probabilidad próxima a cero». Y lo explicó: navegando allá por el otoño de 2016 un amigo le habló de un profesor inglés residente en Navajas, en l’Alt Palància, especialista en ese antiguo poeta valenciano «de quien yo le hablaba de vez en cuando», Ausiàs March. Fornes le preguntó entusiasmado si el especialista no sería Robert Archer, catedrático de Filosofía del King’s College de Londres. Lo era. El amigo le dijo que tenía su email.
Primero Archer y Fornes intercambiaron correos electrónicos, después se conocieron en Dénia y muy pronto acordaron realizar un libro sobre Ausiàs March y el mar. Prácticamente siete años después los dos estaban juntos en la Casa de la Paraula para presentar el resultado, «Veles i Vents», junto al historiador y representante de la editorial Drassana, Vicent Baydal.
La gran pregunta era qué podía aportar esta nueva obra tras tantas monografías sobre imágenes marinas en la poesía marquiana, algunas bien recientes. ¿No eran suficientes para que viniera otra más? Tal vez no.
«Tal vez –agregó Fornes– existía todavía una travesía marinera que investigar embarcados con los versos del gran poeta de la Safor si nos zambullíamos en el mar de la época». Todo orbitaba en torno al poema 46, el de Veles e vents, el que tanto popularizó Raimon; y al hecho de que «casi nadie se hubiera dado cuenta de que el famoso exordio de la primera estrofa del poema sugería un retorno a vela desde Sicilia hasta el golfo de València, invocando vientos propicios y señalando los contrarios». Eso les hizo pensar que todavía había una historia por contar. Y lo hicieron.
«Cuando no existían océanos ni otros continentes»
La primera parte del libro, según explicó BAYDAL (CRONISTA OFICIAL DE VALENCIA), «examina la importancia del mar en la política de la Baja Edad Media y su presencia en las fuentes literarias que March podía haber leído». Archer subrayó al respecto que «la concepción de los habitantes medievales sobre su mar era radicalmente distinta a la nuestra. El Mediterráneo, conocido como la Gran Mar, era el centro del mundo con la Corona de Aragón como protagonista ya que aún no se tenían noticia de la existencia de los océanos y de otros continentes».
A continuación se abordan los diferentes aspectos del mundo marinero en la época: «Lo que más me ha impresionado en la investigación es la alta competencia y la precisión náutica de los textos clásicos de la época», revela Fornes. «El siglo de oro de las letras valencianas, el que conoció Ausiàs March, es un siglo de alta sabiduría marinera».
¿Habría escrito lo mismo sin aquellas dos expediciones?
Finalmente la obra repasa las dos expediciones de Alfons el Magnànim en las que el caballero de la Safor participó: la primera entre 1420 y 1421 y la segunda entre 1424 y 1425. Los itinerarios de esas travesías, «hipotéticos pero no caprichosos», se muestran en dos mapas confeccionados por Santi Inocencio, quien ha elaborado las magníficas ilustraciones del libro.
En aquellas singladuras por aguas de Baleares, Córcega, Cerdeña, Sicilia, Nápoles y Túnez, Ausiàs March era bastante joven si se tiene en cuenta que había nacido en 1400: así que «aquellos viajes debieron marcar para siempre el carácter y la visión del mundo de la persona y del poeta». O, preguntado de otra manera: «¿Habría escrito lo mismo y parecidas metáforas de no haber vivido aquellas experiencias y los amargos momentos, aventuras y emociones que fatídicamente incluirían tales viajes?». Fornes y Archer tienen la respuesta: «Creemos que no».
Desde el punto de vista poético, y por lo tanto vital, algunos de esos versos no fueron siempre bien interpretados: la conclusión es que «Ausiàs March continua vivo y problemático».
Tono Fornes concluyó su intervención agradeciendo a Robert Archer «que fuera él quien, interpretando mis deseos y formulando también su tributo de amistad hacia ella, sugiriera dedicar este libro a la meva dona Pepa Ambra, quien nos dejó hace tres años».
Fuente: https://lamarinaplaza.com