DE CUANDO VALENCIA ESTABA A MENOS DE 300 KILÓMETROS POR CARRETERA DE MADRID

TONI RAMOS

La línea recta marca la distancia más corta entre dos puntos, de lo que se deduce que cuando más se «doble» esa línea, más se alarga la distancia entre los vértices de la misma. Algo así pasa entre las localidades de Valencia y de Madrid, separadas ahora alrededor de 355 kilómetros, si se unen ambas ciudades por la actual carretera A-3 Madrid-Valencia.

Pero esta distancia no siempre fue la misma y parece que los antiguos caminos estaban más cerca de la lógica por lo menos en lo que se refiere a llegar lo antes posible de un punto a otro y hacerlo, obviamente, por el camino más corto. Huelga decir que no es lo mismo trazar un camino para carros que una autovía de entre dos y tres carriles por cada sentido de circulación. Y que cuando se disponen grandes infraestructuras, la orografía del terreno puede hacer que la línea recta sea imposible de trazar.

En cualquier caso, hubo un tiempo en que la distancia entre Valencia y Madrid era, según las crónicas, de «menos» de trescientos kilómetros. La cifra también es imprecisa pero no diremos inexacta porque sería injusto tachar de inexactas las mediciones de gentes que recorrían ese camino a pie o sobre caballerías. Lo bien cierto es que la línea recta entre las dos capitales tiene 302 kilómetros por lo que el saber popular volvía a ser bastante preciso.

Esta línea recta pasaba por Cuenca y de mantenerse así, hoy en día la A3 uniría tres capitales y no solamente dos.

Se trataba del Camino Real de Castilla que salía de Valencia hacia Llíria y desde allí se dirigía hacía Chelva para continuar en línea recta por La Serranía hasta llegar a Cuenca y desde allí nuevamente en un trazado poco anguloso, llegar a la capital.

En La Serranía de Valencia aun pervive el nombre de Camino Real, si bien la toponimia actual ha hecho que prevalezca el nombre de Cami Vell de Xelva que nace en Llíria, atraviesa Pedralba y llega a la capital de La Serranía para seguir por las montañas en un trazado perdido en muchos puntos ya que el posterior diseño en el siglo XIX de la que hoy es la CV-35 apartó la carretera del camino para evitar curvas.

EL CRONISTA OFICIAL DE TUÉJAR, JOSÉ TOMÁS VAREA recuerda que en el siglo XVIII los Borbones rediseñaron el trazado radial de las carreteras que unían la capital con las principales ciudades del litoral español, y que en el caso de la carretera de Valencia, la trazaron por Requena, Motilla y Tarancón alejándola del antiguo Camino Real.

Explica VAREA que durante muchos años, el antiguo Camino Real se siguió utilizando para el correo entre las dos capitales ya que era más corto y rápido de recorrer para hombres a caballo.

Sin embargo, siempre según el saber de Varea, el nuevo camino «es ancho y está en buen estado para acarreo de artillería de batir», como recoge del Diccionario Geográfico y estadístico de España y Portugal, de Sebastián de Miñano, editado en 1828, en el que se refleja también que el nuevo trazado tiene 64 leguas más (308,9 kilómetros), catorce leguas más que el antiguo camino.

VAREA explica que el Camino Real salía de Valencia por las Torres de Serranos y atravesaba la huerta por la que hoy es la calle Nicasio Benlloch, pasaba Beniferri y Benimàmet y continuaba por la Cañada en dirección a la Pobla de Vallbona, Benissanó y Llíria. El camino cruza la carretera de Pedralba a Casino, como se aprecia en la foto, y entraba en La Serranía por Chulilla para alcanzar Losa del Obispo, Chelva y Tuéjar y salía de la hoy Comunitat Valenciana hacia Talayuelas y posteriormente se dirigía hacia Cuenca.

Algunas personas, como el CRONISTA DE TUÉJAR, consideran que la recuperación de este Camino Real sería un proyecto ambicioso para relacionar el Camp de Turia y la Serranía valenciana con la Serranía de Cuenca.

El paso por la capital conquense fue un proyecto posible hasta bien entrado el siglo XX ya que tal y como recuerda el CRONISTA DE CASINOS, JOSÉ SALVADOR MURGUI, en un artículo publicado en El Periódico de Aquí, en 1928 se presentó el proyecto de autopista Madrid-Cuenca-Valencia, pasando por la localidad de la que el estudioso es cronista. Tanto la prensa madrileña como El Día de Cuenca o La Correspondencia Valenciana se hicieron eco en aquellos tiempos del proyecto de autopista que, pasando por Cuenca, unía Valencia con Madrid.

AMBOS CRONISTAS destacan el cambio que hubieran sufrido las tierras de la Serranía si finalmente se hubiera ejecutado el proyecto. Cambio a mejor….o no.

Fuente: https://www.larazon.es