EL BAR MÁS ANTIGUO

EL BAR MÁS ANTIGUO

Cantina del bar ´La Marina´ y su terraza a mediados del siglo XX. / Colección Fco Sala Aniorte

FRANCISCO SALA ANIORTE/CRONISTA OFICIAL DE TORREVIEJA

Este año cumple su 125 aniversario el bar La Marina. Para los pocos que no conozcan esta cantina, está situada entre la explanada del Casino y el Muelle Mínguez, lindando por levante con el paseo de Vista Alegre, midiendo por su frente veinte metros, y de fondo nueve. Fue construido en el año 1892 por Francisco Moreno Fuentes, cuñado del Antonio Mínguez, el Turbio, propietario del antiguo muelle -casado con su hermana, Ángela Moreno Fuentes-, asunto esté que creó desacuerdos familiares.

Por el establecimiento han pasado muchos personajes famosos e ilustres. El lunes, 17 de julio de 1893, tuvo lugar un banquete, ofrecido por los liberales para celebrar el nombramiento de Trinitario Ruiz Capdepón como ministro de Gracia y Justicia. El ágape estuvo presidido por el jefe local liberal Manuel Ballester Albentosa, asistiendo también miembros del partido posibilista -de ideología republicana creado en 1876 por  Emilio Castelar-, estando en el acto su jefe en Torrevieja, Antonio Mínguez, propietario de muelle con su nombre.

En 1894, estaba arrendado a Francisco Sánchez y, un año después, por denuncia de Antonio Mínguez, surgieron desavenencias entra la viuda de Francisco Moreno Fuentes – Carmen García Manresa-, poseedora de una parte, la Ayudantía de Marina y el propio ‘Turbio’, quedando finalmente esclarecido y establecido que la cantina estaba emplazada en terrenos sobrantes de la vía pública, informando el Ayuntamiento que «se halla construido fuera de los terrenos del muelle».

Los herederos de Francisco Moreno, como legítimos dueños, siguieron disponiendo de la cantina, explotándola directamente y el mayor número de veces arrendándola como horchatería. A partir de 1934, fue dirigida por Mariano Esteve Lorenzo, concejal socialista del Ayuntamiento de Torrevieja, hecho que hizo que fuera frecuentada por el secretario general del Partido Socialista, Andrés Saborit Colomer, en sus estancias en esta ciudad, así como por otros destacados dirigentes políticos. A partir de 1942, fue regentado por el yerno del anterior, Mariano Dolón Torregrosa.

Un importante suceso estuvo a punto de hacer que desapareciera el añejo bar. En la mañana del día 13 de abril de 1958, hacia las doce del mediodía, una manguera avanzó por la costa sembrando el pánico y arrasando todo le salía al paso, ensañándose en la zona portuaria. El bar La Marina, edificio de madera y de no muy sólida construcción, se encontraba repleto de público, teniendo en cuenta que era domingo y la hora del aperitivo. La trompa arrasó el ala sur, donde sembró el pánico, causando numerosos heridos de más o menos consideración, además de cuantiosos daños en la construcción.

El 11 de marzo de 1959, visitaron el establecimiento el presidente del «Real Madrid», Santiago Bernabeu. «La Marina» se convirtió desde entonces en sede de la Peña Madrilista exponiéndose trofeos, autógrafos, fotos, banderines y numerosos recuerdos del club merengue. Atracado en el cercano muelle se hallaba su barco de pesca la «Saeta Rubia».

En 1961 pasa a regentarlo Mariano Dolón Esteve -tercera generación- junto a su esposa Carmen Alarcón Hernández, encargada de la cocina y elaborar una deliciosa carta de tapas. A su jubilación se hizo cargo de la gerencia Rafael Baeza.

Arturo Pérez Reverte -del que no hace falta hacer presentaciones- durante sus estancias en Torrevieja es cliente asiduo del bar La Marina. El pasado 26 de agosto de 2016 publicó: «En el bar La Marina de Torrevieja, rincón marinero de toda la vida, me tomo una caña con Rafa, el dueño, y con  Manolo, contramaestre del Club Náutico. Hay algún parroquiano más, de esos flacos y con tatuajes, de ojos descoloridos por el sol, inseparables de los puertos viejos y sabios, que tanto ayudan a mojar de espuma de cerveza, como Dios manda, un mostrador de mármol o de zinc. Se está bien aquí, charlando en este lugar que gracias al tesón y buen oficio de Rafa permanece intacto, a salvo del disparate urbanístico en el que gente sin escrúpulos convirtió el antiguo pueblo de pescadores, en las últimas décadas».

Un bar añejo, de gentes de la mar, chanes, residentes de otros puntos de la geografía española y de aquí, del pueblo; y que, como dice la conocida canción de Ana Belén y Víctor Manuel: «Ahí está viendo pasar el tiempo…». Que continúe existiendo muchos años.

Fuente: http://www.diarioinformacion.com