ADIÓS AL VERDADERO ‘HOMENOT’

Fallece Pere Maria Orts, figura clave de la cultura valenciana.

Obtuvo en 1996 el Premio de las Letras Valencianas.

ADIÓS AL VERDADERO

Pere Maria Orts en una imagen tomada en 2004 en su despacho. VICENT BOSCH

DANIEL BORRÁS

«Así se ama a una ciudad, no diciéndolo». Pere Maria Orts i Bosch resumido en una frase. La dijo él mismo. Dijo más, de hecho: «No hay que ir hablando sin más, hay que demostrarlo». En 2004 se refería así, en una entrevista concedida a EL MUNDO, a la (enorme) donación que hizo entonces al Museo de Bellas Artes de Valencia. Es como aquella canción, el More than words de Extreme; decir menos y hacer más. Pere Maria Orts colgaba el ego del perchero y «salía al Mercado Central a comprar aceitunas». Historiador, filántropo, escritor, investigador, coleccionista. Hombre total. Trayectoria grande, corazón grandísimo.

La anécdota del mercado la contaba ayer JESÚS HUGUET (Cronista oficial), miembro del Consell Valencià de Cultura y amigo personal de «Don Pere». «Para mí era Don Pere. Quizás no para la mayoría, porque no era demasiado conocido. Pero lo digo claro: su pérdida es trascendente, deja un vacío muy muy difícil de llenar». Nacido en Valencia en 1921, cursó bachillerato en las Escuelas Pías y estudió Derecho en la Universitat de València, donde se licenció en 1945. Nunca ejerció su profesión pero sí cultivo otras muchas disciplinas. Se interesó pronto por la historia, la geografía, la economía, la sociología, la heráldica y la genealogía. «Era, con diferencia, el que más sabía sobre heráldica valenciana», explica Huguet, «era un erudito de la identidad valenciana… pero él hablaba desde el rigor y el conocimiento. Era un fuera de serie. Yo diría, usando aquello que decía Josep Pla, que él era el verdadero homenot».

Orts es autor de publicaciones como Una imagen de la Virgen en Benidorm (1965); L’almirall Bernat de Sarrià i la Carta de Poblament de Benidorm (1976), y varias investigaciones sobre la familia Borgia. Fue distinguido con la medalla de oro del Consell Valencià de Cultura en 2005 y la alta distinción de la Generalitat en 2006; era miembro de la AVL y académico de honor de la Academia de San Carlos.

Un hombre que estaba en todas partes y, sorprendentemente, en ninguna. Según cuenta Felipe Garín, director del Consorcio de Museos de la Comunidad, Orts «no tenía teléfono, ni móvil ni televisión». Sus intereses iban por otro camino. «Unió dos pisos para poder guardar obras valiosas y de gran formato en ellos», revela Garín.

Àngel Vicent Calpe, miembro de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) compartió muchas horas con Pere Maria y coincide con el diagnóstico general. «Era poco conocido. Quizás por su discreción. Pero su obra es capital». Sobre su trabajo en la academia destaca «el carácter integrador, su punto de vista propenso al diálogo, sus ganas de limar asperezas». En este ámbito, uno de sus libros más conocidos es Història de la Senyera al País Valencià, 1979, «un libro muy importante sobre todo por la época en la que se publicó». Calpe apunta que siente «una profunda tristeza» por su fallecimiento y que, aunque sabían de su enfermedad, «siempre confiábamos en que el tiempo lo convirtiera sólo en un bache».

Pere Maria Orts tuvo la suerte de poder dedicarse al estudio («aunque nunca se quedó en la superficie, le gustaba buscar en los archivos, no se cansaba nunca» según Calpe), de vivir épocas históricas vitales para la Comunidad. Convivió con Eduardo Zaplana («al que dijo no en su intento de dirigir la AVL», tal y como cuenta Huguet), con Francisco Camps, con las elites de cada momento. Su posición familiar le permitió ir construyendo una colección única. Donó más de 300 piezas al San Pío V. Joan de Joanes, Ribalta, Murillo, Sorolla, Zuloaga, Rusiñol… «Siempre hay un gusto personal, porque eso es inevitable, aunque uno quiera llenar los vacíos», comentaba Orts a EL MUNDO.

Felipe Garín explica que se pierde «una de las figuras más importantes de la cultura en España». Su donación, afirma, «es una de las más importantes y extensas que se han hecho nunca; un acto de enorme generosidad, lo donó casi todo». Sobre todas esas obras, el propio Orts dijo: «Nunca las he considerado como mías. Era un depósito». Un depósito que cedió a los valencianos de hoy y que confiaba preservaran los del futuro. Ahora toca que la ciudad le devuelva todo ese cariño. Demostrándolo con las palabras calladas que él mencionaba al principio. También, por qué no, en voz alta.

Pere Maria Orts nació en Valencia el 5 de julio 1921 y falleció en la misma ciudad el 26 de febrero de 2015.

Fuente: http://www.elmundo.es