ESTRELLA DE LOS MARES

FRANCISCO SALA ANIORTE. CRONISTA OFICIAL DE TORREVIEJA

Las historias en torno a la Virgen del Carmen son puramente religiosas, y los escritos llevan el origen de esta celebración hasta Israel, concretamente hasta el Monte Carmelo («Karmel», que significa jardín). En vista de una fuerte sequía, cuentan las escrituras que el profeta Elías prometió a Dios que el rey Ajaab y el pueblo abandonarían al dios Baal para que aquél terminara con la sequía, y al Monte Carmelo subió en varias ocasiones para ver si su promesa surtía efecto. Fue a la séptima vez que allí vio «una nubecita no más grande que la palma de la mano», poniendo así el inicio de una historia que se conmemora hasta día de hoy. El caso es que, con esta vinculación con Elías, muchos creyentes se fueron al Monte Carmelo para venerar el lugar, y allí fue donde nació la Orden de los Carmelitas.

El 16 de julio de 1251, Simón Stock, superior de los padres Carmelitas del convento de Cambridge, informó que la imagen de la Virgen María se le aparecía con un escapulario que daba paso al cielo a quien lo portara al morir y que esa persona no iría nunca al infierno. San Simón Stock la llamó en sus plegarias «Stella Maris» -estrella de los mares-, lo que propició que el colectivo de marineros se encomendara a esta virgen. No es de extrañar que se convirtiera en patrona de los marineros.

Años después, en 1901, también oficialmente la Virgen del Carmen pasó a ser la patrona de la Marina de guerra española y del resto de navegantes del mar. No obstante, el primer uso fiable del concepto de «Stella Maris» viene de los escritos de Pascasio Radbertus, en el siglo IX, cuando describía a la Virgen como una guía para seguir en el camino hacia Cristo y «no zozobrar en medio de la tormenta que alza olas en el mar». Todo esto dio lugar a que los marinos la acogiesen como patrona, junto con san Telmo, patrón de los navegantes y marinos. Hasta entonces, el patrón de los pescadores era San Pedro, que se celebra el 29 de junio. Es una fecha para recordar la labor de todos los hombres y mujeres que se dedican a la actividad pesquera.

Echando la vista atrás, desde 1482 aparece mencionada en las actas del Consell la cofradía de San Pedro, que reunía a patrones de buques, marineros, pescadores y hombres de mar. Aunque tenía su sede en Orihuela, se componía de residentes en las aldeas de Guardamar, Cabo Cervera y Torrevieja, a la que estaba encomendada la administración de un legado piadoso destinado a la redención de cautivos apresados en los asaltos de los piratas berberiscos en nuestra costa.

El 1 de mayo de 1653, navegaba por el mar de Alicante la nave de Pedro Arronis cargada de hierros; le sobrevino una borrasca que duró tres días, esperando por instantes los tripulantes su última hora. Entre ellos había un viajero que les exhortó a que invocasen a favor de la Virgen de las Virtudes, asegurándoles su salvación y que verían al rostro de su insigne bienhechora. Tanto pudieron las buenas propuestas de aquel peregrino que decidieron todos hacer una romería a la Virgen de las Virtudes en al lugar de Cox, desde donde tuvieran fortuna de tomar puerto. Se obró un milagro, calmándose al instante el viento, llegando a la playa de La Mata. Saltaron todos a tierra y cumplieron con su promesa, dejando una limosna de 30 libras de moneda valenciana, para ayuda de su retablo que se estaba construyendo en Cox.

Hacia la mitad del siglo XVIII, la orden del Carmelo extendió el labrantío cerca de Los Montesinos, en una hacienda que denominaron «El Carmen», por el nombre de la congregación religiosa, donde intentaron formar un vecindario al entregar la tierra en arriendo. La ermita de la hacienda «El Carmen» es descrita por Joseph Montesinos: «En un hermoso llano, situado al medio día, como a media legua de este lugar [San Miguel de Salinas] en el Camino Real de Orihuela, se halla la grande hacienda llamada del Carmen; por serlo de la comunidad de estos padres de la ciudad de Orihuela en la que erigieron con fundamentos con campana, en el año 1738, una mediana iglesia con coro alto y sacristía, muy hermosa y aseada; tiene crucero y Capilla Mayor en la que hay un mediano retablo, con su sagrado camarín en el que se venera la hermosa imagen de la Virgen del Carmen…».

En Torrevieja existe alguna noticia de la celebración de fiestas en honor de la Virgen del Carmen hasta 1910, cuando el doctor Mariano Ruiz Cánovas, procedente de Madrid, pero de origen murciano, decide instalar un establecimiento psiquiátrico junto al mar, frente a la playa llamada del Salaret, para el tratamiento de las enfermedades nerviosas y mentales, dentro de un modo moderno que lo diferenciaba de los manicomios. Con su construcción pasó a conocerse como «Playa de Los Locos»; el 16 de julio tuvo lugar el acto solemne de la inauguración del «Sanatorio del Carmen», asistiendo numerosa y distinguida concurrencia torrevejense y personas de relevancia que se hallaban pasando el verano en esta villa, volviéndose a celebrar todos los años en sus instalaciones fiestas en honor a la Virgen del Carmen.

Mientras tanto, el «Pósito de Pescadores» era la asociación formada para la cooperación o ayuda mutua entre trabajadores de la mar: socorros mutuos o de educación, comercialización directa de la pesca o de embarcaciones colectivas se conoció, al igual que a otras poblaciones, por real orden de 5 de enero de 1918, aunque no celebraba fiesta alguna en honor a la Virgen del Carmen.

La denominación y estructura la Cofradía de Pescadores en nuestros días obedece a la orden del Ministerio del Trabajo de 21 de marzo de 1943. Tras la Guerra Civil, el carácter laico y colectivista de los pósitos no cuajó con el franquismo, que prefirió su sustitución por las cofradías de pescadores, poniendo así punto final a una aventura reformista. En 1944 se encargó a los escultores torrevejenses Rafael y Fulgencio Blanco López la talla de la imagen de la Virgen del Carmen que, desde entonces el 16 de julio es embarcada en el día de su onomástica.

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