GABRIEL SEGURA, CRONISTA OFICIAL DE ELDA
Si desde el mismo momento de la llegada del ferrocarril en 1858 el calzado de Elda inició su expansión por el mercado nacional en Madrid y otras ciudades españolas, ya desde finales del siglo XIX tenemos atestiguada la exportación del calzado eldense allende de las fronteras españolas.
Sobre el día 5 o 6 de diciembre de 1899, el vapor México, que formaba parte de la Compañía Transatlántica atracaba en el puerto de Alicante. El México era un barco mercante de origen inglés, de unas 2.101 toneladas, botado en 1875 bajo el nombre “Trentham Hall”. Arbolaba aparejo de pailebote de tres palos con las chimeneas de la caldera entre el primero y el segundo de los palos, contando con ocho botes salvavidas.
Tras su adquisición, en 1885, por parte de la naviera española fue destinado en primer lugar al servicio de correos en la línea de las Antillas (Cuba y Puerto Rico), para pasar en octubre de 1899 a la línea que comunicaba, una vez al mes, los puertos de Barcelona, Alicante y Cádiz con los de Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria.
Será en aquel viaje inaugural de la línea Barcelona-Alicante-Canarias donde entre otras muchas mercancías expedidas con destino a las islas Canarias aparece en los registros portuarios el “calzado de Elda”, junto al “turrón de Jijona”.
Ignoramos por el momento la procedencia empresarial o la marca de aquellos primeros zapatos eldenses que con destino a Cádiz o a las islas Canarias salían por el puerto de Alicante. Pero bien podrían haber sido fabricados por Silvestre Hernández, Rafael Romero, Gaspar Pérez, Antonio Bernabé, Bonifacio Pérez Juan, Eduardo Gras, Vicente Maestre, Antonio Sirvent, Vicente Juan, Vera Hermanos, etc. verdaderos pioneros de la industria zapatera eldenses desde las dos últimas décadas del siglo XIX.
Escaso tiempo duró en esa línea, dadas sus excelentes condiciones el México fue destinado a las travesías transoceánicas que comunicaban puertos españoles e ingleses con otros americanos. Así en marzo de 1900 lo vemos, vía Montevideo, cruzar el estrecho de Magallanes y llegar a Valparaíso, en Chile, regresando a través de Río de Janeiro. En septiembre realizará la misma ruta; siendo el tercer viaje su última travesía. Pues a su regreso desde Buenos Aires al puerto francés de Le Havre, vía Vigo, el 10 de julio de 1901 encalló a 6 millas de las costas portuguesas de Vianha do Castello. No hubieron víctimas mortales, pues toda la tripulación y los 580 pasajeros pudo ser salvada. No volviéndosele a registrar en ningún otro viaje ni cargamento.
Fuente: https://www.valledeelda.com