Un nuevo centro de investigación refuerza el legado patrimonial que el monarca dejó en la capital de la Ribera Alta.
CARLES X. SENSO VILA
Julio de 1276. Algunos de los últimos musulmanes valencianos se resisten en varios pueblos como Llutxent a desligarse de un poder que han ostentado durante décadas e incluso siglos y se revuelven con constantes insurrecciones contra los cristianos, que procedentes del norte y comandados por Jaume I, les acechan desde hace años. La ciudad de Valencia se da por conquistada desde 1238. Sin embargo, algunos focos mantienen en pie de guerra al Conquistador, cuya sede se sitúa en Alzira.
Entre el 2 de febrero de 1208 y el 27 de julio de 1276 aconteció una corta pero intensa vida. Jaume I nació en Montpellier y murió supuestamente en la capital ribereña después de sumar reinos en la cuenca mediterránea y expulsar a los dirigentes que cimentaban la cultura musulmana en territorio valenciano.
La situación estratégica hizo de Alzira un enclave ineludible para el Conquistador, cuyos vestigios siguen siendo visibles y visitables. La crónica de Ramon Muntaner registra el fallecimiento del monarca en su residencia real de Alzira, una Casa de l’Olivera (situada en el número 60 de la Calle Mayor Santa María) de la que hoy sólo se mantiene en pie una pared.
Muchos historiadores sostienen que fue allí donde Jaume I abdicó en favor de su hijo, Pere III de Aragón y I de Valencia, que a partir de entonces se hizo cargo de la campaña militar. El monarca, que se enfrentaba a los musulmanes desde la frontera situada momentáneamente en Xàtiva, palideció rápidamente, por lo que se refugió en su casa alcireña. Tras su abandono del cargo, se convirtió en monje de la Orden del Císter y aunque su intención era ingresar, tras un largo viaje, en el Monasterio de Santa María del Poblet, las fuerzas le fallaron.
Existen también fuentes (aunque sin sustento científico) que sitúan el fallecimiento del monarca entre Alzira y Algemesí, donde hoy se sitúa la Creu Coberta.
Las huellas de Jaume I en Alzira lucen hoy más que nunca tras el convenio con la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL), que ya ha depositado en el Arxiu Municipal d’Alzira los primeros volúmenes que, junto a los fondos propios del rico archivo municipal, conforman inicialmente el Centre Bibliogràfic Jaume I, un punto de referencia para investigadores.
Los documentos aportados por la AVL se unen a unos fondos municipales entre los que figuran cuatro pergaminos con la rúbrica original del monarca o una joya como el Aureum Opus, un códice miniado de finales del siglo XIV que recoge los privilegios concedidos tanto a Alzira como al antiguo Reino de Valencia por Jaume I y sus sucesores y que contiene una de las representaciones más antiguas del monarca. Los archivos crecen con libros actuales. El CRONISTA ALCIREÑO, AURELIANO LAIRÓN (Associació de Cronistes Oficials del Regne de València), presentó el libro «Jaume. Les peripècies d’un rei valent», una adaptación de la vida del Conqueridor para niños, con imágenes de la alcudiana Lídia Boix.
Se pueden encontrar también en el municipio los restos del templo de Santa María, probablemente la primera iglesia alcireña de culto cristiano, los vestigios del templo de Sant Agustí, la antigua iglesia conventual o la Pileta del Martiri dels Sants Patrons, que rememora la presencia del monarca. Por otro lado, el Retaule de Sant Silvestre del artista Vicente Requena se encuentra en la casa consistorial.
Fuente: http://ocio.superdeporte.es