VICENTE VÁZQUEZ, CRONISTA OFICIAL DE SAX
La difícil transición del Antiguo Régimen al nuevo estado liberal en España a lo largo del siglo XIX, tuvo consecuencias en la ayuda a los más desfavorecidos, a los pobres y huérfanos.
Las ideologías de la Ilustración y el liberalismo político empezaron a influir en la percepción del papel del Estado en la sociedad. La idea de que el Estado tenía la responsabilidad de garantizar el bienestar general ganó terreno, desafiando la noción tradicional de que la asistencia debía ser principalmente responsabilidad de la Iglesia y la caridad privada.
La Constitución de 1812, en su artículo 321.6, encomendó a los Ayuntamientos la tarea de “cuidar de los hospitales, hospicios, casas de expósitos y demás establecimientos de beneficencia, bajo las reglas que se prescriban”.
Los municipios conservan su función principal de ofrecer asistencia inmediata y enviar a los necesitados hacia instituciones superiores, especialmente los enfermos, expósitos y vagabundos.
1870 llegó a la ciudad de Alicante, lo que provocó que las autoridades sajeñas tomasen medidas para evitar el contagio de la población, proponiendo que los gastos fuesen al fondo de calamidades públicas, entre los que destacan las cantidades invertidas en los guardias que vigilaban las entradas y salidas del pueblo:
“Por la cera gastada en las primeras noches, 20. Por la leña gastada en las guardias, 4. Por tres cargas de berceo para la choza de las eras, 16,50. Por tres madejas soga, 3. Por tres candiles, 5. Por una carga de berceo, 5,50. Por 7 haces de cañas, a real, 7. Por dos libras de aceite, 5. Por diez gavillas de leña, 3.”
Vemos que la moneda empleada es el real, aunque la peseta estaba en vigor desde que la aprobó el gobierno provisional en 1868.También queda constancia de los socorros a los pobres transeúntes, o por la conducción de presos: “Conducción de presos a Elda, 30. Por los socorros de dos enfermos, 6. Por otro socorro, 1. Por una limosna a 5 pobres, 2,50.”
Fuente: https://saxdigital.com