Arxiu diari: 27 d'abril de 2024

ALZIRA RINDE HOMENAJE A SU HÉROE DE FILIPINAS

La Casa de la Cultura de Alzira acogió el pasado domingo el acto conmemorativo del 125 aniversario de la muerte del soldado alzireño Salvador Santamaría Aparici, fallecido en 1899, considerado un héroe en el Sitio de Baler.

El CRONISTA DE LA CIUDAD DE ALZIRA, AURELIANO LAIRÓN, resumió la biografía de aquel alzireño que desde 1899 da nombre a una calle en la ciudad y, posteriormente, el general de brigada Vicente Bataller pronunció una documentadísima conferencia sobre “Los últimos de Filipinas”.

En el transcurso del acto fue descubierta una placa conmemorativa que se instalará próximamente.

Servicio militar en el Sahara

El acto fue organizado por el grupo Saharians de la Ribera, que coordina Bernardo Prats, en el contexto de los encuentros que periódicamente llevan a cabo los Saharianos de la Comunitat Valenciana, colectivo conformado por muchos de los que hicieron el servicio militar durante el final de la presencia española en el Sahara Occidental entre noviembre de 1975 y principios de 1976.

Fuente: https://www.levante-emv.com

LA BUENA ATENCIÓN

ANTONIO GASCÓ, CRONISTA OFICIAL DE CASTELLÓ

La verdad es que no es que me esté haciendo mayor. La verdad es que soy viejo, viejo sin enmiendas ni paliativos. Y de eso me estoy dando cuenta por las muchas deficiencias que observo en mi body. Que si falta de agilidad y flexibilidad, una reducción de fortaleza ostensible, un oído que en alguna ocasión me traiciona (y bien que lo siento, singularmente, dada mi afición a la música), dolor en las articulaciones y una pérdida de visión que me a obliga ir, perennemente, con las gafas calzadas y lo que es peor, su sustitución, a medida que mis ojos se niegan a acoplarse con las que llevan dos o tres años delante de ellas y reclaman unas nuevas con mayor graduación. Es lo que hay y, o lo acepto, o me tiro por el balcón; aventura que no me apetece nada. En consecuencia, dirigí mis pasos a la óptica, sita en mi querida calle de Enmedio (vivo en ella) a la altura de lo que en su día estuvo el cinema Romea, de la que ya fue clienta mi idolatrada esposa Marisa y ahora lo soy yo, en solitario. Bueno, en solitario no: me acompañó mi preciosa hija Beatriz, para ayudarme a elegir montura.

Buen trato

La verdad es que aunque agradecí su presencia, me atrevería a decir que no fue determinante. La atención fue tan esmerada como profesional y afectuosa. Las dos dependientas, por cierto tan eficaces como atractivas, tuvieron todas las atenciones posibles con este carcamal, latoso e indeciso. Agradecí la cortesía y el buen trato, que, lamentablemente, en esta sociedad, indiferente y desdeñosa que vivimos, no son frecuentes. Precisamante por ello, quiero dar testimonio escrito de esa actitud, porque no es frecuente. Sin duda, en un comercio, ese trato es una invitación a arraigar la clientela. Así que complacido, después de elegir las monturas y que me graduaran la visión para confeccionarme las lentes, salí del comercio, francamante satisfecho. No sin antes profesar, a modo de despedida, aquellas palabras del general estadounidense Douglas Mc Arthur, cuando abandonó Filipinas: «Me voy, pero volveré».

Fuente: https://www.elperiodicomediterraneo.com