EL DIPUTADO JOAQUÍN

FRANCISCO SALA ANIORTE/CRONISTA OFICIAL DE LA CIUDAD DE TORREVIEJA

Joaquín Chapaprieta nació en Torrevieja, a las 10 de la mañana del 20 de octubre de 1871 en la calle que lleva su nombre actualmente está la ‘Biblioteca Municipal’. Era el menor de tres hermanos educados en el ambiente comercial que como sustento oculto estaba dedicado al contrabando con Argelia y Gibraltar.

Hubiera llegado a ser el continuador en los negocios de su a no ser por un accidente que le provocó una desviación de columna vertebral, produciéndole una leve cojera, teniendo la desgracia de la pérdida temprana de su madre cuando tan sólo tenía Joaquín quince años.

Su padre, Vicente Chapaprieta Fortepiani, apodado “el caporra” por tener un carácter obstinado y terco, influyó mucho en el carácter de su hijo. Un marinero decido a ser armador y su propio patrón, un emprendedor e infatigable comerciante que luchó por sus intereses, consiguiendo una holgada posición que le permitió costear los estudios de Joaquín que cursó estudios de bachillerato en el Seminario de la Inmaculada Concepción y Príncipe San Miguel, de Orihuela. Allí coincidió con otro torrevejense del mismo nombre de pila, que al correr de los años ha de llegar por caminos diferentes a ser también hijo ilustre de Torrevieja: Joaquín Torres García, canónigo Torres.

Joaquín terminó sus estudios de bachillerato en el Seminario Diocesano, decidiendo comenzar una carrera secular, abandonando sus estudios teologales. Inició estudios jurídicos en la Universidad de Murcia y no habiéndolos acabado se trasladó a Madrid para su terminación. Hay un rumor acerca de la continuación de sus estudios en Madrid.

Joaquín comenzó a sentir una atracción precoz por la política y de estudiante en Madrid ya fue parroquiano fijo de la tribuna pública del Congreso, desde donde siguió con interés los debates sobre la reforma militar del general Cassola o sobre la ley del sufragio universal. De aquella época se cuenta la anécdota de que asistiendo Chapaprieta, en compañía de un amigo, al Teatro Real de Madrid, estando sentado en el patio de butacas, con semblante serio y cabizbajo, le preguntó éste por lo que le ocurría, a lo que Chapaprieta contesta: “Pienso en el día en que esté sentado en el Palco de la Presidencia…”.

Joaquín acabó la licenciatura de Derecho en Madrid, y hace el doctorado sobre Derecho Internacional en la Universidad de Bolonia, cuna de los grandes juristas, y lugar donde no tenía acceso cualquier expediente, ya que las exigencias académicas son muy elevadas. Años más tarde sería nombrado Doctor Honoris Causa por esta universidad.

Acabó sus estudios a los veinte años y comenzó la pasantía en uno de los despachos más prestigiosos de la capital, el bufete del abogado y político Joaquín López Puigcerver. Es con el ex-ministro del Partido Liberal López Puigcerver, con quien da sus primeros pasos en las lides forenses. El pensamiento político de Joaquín se encuadraba dentro de la facción moretista del Partido Liberal.

En 1898, Joaquín Chapaprieta fue diputado provincial por Madrid representando al distrito de La Inclusa-Getafe. En el seno de aquella corporación combatió toda injusticia, abogando por reformas beneficiosas a los intereses de aquella provincia. Destacó en la brillante y briosa defensa que hace, en nombre de todas las minorías, contra el ilegal nombramiento de diputados provinciales de Real Orden; así como por la posesión de personas incapacitadas legalmente para ejercer dicho cargo.

Obtuvo su primera acta parlamentaria en el distrito de Cieza 1901, cuando tan solo tenía treinta años. Por estas fechas, Antonio Maura contacta con él a través de Juan de la Cierva; el líder conservador le ofreció la jefatura del conservadurismo alicantino, que sufría una grave crisis interna desde principios de siglo XX. Joaquín consideró que no era fácil encontrar entre los conservadores “un específico matiz en el que desempeñar mi modesto esfuerzo” y rechazó la oferta. Además, reflexionó: “cada vez veía con mayor claridad que el parlamento liberal le incumbía la realización de una obra económico-social que me cautivaba”.

El diputado electo por Cieza presentó su credencial, la número 222, que pasó a la comisión de actas número dos. Examinadas las posibles incompatibilidades por la comisión quedó proclamado diputado por Cieza tras prestar su juramento. Comenzó a formar parte de numerosas comisiones, en las que tuvo una significativa participación, interviniendo sobre todo en temas de inversiones y proyectos de infraestructuras. Su carrera política continuó como ministro de trabajo, en 1922, a los cincuenta años; ministro de Hacienda en 1935; y alcanzando la Presidencia del Consejo de Ministros de la República, en 25 de septiembre de ese mismo año.

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