Ayer falleció FRANCISCO JOSÉ GUERRERO CAROT (CRONISTA HONORARIO DE SEGORBE Y ADJUNTO DE JÉRICA), un hombre amante de su tierra, de sus amigos, de su familia. Patxi, como todos lo conocíamos, era un trabajador infatigable, una persona afable, muy afable, siempre optimista y risueña, que transmitía alegría con enorme facilidad. Estupendo conversador, Patxi creía firmemente en la bondad del ser humano, en el profundo efecto transformador de la educación y la cultura, en la consecución de un mundo mejor, más justo y solidario. Sirvan las siguientes líneas como recuerdo a una extraordinaria persona.
Patxi Guerrero Carot cursó la licenciatura de Geografía e Historia, primero en las viejas aulas del Colegio Universitario de Castellón, de las que siempre guardó un excelente recuerdo, y luego en la Universidad de Valencia. Su paso por la Universidad fue tremendamente fructífero, tanto en lo académico como en lo personal. Patxi destacó muy pronto por sus inquietudes investigadoras y comenzó una intensa y continuada labor con algunos de los mejores profesores de la Facultad de Geografía e Historia, Joan Mateu, María Jesús Teixidor o Paco Gimeno. Pero sus estudios no le alejaron de sus compañeros, eventualidad poco probable teniendo en cuenta el carácter cercano y jovial con el que Patxi siempre afrontó la vida.
Sus primeros pasos profesionales los dio como archivero-bibliotecario del Ayuntamiento de Segorbe en el año 1985, prácticamente coincidiendo con la inauguración de la nueva Biblioteca construida en el solar que había ocupado el grupo escolar de El Parque. Patxi tuvo que abordar una tarea ingente, aumentando los fondos bibliográficos, especialmente el comarcal, creando actividades de fomento de la lectura, impulsando el certamen literario y la feria del libro, … Tantas iniciativas y tantos proyectos que sería difícil de resumir en unas pocas líneas. Patxi recordaba su etapa como archivero y bibliotecario como una de las más gratificantes de su vida.
De la Biblioteca de Segorbe pasó en 1990 a la Gerencia de la recién creada Fundación Caja Segorbe. Un proyecto donde estaba todo por hacer. Y desde allí las iniciativas no cesaron. Se creó una colección de libros de temática comarcal, titulándola Madrija, un nombre que demostraba su arraigo a nuestra tierra. Otra colección de materiales curriculares que estaban gestando grupos de renovación pedagógica. Exposiciones de una calidad y repercusión notable, como la conmemorativa del bicentenario del fallecimiento de Antonio Ponz. Congresos, como el de la Renovación de la Catedral de Segorbe, ciclos de conferencias, …
Tras un nuevo paso por la Biblioteca de Segorbe, recalaría en distintos puestos de responsabilidad en la Fundación Bancaja. Posteriormente sería responsable de los archivos de la República Dominicana y del Archivo General de la Fundación Casa Ducal de Medinaceli. Su último trabajo lo situó en el lugar que más amaba, Segorbe, dirigiendo la Escuela Taller del Ayuntamiento.
Pero la vitalidad desbordante de Patxi, su curiosidad e inquietud por tantos aspectos de la vida, su amor por la cultura y la educación le llevaron a compaginar su labor profesional con una larguísima lista de actividades y compromisos. Un ritmo frenético que habría desarbolado a cualquiera.
Patxi fue profesor asociado de la Universidad Jaime I de Castellón y desde allí preparó su tesis de licenciatura y su tesis doctoral. La primera versaba sobre la evolución de la población en el Palancia, la segunda sobre el Obispo Aguilar. En ambas obtuvo la máxima calificación y en ambas se le concedería el Premio de Investigación Histórica María de Luna (2002 y 2012). Patxi disfrutaba en las aulas y el alumnado saboreaba intensamente sus clases. Quizás por esa razón, en los últimos años volvió a la universidad, en esta ocasión a la Internacional de la Rioja.
Escribió una larga lista de libros y artículos de investigación histórica, difícilmente condensables en unas pocas líneas. Destacaremos, además de los dos premios María de Luna, el “Inventario del Archivo Municipal de Segorbe”, “Las campanas: cultura de un sonido milenario”, “El Colegio de la Resurrección”, “Repoblar para vivir. Sot de Ferrer”, “Viver de las Aguas”, “Jérica, una historia germinada”, “Cronistas de la imagen”, “75 años de arte. La Exposición de Segorbe”.
Reputado paleógrafo, experto bibliófilo, jamás perdió la oportunidad de rescatar obras de incalculable valor cultural.
En su inquietud incesante por impulsar iniciativas de carácter social, estuvo con el grupo de personas que fundó Radio Escavia. Imbuido por su incansable espíritu emprendedor, convencido comarcalista, promotor de iniciativas territoriales que potenciasen las señas de identidad de esta tierra a la que amó profundamente, se involucró de manera comprometida dando voz a numerosos programas y participando activamente en su gestión.
Amante de nuestro patrimonio arquitectónico y cultural, Patxi también sintió la necesidad de incorporarse activamente a la Asociación Cultural Cartuja Valldecrist. Habituado a la gestión cultural desde su paso por la Fundación Bancaja, asumió tareas logísticas, siempre tan importantes y oportunas, pero sobre todo aportó optimismo y alegría a la asociación cartujana, en los momentos buenos y en los que no lo eran tanto.
Se nos permitirá que finalicemos con su inmensa labor en el Instituto de Cultura Alto Palancia (ICAP). Patxi había formado parte del grupo fundador, allá por el lejano 1984, del Centro de Estudios del Alto Palancia, colaborando activamente en la organización de la institución y en la redacción de diferentes artículos. La posibilidad de canalizar estudios sobre nuestras tierras y divulgarlos le entusiasmaba, por esa razón, cuando desapareció el CEAP se puso manos a la obra, junto a un grupo de jóvenes de la comarca, para crear una nueva asociación que continuará la labor emprendida. Así surgió el ICAP, en el que Patxi se responsabilizó de infinidad de tareas, desde la redacción de artículos a la organización de congresos, conferencias y exposiciones. En los últimos años había asumido la ingrata tarea de editor del Boletín de Estudios del ICAP y los resultados alcanzados son más que evidentes. Gracias a su trabajo la publicación mejoró ostensiblemente su presentación y calidad. Su última responsabilidad fue preparar la exposición de Manolo Boix, que visitaba Segorbe con motivo del quinientos aniversario de la muerte de Vicent Peris, y la redacción del oportuno catálogo. En ambas tareas Patxi disfrutó enormemente, como hacía con todos aquellos compromisos que iniciaba, porque en todos ellos derrochaba y transmitía pasión.
Las últimas semanas las había dedicado a planificar los actos para celebrar en 2024 los treinta años del ICAP. Sus ideas eran, como siempre, ambiciosas pero sensatas, imaginativas pero realistas, todo aquello que se puede esperar de un extraordinario gestor cultural. Va a ser imposible poder sustituir su trabajo, su pasión, su cercanía, su cariño, pero tenemos la obligación de intentarlo y de recordarlo.
Patxi, las personas que hemos disfrutado de tu generosidad, de tu compromiso con esta tierra, de tu lealtad, nos dejas huérfanas de afectos, de ideas, de ilusión y de fortaleza.
En un descuido, como un rayo maldito, no has sido arrebatado de las manos que trenzamos en la amistad y compromiso, casi sin darnos tiempo a darnos cuenta.
La vida que te ha permitido aprender tanto, atesorando durante años de experiencia, de paciencia, de estudio, de generosidad, no nos ha dado tiempo a que te expresemos tantos agradecimientos pendientes, tantas palabras que se debieron decir y no se dijeron, tantos afectos que, por evidentes, siempre se obviaron.
¡Patxi, qué pronto te nos has ido! Tu legado nos servirá de inspiración durante mucho tiempo. Tú, que tanto has historiado a esta tierra, a nuestras gentes, estarás en el libro de honor de los hombres y mujeres que defendieron la dignidad de la cultura y el conocimiento como expresión de los más profundos valores humanos.
No has dejado sin aliento y profundamente impactados por la crudeza que ha sesgado tu vida, pero seguiremos buscándote en la ausencia.
A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.
Fuente: https://www.icapalancia.com