JAIME I DEJÓ RASTRO EN ALZIRA

POR ALFONSO ROVIRA, CRONISTA OFICIAL GRÁFICO DE ALZIRA

Se cumplieron el viernes 27 de julio, 742 años de que falleció el rey Jaime I, “El conquistador”, en el palacio real de la Vila de Algetzira Xúquer.

En el folio primero del Aureum Opus Privilegiorum, conservado en nuestro archivo municipal, se lee: “La vespra del benaurat Sant Silvestre, fonc deliurada la insigne vila d’Algezira per lo gloriós Rei Jacme, del poder dels infidels en lo any MCCXLII. Esta fecha, es precisamente, el día 30 de diciembre de 1242, Alzira   pasó   a   formar   parte   del   mundo   cristiano,   siendo   liberada   de   la denominación árabe, poder al que estuvo sometida poco más de cinco siglos.

A partir de entonces, Alzira quedó liberada de la opresión musulmana, pasando a formar parte de la gran comunidad llamada civilización cristiana. El rey de Aragón se enamoró de su nueva villa y la colmó de títulos y prevendas para dar a conocer su cariño por su Alzira, donde pernoctó durante muchas temporadas, entre ellas, el 30 de diciembre de 1242, ante del citado día de la toma de la villa, hasta algún tiempo después; abríl de 1249; 20 de febrero de 1260; la misma fecha dos años después; 5 de mayo de 1263; 20 de febrero de 1267 y 27 del mismo mes y año; 2 de enero de 1270; agosto del siguiente y 13 de noviembre subsiguiente; marzo de 1271; 20 de junio de 1273 y casi todo el mes de noviembre del mismo año, con motivo de de asistir a una Cortes en Monzón (Huesca) y terminadas en Alzira del 10 al 23 de febrero de 1274; 28 de febrero de 1275; 7 de marzo del siguiente y del 28 de junio al 27 de julio, día en que falleció después de haber abdicado la corona en favor de su hijo don Pedro I de Valencia, el 21 de julio, diciéndole: “Pren ma espassa, fill meu, i sigues vencedor amb ella, com jo sempre he segut per ella i per Déu”, vestir el hábito del Cister y recibir los santos sacramentos el 22, y otorgar testamento ante el notario   Simó   de   Sant   Feliu,   en   presencia   de   los   consejeros,   Jaime   de Saragossa, obispo de Huesca; Hugo de Mataplana, arcediano de Urgel; Pere de   Saragossa,   hermano   del   obispo;  Albert   de   Lavania,   jurista   provenzal   y Aranau Cainot, capellán del rey.

Entre   otras   cosas   dispuso   que:   “soterraren   les   seues   despulles   a l’Esglesia, sota l’altar major de Nostra Dona y Patrona, Santa María d’Algezira, e un poc finada la guerra, es arrivada l’hora de durme a Poblet”. Pero no resultó así. Falleció don Jaime y sus restos fueron trasladados a Valencia, sepultados provisionalmente en la catedral, suponiendo que ello se hizo por estimarse menos probable la profanación por parte de los moros de estos contornos, sublevados por entonces en grandes masas.

Si Alfa, principio, fue en Momtpeller; el Omega, final, no nos cabe duda fue en Alzira, la “perla plus fina de la seua corona”. El profcsor Eduard Soler y Estruch, dejó escrito en su libro “Alzira al cor”:          “El rei ha disposat que soterren el seu cos a Sancta María d’Alzira, esglesia que va invocar a la conquesta de la Vila,   de   lo   que   era   una   mezquita,   o   sancta   María   d’Alzira   i   que   la   guerra passada el dugueren les despulles a Sancta María de Poblet. Había demanat que l’amotallaren amb l’hàbir del Cister, que és el del Pare Sant Bernat, mártir d’Alzira. Amb perdó de les persones serioses que una altra cosa creguen, i allá elles,   se’ns   fa   molt   costera   amunt,   l’almetre   que   una   persona   combregada, pernoliada y amortallada, sia portada a quaranta kilòmetres de distancia, per uns camins, si els hi había, plens de pols i sota un sol de justicia, porpies dels darrers  dies  de  joliol…   per  fer-lo  morir  a  la   capital   del   regne  “oficialment”.          El profesor  Antonio   Ubieto   en   la   página   64   del  libro   “Orígenes  del  Reino   de Valencia” manifiesta que la versión que hoy conocemos de la Crónica del Rey jaime I,   no es redactada por el rey, sino una refundición hecha en Poblet en 1343.    Soler y Estruch dice que lo que se llevaron es su cadaver y no hay que discutir si Alzira se llevó la gloria de haber cerrado sus ojos el rey, ¿no murieron en Alzira Sant Bernat i les Germanetes? ¿Por qué no podía hacerlo también un rey que abandonó este mundo, amortajado, vistiendo el hábito del Cister, del patrón de Alzira?

Con   motivo   de   esta   efeméride,   la   Asociación   Cultural   de   Moros   y Cristianos   “La   Vila”,   organizó   aquella   tarde   un   acto   -ya   era   hora   que   se celebrara;   era   la   primera   vez,   y   deseo   falicitarles   por   la   inciativa-   que   se conmemora el óbito del rey Don Jaime, para recuperar su figura y valencianía en este día.

Se   inició   a   las   ocho,   desde   la   plaza   Mayor,   con   la   participación   de diferentes “filaes” y comparsas; Asociación de Dançes d’Alzira y Colla “Les Rabosses”,  siguiendo por la calle Mayor Santa Catalina, para llegar a la calle Mayor Santa María, donde se ubicaba el palacio real, donde tuvieron lugar unos parlamentos en los que intervinieron el protagonista que encarnaba al rey don   Jaime;   Calor   Chilaron,   presidente   de   la   de   la  Asociación   de   Moros  y Cristianos de la “Vila de Alzira; Fernando Pascual, consejal de Urbanismo, cerrando el emotivo acto, Diego Gómez, alcalde de Alzira.