El CRONISTA OFICIAL, MIGUEL MARTÍNEZ, y el catedrático Alejandro Cañestro enseñan la riqueza de cuatro edificios religiosos. Turismo organiza la primera visita guiada a las ermitas urbanas para difundir su valioso patrimonio.
Los participantes en la primera ruta de las ermitas en el interior de la capilla de San Francisco. :: alberto Aragón.
F. AMAT
La mayoría de callosinos desconoce el fondo artístico que atesora cada una de las capillas que articulan el casco antiguo. Estas pequeñas construcciones guardan piezas sacras, pero todavía más información histórica de cómo se formó la ciudad. Este legado no se estudia en el colegio ni tampoco en el instituto, por eso la Concejalía de Turismo organizó ayer la primera Ruta de las Ermitas Urbanas, en la que se dio detalle de toda la simbología que hay en el interior de cada una para saber interpretar los signos de cada templo. El itinerario partió del desaparecido convento y acabó en el Santuario de San Roque.
La ciudad de Callosa comenzó a fraguarse como tal en el siglo XV en competencia directa con Orihuela, por lo que el poderío económico se plasmó a través de la iglesia arciprestal de San Martín y el convento de los franciscanos. De un modo más humilde se buscó aglutinar la fuerza religiosa que realzara su independencia y, para ello, se levantó la capilla en honor a San Francisco. Una devoción que todavía está presente en la Semana Santa a través de la orden seglar franciscana.
Este pequeño monumento conserva muchas piezas de imaginería en pocos metros cuadrados al igual que elementos de indudable valor como una prenda litúrgica de principios del siglo XX. En este monumento no falta detalle relacionado con San Francisco de Asís, tal es así que incluso hay un relicario con un vestigio del santo.
La visita guiada se desarrolló con las explicaciones del CRONISTA OFICIAL MIGUEL MARTÍNEZ y el catedrático en Historia del Arte, Alejandro Cañestro. Ambos explicaron las cuatro capillas callosinas al detalle bajo su contexto histórico y con su importancia artística. La iconografía de cada espacio no dejaba lugar a dudas para los antiguos ciudadanos y así explicaron que la capilla de la Virgen del Rosario se implantó con la Contrareforma religiosa y supone el segundo templo en importancia del municipio. Desde el Ayuntamiento apuestan porque el legado histórico se conozca y «ser turista en tu pueblo por un día», afirmó la edil del área, Mónica Rocamora.
Con este espíritu se relataron a los presentes los acontecimientos de los siglos XVI y XVIII. La ruta situó a los visitantes en el contexto de la Callosa de la época Renacentista y Moderna y cómo la Iglesia empleaba toda su iconografía. Así se pudieron contemplar las importantes obras pictóricas como el camarín de la virgen. Cañestro apuntó que esta obra podría pertenecer al afamado Antonio Villanueva, que dejó su impronta en monumentos tan relevantes como Santa Justa y Rufina de Orihuela o el templo de Santo Domingo.
El itinerario prosiguió hacia la ermita de Los Dolores, virgen a la que se le profesa gran devoción en el municipio. Aquí se incidió en que la capilla supone el legado del antiguo Hospital que se levantó en el XVII. No osbtante, fueron los vecinos quienes mantuvieron este monumento a partir de principios del siglo XIX.
El recorrido acabó en el llamado ‘balcón de la Vega Baja’ donde se ubica el Santuario de San Roque, un inmueble que se construyó a finales del XVII y que es la capilla más reciente de todas, porque se levantó hasta tres veces para honrar al patrón. MARTÍNEZ precisó que «se hizo una primera que era pequeña, y el Obispado ordenó construir otra sobre el año 1600, pero no aguantó porque se hizo con materiales pobres».
Fuente: http://www.laverdad.es