EL OTRO “DEJÀ VU”

HENRI BOUCHÉ, CRONISTA OFICIAL DE BORRIOL

En mis años mozos –muy mozos-, además de Filosofía, estudié Psicología, y me atrajo algún tema de ésta que ahora recuerdo con nostalgia y curiosidad, aunque de otro tenor al que voy a intentar tratar en esta columna semanal, sin mayor trascendencia ni, por supuesto, rigor. Reflexiones libres.

        El vocablo es de mis ancestros franceses: dejà vu o, en análogo sentido, dejà vecu; esto es, “ya visto” o, por extensión, “ya vivido”. Un tipo de paramnesia del reconocimiento de alguna experiencia que se siente como si ya se hubiera visto o vivido anteriormente. Y no es tan infrecuente como pareciera, pues hasta personas aparentemente exentas como este escribidor, las ha experimentado alguna vez.

De ahí que algunos crédulos poco versados apliquen este fenómeno a supuestas e infundadas metempsícosis o, más vulgarmente, transmigraciones, bien desde una vertiente religiosa, bien desde otra determinada perspectiva cultural. “Lo vi en otra vida anterior”, suelen justificarse.

        Viene esto a cuento de que, con harta frecuencia, leemos lo que recordamos haber leído, aunque con distorsiones evidentes. Leo a los políticos, propiamente dichos –aunque, en general, no siempre peores que los otros-, que dan sus versiones sobre los fenómenos diarios, distorsionados y contradictorios y dudo sobre quién dice la verdad. El lenguaje humano está rodeado de enigmas, es cierto, pero también lleno de incorrecciones e intereses ocultos, a veces difíciles de descubrir.

Leo una noticia, que es desmentida en la página siguiente. Afirmaciones y negaciones casi simultáneas con análoga fuerza. Y, al final, una manifiesta incertidumbre. ¿Quién da más por menos? decía alguien que ahora no recuerdo. Escepticismo, relativismo, ilusionismo…y todos los “ismos” que el lector elija. Decía Savater: “¿podemos llegar a saber nunca del todo lo que es simbólico y lo que no lo es, hasta dónde llega la convención…?”. Delimitar estos campos podríamos llegar a establecer la diferencia entre lo cuerdo y lo demente o lo alucinado. Amén. Ojo avizor. El “dejà vu” es peligroso y, sobre todo, visto lo visto, más peligroso. Una cosa es la razón, dicen, y otra lo razonable. Atención a lo que se dice y a su correcta interpretación.

Fuente: https://www.elperiodicomediterraneo.com