B. GONZÁLEZ
Dentro de la ruta ‘Defensa del Sur’ del Consorcio Camino del Cid, hay un enclave que destaca por la importancia que tuvo en la historia protagonizada por Rodrigo Díaz de Vivar en tierras valencianas en el siglo XI. Se trata del Castillo de Carbonera, en la sierra de Benicadell, en la Vall d’Albaida, compartiendo los términos de Otos y Beniatjar.
Esta fortaleza sirvió como principal línea defensiva, dado que, según explica el CRONISTA OFICIAL DE OTOS, DANIEL ALFONSO, la Sierra de Benicadell delimitaba la frontera entre los reinos taifas de Dénia y Valencia. En el siglo XIV quedó abandonado y se fue deteriorando y enterrándose entre tierras y sedimentos a lo largo de todos estos siglos.
Hace unos años, los ayuntamientos que comparten este vestigio patrimonial e histórico, decidieron sumar esfuerzos para recuperarlo y ponerlo en valor. Un ambicioso proyecto que se turnan en sufragar cada año, contando con la ayuda de la Generalitat, sin la cual no podían llevar a cabo esta intervención dados sus escasos recursos económicos y la gran inversión que se necesita para sacar de nuevo a la luz el castillo.
Es por ello que el Plan Director encargado al arquitecto Tirso Ávila, contempla un número indeterminado de campañas, de las que ya se han llevado a cabo dos, una impulsada por cada ayuntamiento, con una inversión de 80.000 euros. Gracias a eso se han podido desenterrar alguna muralla y parte de la puerta. “De no haber nada, ya hay alguna estructura”, explican desde el Ayuntamiento de Otos.
También se han habilitado varias rutas, una desde cada municipio, y en el caso de Beniatjar, se realizan visitas guiadas el primer sábado de cada mes. Además, se ha recuperado la senda de acceso a partir de la caseta del Forner desde de Otos y una segunda que parte de los abrigos con pinturas rupestres desde el lado de Beniatjar.
Ahora se va a iniciar una tercera actuación, después de que el Ayuntamiento de Beniatjar, a quien corresponde este año, haya conseguido una ayuda de Presidencia que cuenta con un importe superior a las anteriores. En concreto, 150.000 euros más la aportación municipal, con la que se pretende continuar con la consolidación de estructuras y la investigación arqueológica.
Edificación sorprendente
“Nos está sorprendiendo lo que estamos encontrando. Están apareciendo elementos de la arquitectura defensiva que evidencian que era más que un castillo de frontera y de vigía. Tiene un porte importante y de él dependían otras alquerías, siendo una zona defensiva de primer orden”, explica el arquitecto que subraya el hecho de no contar con documentos en los que se describan cómo era la fortaleza.
Se trata de una edificación muy grande, según se desprende de los lienzos de muralla descubiertos y algunos elementos como la torre central, están enterrados en sus propios restos derruidos. Pero las estructuras halladas están construidas de hormigón y cal resistente, de gran espesor y altura importante.
“Estamos en unas fases muy preliminares. No podemos avanzar demasiado dado que, el corte de derrumbe es de casi tres metros y encapsula toda la estructura”, explica Ávila quien apunta que la idea es compatibilizar tres aspectos: la consolidación de estructuras, la investigación, con prospecciones arqueológicas, y mejorar el accesos para visitas turísticas.
De hecho, en las primeras fases ya se instalaron postes y unas cuerdas para facilitar itinerarios, que en esta tercera quieren mejorar con cartelería.
Consolidación, excavación y puesta en valor
La excavación se inició en la zona donde se preveía que estaba la puerta de entrada, como así fue. Se encontraron con la puerta, “que está perfectamente conservada, con quicio, el hueco para la tranca y los quiebros de recorrido para el acceso que en estas fortalezas son muy retorcidas para dificultar la entrada”.
También en una de las prospecciones hallaron una poterna o puerta auxiliar, en el extremo opuesto al de la entrada, que se cree que podría servir para la huida en caso de asedio.
El arqueólogo subraya, no obstante, el ejemplo de cooperación entre ambos ayuntamientos en la puesta en valor de este castillo, que estaba perdido y que demuestra que esa colaboración tiene sus frutos.
Fuente: https://www.lasprovincias.es