Arxiu diari: 25 de febrer de 2019

LA HUERTA COMO RAZÓN DE SER

Isidro Buades firmando uno de sus libros.

JORGE PAYÁ SELLÉS

El fallecimiento el pasado domingo 17 de febrero de ISIDRO BUADES RIPOLL, CRONISTA OFICIAL DE SANT JOAN D’ALACANT, ha provocado en muchas personas un doble sentimiento de orfandad: la pérdida de un amigo entrañable y querido, y la desaparición de un gran conocedor y divulgador de la Huerta de Alicante. ISIDRO era una buena persona y de ahí el afecto y cariño de tantos y tantos amigos. Sant Joan ha despedido al que ha sido su Cronista durante más de un cuarto de siglo (1992-2019), cierto es, pero la figura de ISIDRO y su bonhomía no se agotan en este municipio al que él consideraba «la capital de l’Horta». Bien lo saben tantos y tan buenos amigos que cultivó y conservó a lo largo de Mutxamel, el Campello, Alicante y en todas y cada una de las partidas y pedanías de la Huerta. También pueden dar testimonio de ello las muchas personas (investigadores, docentes, estudiantes…) que frecuentaron su casa, -siempre acogedora-, su despacho en el ayuntamiento o, mejor, tuvieron la suerte de gozar de su compañía y sabiduría en un «Passeig per l’Horta» o visitando una antigua «hisenda».

La vida de ISIDRO no se concibe sin la Huerta y, si me lo permiten, la Huerta de Alicante, para muchos de nosotros, va unida indefectiblemente a la figura irrepetible de Isidro. Para aquellas generaciones que no hemos tenido la dicha de conocer este paisaje en todo su esplendor, y hemos tenido que conformarnos con las pocas migajas que el urbanismo descontrolado y desalmado ha dejado sobre el tapete huertano, el testimonio de ISIDRO ha sido fundamental. Digo más: en muchos casos la palabra y el recuerdo de Isidro han sido el único medio de conocer algún aspecto de la Huerta que por desaparecido o extinguido, únicamente podía ser ya evocado por alguien que lo conociera bien. Y ahí, en la evocación de la vida cotidiana que transcurría entre brazales, caminos, bancales, torres y haciendas, sus versos, cuentos y «rondalles» -el conjunto de su obra- han sido y son un material de valor inestimable para muchos de nosotros.

Pero ahora, muerto el amigo, apagada su voz y quieta ya su pausada escritura para siempre, toca mirar al futuro. El trabajo de Isidro y su amor por la Huerta no pueden de ningún modo quedar en el olvido. Por respeto a su figura y a su obra desde luego, pero también porque hablamos de un legado que resulta más que necesario para mantener encendida la llama de nuestra identidad. La Huerta de Alicante es un espacio histórico con un pasado impresionante y de gran valor. Un patrimonio alicantino al que no podemos ni debemos renunciar. De nosotros depende su futuro. Bien sabido es por todas las personas que en vida trataron a Isidro que su principal ilusión, desde siempre, fue la de dotar a Sant Joan y a la Huerta de un museo dedicado a la misma. Entre sus carpetas tenía una en la que cuidadosamente había ido guardando todas las noticias aparecidas en las tres últimas décadas sobre la creación de este espacio museográfico. Junto a entrañables amigos como Felisa Giner y Alfredo Amat (este último ya fallecido) y a la Asociación Cultural Lloixa, entre otros, había conseguido reunir un buen número de piezas de indudable valor etnográfico. «I en tinc més aparaulades», solía decir cuando el tema del museo salía a relucir.

Quisiera que estas breves líneas, además de servir de homenaje a ISIDRO, del que tuve la dicha de ser ayudante pero sobre todo amigo, sirvan también para espolear la conciencia de nuestros responsables políticos. Por favor, ¡no permitan que las piezas amorosamente recogidas por Isidro, de manos de tantas personas, sigan olvidadas en oscuros almacenes! Cumplan con la palabra dada, como los buenos huertanos a los que el «martaver» fiaba el agua al pie de un brazal. Aúnen sus voluntades para que la promesa tantas veces hecha a Isidro de dotar a la Huerta de Alicante de un museo, pase a ser, cuanto antes, una realidad. Dotemos a la huerta de un espacio museográfico de calidad en el que las piezas reunidas por Isidro cumplan con la función para la que fueron donadas: transmitir a las generaciones futuras la sabiduría de nuestro pasado huertano.

Ese será el mejor homenaje que podamos rendir a la memoria de un hombre cuya razón de ser fue difundir con palabras sencillas la historia de la Huerta de Alicante.

Fuente: https://www.diarioinformacion.com

EL MUSEO QUE ISIDRO BUADES NO VIO

El cronista oficial fallece después de 40 años luchando por abrir un centro sobre la Huerta. Las obras de reforma de la Torre Ansaldo deben acabar a finales de 2019.

Isidro Buades ante la iglesia de San Juan Bautista de Sant Joan. Información

JOSÉ MANUEL CATURLA

En 1997, la Casa del Reloj. En 2013, la Casa Pedro José. En 2017, la Torre Ansaldo. El 17 de febrero de 2019 fallece ISIDRO BUADES RIPOLL, EL CRONISTA OFICIAL DE SANT JOPAN D’ALACANT que estuvo 40 años luchando por abrir un espacio dedicado a la recuperación de la Huerta de Alicante, recogiendo un material histórico valioso que no pudo ver expuesto en ninguna de las ubicaciones que diferentes corporaciones municipales pensaron dedicar a tal efecto.

Estos días, con el proyecto museístico del Centro de Interpretación de la Torre Ansaldo prácticamente acabado, es momento de volver la vista atrás, para saber si ese ansiado deseo, donde se ha involucrado a mucha gente a lo largo de tres décadas, verá alguna vez la luz… aunque Isidro que no esté para contarlo.

En 1979, ISIDRO BUADES ya lanzó su primer intento de acometer un museo etnológico en lo que ya era «un caserón abandonado de la Finca Ansaldo». Pero en los años 80, la degradación del Parque Ansaldo, echó abajo el primer intento. En 1992, BUADES fue nombrado cronista oficial de Sant Joan, y dos años después escribía en una tribuna publicada en el Diario INFORMACIÓN que «un museo etnológico medianamente dotado cubriría un gran hueco tanto para los visitantes como para los sanjuaneros. Aunque es evidente que distraer a las gentes no es su principal finalidad, sino lo que representaría para nuestro patrimonio cultural».

En 1997, el Ayuntamiento de Sant Joan destina la Casa de Reloj a museo etnológico, y elabora un proyecto que incluye hasta exposiciones temporales. Fue otra falsa alarma, y lo peor fue que la iniciativa quedó aparcada varios años. Hasta finales de 2013 no se le vuelve a dar otro destino al centenar de piezas recogidas, como arados, carros y objetos que marcaron la vida cotidiana de miles de personas. En ese momento se piensa en la finca Pedro José -actual sede del Juzgado de Paz-, donde la historiadora y arqueóloga Verónica Quiles se encarga de poner en marcha «el traslado de toda la colección dispersa en los diferentes almacenes municipales» y «comenzar con el inventario y puesta en valor de la misma para luego redactar el proyecto museográfico».

Quiles comenta que su aportación fue «ampliar la visión de la necesidad de crear un espacio museográfico de toda la huerta alicantina, una seña de identidad propia, única e irrepetible».

Discrepancias con la ubicación

Por aquel entonces, empiezan a surgir discrepancias sobre la ubicación del museo. La Asociación Cultural Lloixa, a la que pertenece el propio ISIDRO BUADES, es partidaria de recuperar el proyecto inicial de la Torre Ansaldo, convirtiendo el museo etnológico en un centro de interpretación. En este fase también interviene Verónica Quiles, que forma parte del equipo mixto de redactores del anteproyecto del Centre d’Interpretació de l’Horta Alicantina Torre Ansaldo, considerado «un contenedor cultural comarcal donde recuperar, conservar, investigar y difundir el legado del Camp d’Alacant, ya que la finca Ansaldo se encuentra en pleno corazón de la antigua Huerta».

Luego llegó la ayuda de los Fondos FEDER 2014-2020 y de la Diputación de Alicante, que permiten reunir un presupuesto superior al millón de euros, para convertir este enclave del siglo XVI en centro de interpretación y conservatorio profesional. Por primera vez en 40 años se une la financiación, la voluntad y el espacio. De hecho, disponer 479.820 euros de ayuda europea está condicionado porque el proyecto esté acabado antes del 31 de diciembre de 2019.

En la actualidad, el proyecto arquitectónico lo lleva la empresa GEA de Elche y está en su fase final. Gracias a las imágenes de vuelo con dron se ha podido saber en qué estado se encontraban los muros o, por ejemplo, ha aparecido un lagar del que no se tenía constancia. El seguimiento arqueológico está en manos de Alebus, que cuentan con los permisos necesarios para actuar. Y de la tercera parte, el proyecto museográfico, se ha encargado Humberto García, que presentará «un proyecto que sea viable, atractivo y accesible. Será un centro educativo, turístico y un lugar familiar, además de un generador de empleo directo e indirecto».

Para Alfredo Campello, de la Asociación Lloixa, «a falta de ver el proyecto, creemos que el centro de interpretación seria el equivalente del siglo XXI al antiguo proyecto del museo etnológico». Por su parte, el alcalde, Jaime Albero cree que «no es momento» para bautizar este espacio con el nombre de Isidro Buades. «El nombre lo decidirá la corporación cuando esté acabado», comenta Albero. Lo que sí tiene claro el alcalde es que «el cargo de CRONISTA OFICIAL, por ahora, no tendrá relevo».

Aunque ISIDRO y la Huerta de Alicante perdurarán siempre.

Fuente: https://www.diarioinformacion.com