La Cova de l´Avern (avern en valenciano es averno, que según la RAE es un sinónimo de infierno que proviene del latín avernus y que significa lugar de castigo eterno o donde habitan los espíritus de los muertos) es una de las numerosas cavidades que hay en el término municipal de Ontinyent. Sin embargo, es quizá una de las que más leyendas e historias populares atesora.
Se dice de esta cavidad de la Serra Grossa, de la que no todo el mundo se atreve a recorrer o adentrarse en ella, que en su interior es posible escuchar lamentos, lloros, llantos, gritos o aullidos, lugar donde han ocurrido fenómenos poco normales, tales como que los relojes se detengan, dejen de funcionar las linternas, las brújulas se vuelven locas y pierdan el norte, las fotos salgan nubladas o borrosas y donde ha sido posible ver luces en su interior, sucesos que pueden ocurrirle a toda aquella persona que se adentre en su oscuridad.
Se cuenta, tal y como podemos leer en el artículo de Paco Garrido i Amo en https://ontinyent.portaldetuciudad.com/es-es/informacion/la-cova-del-avern-014_153_1_1578.html, “que dentro de su oscuridad puedes escuchar aullidos, lamentos, llantos y gritos, aunque se han realizado estudios para saber el origen de estos fenómenos y no se ha podido sacar nada en claro.
Según MATILDE PEPÍN (CRONISTA OFICIAL DE BÉTERA), autora del libro Valencia Mágica, dice y verifica como fenómenos anormales en la cueva la parada del tiempo en relojes, que dejen de funcionar linternas, que las fotografías se nublen, que las brújulas se vuelvan locas, que ocurra un excesivo contraste en la temperatura del interior en el exterior o que se vean luces en su interior, entre otros fenómenos.
El antropólogo Atienza piensa que es posible que algunos sitios como éste son como corredores cósmicos que lo transportan a una realidad superior, aunque no sabe cómo. También se dice tener conexiones con otras cuevas de la costa.
En el libro anual que publican las luminarias de Sant Esteve, del año 2002, aparece un artículo con el que se explica una experiencia vivida en la cueva por un grupo de amigos que se adentró dentro de ella, cuando de pronto dos chicas del grupo salieron asustadas y sobrecogidas al ver en el techo de la cueva un par de ojos rojos que los observaban… ¿podrían ser los de Lucifer?
En la literatura local también es posible encontrar un pequeño cuento con el título Nelet, de Antonio Llora Tortosa, quien habla con mucha ternura de la cueva y su entorno.
Se dice, además, que la construcción de la cercana ermita fue aconsejada por el Santo Oficio el Patriarca de las Indias, Juan de Ribera, para conjurar tormentas y espíritus maléficos.
Posiblemente hay un puñado de relatos e historias, y sería interesante que se pudiera realizar una recogida de todo el material, dando base a un estudio de todo lo que representa esta desconocida gruta en la que se mezcla la fantasía y la realidad.
No está de más que, aparte de toda esta fantasía, hay que poner los pies en el suelo y escuchar a un grupo reducido de gente experta que se adentrado en sus entrañas, hasta una especie de sala, donde desde ahí es imposible continuar por la estrechez, donde ellos en ningún momento han percibido fenómenos anormales, según comenta Héctor Verdú, fundador del Centro Excursionista de Ontinyent”.
Fuente: https://www.valenciabonita.es/2023/12/12/cova-de-lavern/