FRANCISCO SALA (CRONISTA OFICIAL DE TORREVIEJA) instala su colección de artículos y documentación antigua de la ciudad en la que fue la casa de sus padres en Caballero de Rodas
JESÚS NICOLÁS
Entre tantos edificios de apartamentos, difícil es ya encontrar las casas de una o dos alturas que antes eran las tradicionales de aquella Torrevieja de pescadores y salineros, la de la era de antes del ‘Un, dos, tres’. Una de esas viviendas es la que hace esquina entre Caballero de Rodas y Azorín. Erigida en los años 50, la casa de la familia Sala ha sido recientemente restaurada y hoy es toda una fuente de inabarcable sapiencia. Casa del CRONISTA, FRANCISCO SALA, y archivo oficioso del certamen de Habaneras, ahora decenas de alumnos universitarios y otros tantos estudiosos acuden con el objetivo de curiosear en un archivo que guarda negro sobre blanco la historia más social de la ciudad salinera.
La planta baja, reconvertida en un pequeño museo, alberga todo tipo de recuerdos. Carteles de época, publicidad, vajilla y cubertería de antaño y, lo más sorprendente, restos de las casas que había antes de que el recordado terremoto de 1829 arrasara por completo la ciudad y buena parte de la Vega Baja. Así, en la casa del cronista se pueden ver las placas con las que se numeraban las viviendas erigidas en el siglo XVIII para esos marineros que cargaban las bodegas de los pailebotes con el mineral que se secaba y almacenaba en las Eras.
FRANCISCO SALA inició su particular colección cuando era un niño. Todo comenzó, recuerda para LA VERDAD, a partir de los programas de las fiestas de La Purísima que su abuela iba guardando. Después, su pasión por la historia de su pueblo y sus búsquedas por mercadillos y rastros hicieron el resto hasta engrosar esos conocimientos, por ejemplo, con un valiosísimo fondo fotográfico. Colgado en varios portales web, la colección Sala da hoy perdurable testimonio de cómo era el antiguo pueblo y de cómo sus playas y fincas, al paso de las décadas, mutaron y convirtieron Torrevieja en la urbe de 100.000 habitantes que es hoy.
A la programación de las fiestas de diciembre, se sumaron después los programas de las Habaneras, abanicos pintados, pinturas, espejos de señora y recortes de prensa, muchos de ellos de periódicos extintos del siglo XIX y algunos también de este mismo diario, en el que se trataban asuntos variopintos, pero sobre todo de las fiestas, cultura y tradiciones de Torrevieja.
Consultas y confusiones
«Abro el archivo por las mañanas. Todos los días suelo tener de una a tres visitas. Hace poco, por ejemplo, vino una chica que está investigando el papel de las mujeres en las salinas», cuenta Sala. «Aunque también hay quien entra pensando que es una tienda de antigüedades», comenta entre risas.
Una de las últimas visitas que ha recibido fue la de un grupo de alumnos de la Cátedra de Industrias Creativas de la Universidad de Alicante. 18 alumnos de hasta ocho países que están preparando una exposición para este próximo julio con el fin de hacer llegar al público joven la tradición cultural de la habanera. Este año, además, con el aliciente de que el certamen soplará 70 velas.
Fuente: https://www.laverdad.es