El CRONISTA DE LA CIUDAD DE CASTELLÓ y emérito de la cofradía, ANTONIO GASCÓ Y SIDRO, recibió ayer, por la tarde, un sentido homenaje en la capilla de la Purísima Sangre de Jesús.
Carolina de Mingo, clavaria de Licenciados, impuso a GASCÓ la cruz potenzada de oro, emblema de la cofradía, y el clavario de industriales le entregó el diploma memorial del homenaje.
Javier Remiro, cronista de la cofradía, hizo un recorrido por la trayectoria profesional de GASCÓ, como historiador, en su brillante y cordial “laudatio”. Remiro hizo especial incidencia en las investigaciones y libros publicados sobre la cofradía y su patrimonio artístico, de entre una numerosa producción de libros y artículos dedicados a varias temáticas castellonenses.
En su turno de palabra, GASCÓ explicó su vinculación afectiva, de familia y amigos, con la cofradía de La Sangre, y la devoción heredada de su madre a Cristo del Santo Sepulcre. Gascó reivindicó una mayor valoración de la cofradía, tanto por parte de las instituciones públicas y privadas como por parte de la ciudadanía, puesto que es uno de sus principales patrimonios.
De Mingo cerró el acto con unas entrañables palabras en las cuales dejó claro que no podía pasar el 475 aniversario de La Sangre sin rendir un homenaje a quien tanto ha hecho para conocer la historia de la cofradía y que “no siempre encontró las complicidades que merecían su causa y su persona”. La clavaria también dijo que no habría sido posible la estrategia de valorización y proyección de la cofradía iniciada hace unos tres años sin el depósito de conocimientos que nos ha legado ANTONIO GASCÓ.
Fuente: https://www.elperiodic.com