“Es una de las joyas patrimoniales más desconocidas de la ciudad”, asegura el CRONISTA DE VALÈNCIA sobre el histórico inmueble de Velluters.
JAIME ROCH
Es uno de los espacios más singulares de València, donde mejor late la geografía de su pasado. Situado en el corazón del barrio de Velluters, se levanta ferozmente en la calle que le da nombre: carrer Balmes.
Se trata del Palau Balmes, antigua sede del gremio medieval de Carpinteros y lugar de encuentro de los primeros artistas falleros en el siglo XVIII. Ahora, tras unos años de indefinición en el que se celebraban algunas actividades culturales y eventos, está a la venta por unos 1.600.000 euros en una conocida plataforma de compraventa de inmuebles.
El historiador valenciano y CRONISTA DE LA CIUDAD DE VALÈNCIA, VICENT BAYDAL, asegura a Levante-EMV que es una de las “joyas patrimoniales más desconocidas de València y representa el pasado artesanal que tuvo el barrio de Velluters, más conocido por el Museo y Colegio del Arte Mayor de la Seda, la otra gran sede gremial que hay en el barrio”.
SEGÚN EXPLICA ÉL MISMO, los carpinteros se instalaron en ese espacio durante la década de 1490, a finales del siglo XV, pero el edificio es una construcción del siglo XVIII: “En el siglo XVIII, los carpinteros se hicieron este palacio como muestra de pujanza y riqueza de su gremio”, recuerda.
Concretamente, este histórico inmueble “es un bello edificio del siglo XVIII, en el que destacan los trabajos en madera. Por ejemplo, el friso y el casetonado del salón de actas, con unos sesenta lagunares hechos cada uno de ellos por un maestro maderable diferente, con madera procedente de los bosques de Chiva. El umbral de la puerta de entrada muestra los símbolos del gremio: un tintero sobre un libro, una escuadra, una regla y un compás en el centro, y una sierra y una azuela a los lados”, se explica en el libro La València Contada. La ciutat, la mar i els quatre quarters del Grup Harca (VICENT BAYDAL, Frederic Aparisi i Ferran Esquilache).
“Está a la venta, es un patrimonio histórico pero que está en manos privadas. Sería un lugar ideal para albergar la sede de alguna institución como, por ejemplo, la Academia Valenciana de la Llengua”, concluye el historiador valenciano.
El edificio, de planta rectangular con el acceso a través del vestíbulo, consta de planta baja y dos pisos. Se accede a la planta noble, donde se situaba la sala de juntas del gremio y una capilla. En la segunda planta se encuentra la Sala de Reuniones, de planta rectangular, 8 x 20 metros.
El Palau de Balmes, a pesar de que no está dentro del Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos del Ayuntamiento de València, con la categoría de Bien de Relevancia Local (BRL) o Bien de Interés Cultural (BIC), goza de protección estructural de nivel dos. Sin embargo, lejos de gozar del respeto que se atribuye a los monumentos históricos, lleva más de dos años con pintadas, garabatos y grafitis en su fachada. Y ahora, en ese mar infinito de dejadez, busca nuevo dueño.
Fuente: https://www.levante-emv.com