Arxiu diari: 2 de setembre de 2023

ELDA Y EL MÉDICO DE FELIPE V

GABRIEL SEGURA, CRONISTA OFICIAL DE ELDA

Es de público dominio y de sobra conocido que desde el momento en el que la guerra de Sucesión a la Corona de España (1700-1714) afectó al reino de Valencia (1705), la villa de Elda se posicionó en apoyo del joven monarca de la casa de Borbón. Aquel apoyo a la causa borbónica victoriosa fue recompensado con diversos privilegios concedidos en 1713 y de los que ya nos hemos ocupado en alguna de las Crónicas Eldenses. Sin embargo, el vínculo de la villa de Elda con el rey Felipe V (1700-1746) va más allá de aquel apoyo y mercedes otorgadas. Relación que llega a ser de nivel personal gracias a un eldense del que poco, o menos incluso, conocemos.

Un lunes 26 de agosto de 1743 fallecía en Madrid, Bartolomé Rodríguez Arnedo, nacido en la villa de Elda, en el reino de Valencia, que hasta ese momento desempeñaba el cargo de médico de cámara de S.M. el rey Felipe V. Junto a otros facultativos de Cámara debió tratar al monarca en sus últimos años de vida aquejado de graves episodios de enfermedad mental. Estudios actuales de la sintomatología han diagnosticado trastorno bipolar complicado con “delirio nihilista de Cotard, que se reflejaba en la negación de tener brazos y pierna, o de mantenerse vivo, o de conservar la identidad humana al creerse convertido en una rana”.

Sin embargo, y como decíamos es poco lo que sabemos de este eldense que cuidó de la salud del primer monarca español de la dinastía Borbón. Conocemos datos familiares aislados. Sabemos que estuvo casado dos veces; que su segunda mujer fue Josefa Pomar; que de su primer matrimonio tuvo a una hija, María Antonia, casada con Gabriel Joaquín Cervino, quien en julio de 1762, bajo el reinado de Carlos III y con 52 años, fue nombrado médico de la familia real, concediéndosele al año siguiente el título de médico del Tribunal de la Corte y del Consejo.

Bartolomé Rodríguez falleció en Madrid, un 26 de agosto de hace 280 años. Tras su sepelio fúnebre fue enterrado en la capilla del Cristo de los Milagros de la madrileña iglesia de San Martín. Capilla en la que treinta años más tarde, coincidencias de la historia, sería enterrado el ilustre e insigne marino Jorge Juan, en 1773.

La iglesia de San Martín fue derribada en el año 1809 dentro de la política urbanística de José I Bonaparte emprendida en Madrid para la apertura de espacios diáfanos en el centro de la capital del reino, que conllevó la demolición de algunas iglesias y conventos. Con aquel derribo perdimos el rastro del cuerpo de nuestro paisano Bartolomé Rodríguez Arnedo. Sirvan estas notas para traer hasta nuestros días la memoria de aquel eldense en cuyas manos estuvo la salud del rey de España.

Fuente: https://www.valledeelda.com