Arxiu diari: 28 de febrer de 2016

GABRIEL SEGURA HERRERO (Cronista oficial de Elda) DIRECTOR DEL MUSEO DEL CALZADO DE ELDA: “EL SELLO DE LA TRADICIÓN DE UNA INDUSTRIA CON 150 AÑOS DE HISTORIA LO PONE EL MUSEO DEL CALZADO”

GABRIEL SEGURA

GABRIEL SEGURA HERRERO es director del Museo del Calzado desde agosto de 2014, es licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Alicante y de profesión arqueólogo. Desde que finalizó sus estudios compaginó su trabajo al frente de su empresa de servicios arqueológicos con investigaciones sobre la historia de Elda y con una extensa labor divulgativa. Su implicación social para con el patrimonio y cultura eldense le llevó a formar parte de la directiva del Casino Eldense desde el 2005, llegando a ser vicepresidente del mismo (2010-2014). Es el presidente del Centro de Estudios Locales del Vinalopó desde el año 2009. Todo este trabajo le fue reconocido en el año 2013, cuando fue nombrado CRONISTA OFICIAL DE LA CIUDAD DE ELDA.

¿Qué papel puede jugar el Museo del Calzado como atractivo para promocionar la industria  del calzado de Elda y Petrer?

El Museo del Calzado ha de ser un aliado estratégico de la industria del calzado de toda la comarca del Vinalopó (desde Almansa hasta Elche), pero en especial de Elda-Petrer. El Museo como institución cultural tiene que aportar e implementar un valor añadido cultural al producto industrial. El sello de calidad del calzado se lo deben dar los empresarios, cuidando la materia prima, los procesos industriales y la mano de obra cualificada; el sello de tradición, de una industria con 150 años de historia lo debe aportar el Museo del Calzado. Hoy en día, el plus de calidad de cualquier producto industrial va ligado a la tradición y a la artesanía. Y ahí es donde el Museo del Calzado actúa de testigo y garante de esa tradición histórica, de la conservación y trasmisión de las artes manuales en el calzado.

¿Qué iniciativas plantea desde el Museo?

El mantenimiento y potenciación de actividades como la Mejor Calzada, el homenaje a los trabajadores del calzado, la asistencia a ferias y eventos comerciales o la presencia en las redes sociales. Además, la conversión del Museo en un centro de referencia en los estudios históricos sobre la industria del calzado español o la concepción de  la entidad como un museo de ámbito nacional donde estén reflejados todos los centros zapateros españoles es fundamental. Son actuaciones que han de ser planteadas a corto, medio y largo plazo. Actuaciones para las que se necesita asegurar una dotación económica, así como el concurso de todos los factores participantes, caso de ayuntamientos e instituciones públicas, pero también de las empresas y empresarios; y, por supuesto, del ciudadano que ha de sentir como suyo el museo, que ha de conocerlo y sentirse orgullo de que el Museo del Calzado Español o el Museo Nacional del Calzado, como le queramos llamar, esté en Elda-Petrer.

El Museo del Calzado es la gran oportunidad que Elda y Petrer tienen en este momento. Tiene que ser el gran escaparate de nuestras poblaciones al resto de España y del mundo. Hay que tener en cuenta que solo existen trece museos del calzado en todo el mundo, y si en dimensiones nuestro museo ocupa el segundo en el ranking mundial, detrás del Museo Bata de Toronto, pero somos el primero en riqueza y diversidad de piezas.

¿Se podría desarrollar algún tipo de acción conjunta entre Elda y Petrer para potenciar ese prestigio del calzado frente a Elche, que está haciendo calzado de señora de calidad y lucha por su denominación de origen?

¡Por supuesto! Y además es necesario, urgente e imprescindible. Pero no por una “amenaza” de las empresas de Elche,  que están en su legítimo derecho de fabricar lo que ellos crean, al igual que en Elda y Petrer se podría volver a fabricar caballero o niño -como ya se hizo décadas atrás-; sino porque actuaríamos contra la realidad económica y social de ambos municipios, que de hecho, funcionan como una única ciudad.

La coordinación de las políticas de desarrollo económico (Elda y Petrer son ciudades industriales con amplios servicios terciarios, por no ir más allá y hablar de una única política económica para ambas) es imprescindible para ganar presencia y prestigio. Por tanto, es necesario, ya no una coordinación, sino que personalmente abogo por una única directriz política y económica en materia industrial y económica: gestión de recursos industriales, de infraestructuras industriales…, ganaríamos en competitividad, tendríamos más peso en las decisiones a nivel autonómico e incluso nacional, los inversores tendrían mayores alicientes. La clave del éxito está en la unión de esfuerzos en la misma dirección.

Habla de “tematizar” ambas ciudades con motivos zapateros.

Sí, y en eso sí que tenemos que aprender de Elche, caso del Palmeral y del Misteri o la Dama de Elche…. ¡Se sienten orgullosos de lo que son y se identifican con sus símbolos o hitos sociales singulares! Los visitantes de Elda y Petrer, bien por motivos familiares, bien por turismo cultural o turismo de shopping, tienen que percibir que en ambas ciudades vivimos del calzado y para los zapatos. ¡Tenemos que sentirnos orgullosos de nuestra industria, de nuestra secular cultura zapatera! Hay que reivindicar el orgullo de ser la ciudad (Elda- Petrer, indisoluble e inseparable) donde se fabrican los mejores zapatos del mundo, de ser los mejores zapateros del mundo.

¿Se podría promover el turismo en ambas poblaciones para dar a conocer el patrimonio y las rutas outlets?

Hay que definir una estrategia turística seria, creíble y realista, basada en la realidad e interés general, no en la búsqueda política de réditos sociales. Seamos serios (y me duele reconocerlo, pues además de arqueólogo soy cronista oficial y me siento obligado a defender a mi ciudad, pero flaco favor le haría a mi ciudad si no dijera dónde han errado las iniciativas  públicas y dónde creo que está la clave del éxito): ni el patrimonio histórico, ni el “encanto o la belleza de la ciudad”, ni ninguna de las fiestas que tenemos en Elda son recursos turísticos creíbles con los que podamos competir con otras ciudades que nos rodean (Villena, Elche, Orihuela, caso de ciudades monumentales); una gran mayoría de las poblaciones de la provincia de Alicante, pero especialmente de nuestro entorno más próximo, tienen Moros y Cristianos, muchas cuentan con Hogueras o Fallas, casi todas celebran la Semana Santa, romerías o procesiones; todas tienen sus respectivas fiestas mayores o fiestas patronales… Reflexionemos: ¿Qué es lo que no tiene ninguna o casi ninguna?: nuestra industria, nuestra tradición zapatera, nuestro amor a los zapatos, nuestra cultura zapatera, nuestro museo, el Museo del Calzado. Y a este recurso convertido en producto turístico es al que hay que acompañar, como oferta complementaria, con cultura, patrimonio, festejos, gastronomía o calidad urbana.

¿De qué promoción turística hablamos?

Hay que definir una política turística seria que permita enfocar con un Norte claro y diáfano nuestro mercado, el perfil de nuestros visitantes, lo que podemos ofrecerles, donde casi nadie pueda competir con nosotros. Tenemos un mercado potencial en una de las principales zonas turísticas del país: la Costa Blanca. Elda tiene que hacerse visible allí. Las oficinas de turismo de Benidorm reciben al año una media de 150.000 visitantes. Allí no hay información. No hay ni un simple folleto ni del Museo ni de las tiendas de zapatos de nuestra ciudad. Tenemos la red de Tourist Info de la Generalitat Valenciana con 200 oficinas, de las cuales unas 65 están en la provincia de Alicante, donde nunca ha habido información sobre el único Museo del Calzado, ya no de toda la Comunidad Valenciana, sino de Castilla-La Mancha-Murcia o Andalucía.

Y al respecto de las tiendas outlets y de la ruta homónima, ahora que ya pasó la fiebre o la moda, las tiendas o los circuitos de venta de calzado ya no pueden ser llamados “outlets”. Es un término que si bien tuvo su boom, ahora cada vez más se está devaluando por el mal uso y abuso de la palabra. Algún empresario de Elda-Petrer ha de apostar por “tiendas de lujo”, por boutiques, o por tiendas de “calidad mediaalta”. Si estamos convencidos de que nuestros zapatos son de buena calidad, tenemos que venderlos como tales. Y apostar por fomentar el turismo industrial, como base del turismo de compras o de shopping.

Fuente: https://valledeelda.com