JOSÉ SALVADOR MURGUI ES CRONISTA DE CASINOS
Patricia Conde entrevistando hace unos años a Murgui. FOTO EPDA
Y con el llegó el escándalo… Es el título de un drama en una película de cine de 1960 de Vincente Minnelli que dura 150 minutos.
La sinopsis de la película nos dice que “El capitán Wade Hunnicutt (Robert Mitchum) es el propietario de un extenso terreno al sur de los Estados Unidos. Es rico y todos le profesan respeto. Todos, excepto su mujer, la fría y cínica Hannah (Eleanor Parker). Ambos están atrapados en un matrimonio sin salida. Para herir a su esposa, Wade despegará a su hijo Theron de las faldas de Hannah y le enseñará a comportarse como un hombre. Para ello contará con la ayuda de Rafe Copley (George Peppard)”.
Cincuenta y cuatro años después a punto de cerrar el año 2014, nos encontramos no con un escándalo, sino no varios escándalos de magnitud espectacular. Pero hoy quiero referirme a uno que me encanta y que él título y la trama de la película vienen como anillo al dedo de esta historia moderna, salvando los personajes, y la época. Me encantaría que Risto Melgide tomara cartas en el asunto y fuera el guionista.
Me provoca felicidad, es como la tarjeta de Navidad que este año se nos adelantó. Me imagino que saben a quién me refiero, y es al mal llamado para mí, “Pequeño Nicolás” al que yo conozco como “Le petit Santa Claus”.
No lo conocía de nada, no había oído hablar de él, pero tengo que reconocerlo, me ha cautivado, no me enamoro de él, porque a mi edad ni creo en esas cosas para mí, ni es ningún antojo. Pero Francisco Nicolás, ni es pequeño, ni es un DON NADIE (en mayúsculas).
Pienso que perfectamente puede llegar a Presidente del Gobierno, o en el supuesto caso de una República, puede sin duda alguna, por su capacidad de negociación y mediación ser el Presidente de la III República de España. He seguido algunas entrevistas que le han hecho en directo por las televisiones y me quedo absorto con su buen decir, mejor gesticular, serenidad absoluta, dicción perfecta y discernimiento ante preguntas comprometedoras derivándolas a que ya lo responderá delante del Juez en el momento pertinente.
Ningún político o empresario de los que presuntamente tienen sobre ellos alguna imputación, responde ante los medios con la serenidad y aplomo que lo hace nuestro protagonista. ¡Qué serenidad para responder! ¡Qué habilidad para negociar! ¡Qué sabiduría para moverse entre los más grandes!
¿Y dónde voy a parar? Pues que pongas el medio de comunicación que sea a la hora que sea, todos hablan de lo mismo. Parece que estamos en campaña, pero sin debates porque hay un solo candidato, y ¿quien es el líder? Francisco Nicolás: Telediarios, noticias de la mañana, de la tarde, tertulias de la noche… siempre esta ahí. No me digan queridos lectores que no es de ser grande una persona siendo actualidad a toda hora, y no me digan que aun sintiéndose abandonado, el permanece firme e invencible cual el ave Fénix.
España va bien, Valencia va bien, y el mundo debe ir muy bien, porque aquí solo tenemos una buena noticia y es que al igual que Teruel, FRANCISCO NICOLAS EXISTE. Ya no damos importancia a casi nada, ni nos debe preocupar el paro, ni la pobreza, ni los bancos de alimentos, ni la Prima de Riesgo, hoy la preocupación es saber cómo ha llegado donde ha llegado, como ha mediado con quien ha mediado, y como se mantiene con total libertad nuestro líder nacional.
Debe saber mucho, debe estar muy bien enterado, debe conocer al dedillo los pasillos y alfombras de muchos despachos importantes, y sobre todo debe guardar poca fidelidad a quienes le han abandonado, al decir que a fecha de hoy no lo conocen y que jamás estuvo en el balcón o a caballo de algún que otro coche oficial.
Para mí, triste ciudadano de a pie, este joven de verbo fácil, sentencia severa, hábil pensar, y muy preparado en el saber estar, es un líder. Para mí es como se dice ahora “un crack” porque poca gente a su edad ha sido capaz de manifestarse ante la sociedad como ese conseguidor capaz de persuadir al mundo político y empresarial, capaz de presentarse en la Coronación del Rey de España, e inclinar la cabeza ante su Majestad.
Las televisiones seguirán hablando, los problemas seguramente seguirán desapareciendo, y lo más probable es que todo se eclipse ante las noticias de Francisco Nicolás. Estoy llegando a la conclusión que él este año es más grande que la Navidad, y si de todo esto se hiciera una película sería más taquillera que la del título de ésta modesta crónica.
Fuente: http://www.elperiodicodeaqui.com