EL MONASTERIO DE EL PUIG DE SANTA MARÍA, CUNA DE UNA REINA: LEONOR DE ARAGÓN

JULIO BADENES, CRONISTA OFICIAL DE EL PUIG DE SANTA MARIA

A lo largo de la historia de la Edad Media la Virgen de El Puig fue venerada por los reyes de la Corona de Aragón y de la Corona castellano-leonesa. Por tal motivo fueron frecuentes las visitas reales de los reyes y reinas de ambos reinos al monasterio en el que la Orden Mercedaria la custodiaba, como Patrona del nuevo reino, por decisión de Jaume I. Y, en una de aquellas idas devocionales, entre sus muros, nació una reina que será fundamental para el futuro de los reinos de Castilla y de Aragón, y de su posterior unión dinástica.

Pero, nos podemos preguntar: ¿cómo eran las visitas de la realeza? ¿Dónde se alojaban? Y el mercedario del Real Convento del Puig, Francisco Martínez, en la página 190 de su Historia de la Imagen Sagrada de la Virgen Santísima del Puig, del año 1760, nos saca de dudas al asegurar que “una cosa ha tenido siempre esta Real Fábrica, assi antigua, como moderna, que es una Real grandeza de este Santuario, y es: haber tenido siempre habitaciones destinadas para las Personas Reales”. Aunque respecto a la duración de las visitas podemos afirmar que las hubo de un día, sin llegar a pernoctar en el convento de la Merced, como de varios días.

Y, sin duda, podemos confirmar sobradamente la afirmación del erudito mercedario F. Martínez. Así en la Edad Media, durante la Guerra de los dos Pedros, conflicto entre las coronas de Castilla y Aragón, que tuvo lugar entre los años 1356 y 1366, en el que Valencia y Sagunto fueron importantes escenarios bélicos de la guerra, El Puig de Santa María y su castillo tuvieron un importante papel al volver a convertirse en un punto estratégico fundamental desde el que Pedro el Ceremonioso (rey de Aragón) defendiese Valencia o desde el que Pedro I el Cruel (rey de Castilla) tratase de conquistarla (Badenes, Julio. S; Montero, Lluís, El castell de la Patà i el naixement del Puig de Santa Maria, pp. 198-201).

Durante este importante conflicto Pedro IV, el Ceremonioso, visitó Valencia, confirmándonos en su Crónica que en el mes de febrero de 1358 salieron del Cap i Casal y “fom a madona sancta Maria del Puig, per visitar aquella, nostra molt cara muller la reyna pari una filla qui hac nom Elionor, la cual depuix fou reyna de Castella”. De modo que en las dependencias reales del pequeño pero simbólico monasterio medieval de El Puig de Santa María, que estaba adosado a la iglesia gótica que construyó Margarita de Lauria y su familia, nació y fue bautizada la que llegó a ser reina de Castilla entre 1379 y 1382, al haberse casado con el rey Juan I de Castilla, muriendo, tristemente, de sobreparto el 13 de septiembre de 1382, tan solo con 24 años de edad (1358-1382).

Para que nos demos cuenta de lo crucial que será esta reina en la historia de España diremos que los dos hijos que llegó a alumbrar, uno de ellos, Enrique III, será rey de Castilla; y el otro vástago, Fernando de Antequera, será el rey de la Corona de Aragón tras su elección en el Compromiso de Caspe. Su biznieta es Isabel la Católica y su biznieto, al mismo tiempo, es Fernando el Católico. Y ambos protagonizaron la unión dinástica de las coronas de Castilla y Aragón.

Referente histórico

Es evidente, por tanto, que el monasterio de El Puig de Santa María es un referente histórico, cultural y espiritual no sólo para la Comunidad Valenciana sino también para España pues en su interior se fraguaron y perfilaron derroteros que han dirigido nuestro pasado histórico hasta llegar al presente en el que nos hallamos. Y uno de esos acontecimientos cruciales para nuestra historia fue el nacimiento de Leonor de Aragón, una gran mujer, que con apenas 20 años supo enfrentarse al difícil papel de ser reina en la Edad Media, engendrando a personajes fundamentales para el devenir histórico de España.

Fuente: https://www.levante-emv.com