LAS ERAS FRANCISCO SALA ANIORTE, CRONISTA OFICIAL DE TORREVIEJA
La Cofradía de Pescadores es la ganadora de la 46 edición del Premio Diego Ramírez Pastor, distinción que desde 1970 se otorga a las personas o entidades que destacan por favorecer al municipio. Pedro Carmona, presidente de la Cofradía de Pescadores, expresó su agradecimiento y sorpresa. Carmona, que sucedió en el cargo a Francisco Juárez, ‘Paco el Tabardo’.
A finales del siglo XIX, a pesar de la mecanización del sector, en Torrevieja continuaban en activo jábegas, sardinales y palangres. Las difíciles condiciones de vida de los pescadores y el riesgo que suscitaba el sindicalismo entre las autoridades, empresarios e Iglesia dieron lugar a la creación del Pósito de Pescadores. La denominación y la estructura que conserva la Cofradía en nuestros días obedece a la orden del Ministerio del Trabajo de 21 de marzo de 1943, en que después de un período en que se conoció como Pósito -Real Orden de 5 de enero de 1918- se le otorgó el carácter de corporaciones de derecho público, manteniendo su autonomía y organización interna, integrándose en la organización sindical, perteneciendo a ella armadores, marineros y pensionistas rigiéndose por unos estatutos que se regulan tanto los derechos y obligaciones de los cofrades como las tareas relacionadas con la administración y la comercialización del pescado de la flota y de las personas que faenan en ellas.
Nació así la cofradía como gremio, y a ello coadyuvaron las especiales circunstancias de la vida marinera que impuso siempre una solidaridad extraordinaria entre sus miembros y, de otra parte, la necesidad de organizar una autoridad robusta y fuerte que defendiese a los interesados frente a los elementos de la naturaleza, al enemigo interior o exterior, y evitar de paso las competencias y entre ellos.
La cofradía dictaba leyes de orden para mantener limpia la playa y el fondeadero, ordenar las faenas de carga, así como todo lo referente al régimen económico. El Pósito llevaba la previsión social hasta los últimos extremos, mostrándose los marineros mucho más preocupados que los hombres de tierra adentro; no solo por asegurarse contra los riesgos de enfermedad y muerte, sino también, y con especial interés, contra los de vejez, invalidez, viudedad y orfandad. De aquí que las cofradías adoptasen el sistema de contribución por descuento: de cuanto ganase o pescase el cofrade tenía que entregar perpetuamente una parte proporcional, que unido a las penas y a las multas constituían los fondos de la cofradía.
Los estatutos del Pósito eran muy minuciosos y detallados, pues regulaban no solamente lo religioso, benéfico o puramente de organización interna, sino también todas las faenas de pesca, así como los postulados o las reglas para los casos de peligro, llevando un farol o señal siempre para avisar a sus compañeros de la inminencia de tempestad o cualquier otro peligro. Esta señal la llamaban ‘talaya’, y a su sola vista todas las embarcaciones, obedientes, enfilaban el puerto. Igualmente estaba prescrito el auxilio mutuo en los casos de peligro.
Sus socios proclaman la devoción mariana de la Virgen del Carmen, que les anima, y con el peso de las viejas estructuras gremiales, reforzada por otros elementos, como las misas en sufragio por los marineros difuntos. formaban base social de la cofradía, representada en los sucesivos cabildos: patrones, armadores, marineros y un maestro que a la vez estaba a cargo de la Escuela de Orientación Marítima -vienen a la memoria los maestros don Manuel González y don Romualdo Ballester Vidal-, que instruyeron a los hijos de los marinos.
Acabada la Guerra Civil la pesca experimentó un importante crecimiento con la mayor cantidad de recursos humanos y económicos, la aparición de embarcaciones pequeñas a motor, multiplicándose el número de pescadores, acudiendo muchas desde Guardamar y La Mata, donde se estableció una ‘sucursal’ del pósito torrevejense.
Con el proceso de capitalización aumentó el número de armadores y de industrias: los Tabardos, la familia Valero, los Retaco, los Cañas, que sustituyeron sus barcos de vela latina por las nuevas embarcaciones a motor y los carros de tracción animal por camiones que conducían las capturas a los mercados del interior, construyéndose dos fábricas de hielo, en detrimento de las tradicionales artes de pesca, generando una mayor diferenciación social entre los armadores, obligando a las tradicionales familias pescadoras a verse inmersas en un proceso de modernización y otras a la ‘proletización’. Sin embargo, en Torrevieja la aparición modernos barcos no impidió la pervivencia de jábegas, sardinales, palangres y otras embarcaciones de remo o vela que siguieron utilizando las antiguas técnicas de captura.
De acuerdo con el articulado de su reglamento la Cofradía de Pescadores se define como una cooperativa de armadores, pescadores «y demás gente de mar» que persigue la mejora de las condiciones morales y materiales de sus asociados a través del estableciendo de los distintos seguros sociales (paro forzoso, seguro de enfermedad, asistencia médica y de farmacia, entierros…) Y la extensión de la cultura con creación de una escuela la explotación directa de la industria pesquera y la venta del producto sin intermediarios; la concesión de préstamos a muy bajo interés, etc.
Los resultados de los balances nos muestran una gran vitalidad, refrendada por la cuantía de algunas partidas específicas. Adecuándose a las necesidades de una sociedad cada vez más compleja en la interrelación de los agentes económicos que intervienen en el sector, correspondiendo al patrón mayor asumir las funciones de dirección de la cofradía y al cabildo la administración ordinaria. Como conclusión y a modo de justificación histórica, la Cofradía de Pescadores ha ido perdiendo sus señas de identidad para convertirse en mero objeto administrativo, que sin una buena gestión está abocadas a su propia desaparición.
Actualmente hoy ya no basta con ser un buen pescador, se debe hablar de un pescador gestor, resto de los pescadores audaces que profesaban especial religiosidad a su patrona la Virgen del Carmen, imagen tiene asiento en la parroquia de la Inmaculada Concepción.
Fuente: http://www.laverdad.es