Arxiu diari: 14 de novembre de 2022

JAUME I COMO ÍDOLO POP: EL FENÓMENO VIRAL DEL HISTORIADOR VICENT BAYDAL

VICENT MOLINS

Si muchas veces se acusa a los historiadores de escasa interlocución con la ciudadanía, la era de los blogs dio a muchos de ellos el espacio idóneo para invertir el aislamiento. El medievalista VICENT BAYDAL, CRONISTA DE LA CIUDAD DE VALENCIA desde 2020, encontró allí el espacio con el que ganar territorio. Mientras preparaba el doctorado, su blog, Vent d Cabylia, alumbró buena parte de las cuestiones históricas que en los últimos años han calado en la realidad pública valenciana.

BAYDAL es hoy editor de Llibres de la Drassana, editorial especializada en temas valencianos, es divulgador y ha escrito títulos como ‘Els valencians, des de quan són valencians?’, ‘Del Sénia al Segura’ o ‘València no s’acaba mai’. En plena fiebre valenciana por situarse en el mapa (coincidiendo con la escalada inmobiliaria), detectó una demanda creciente por dar respuesta a una necesidad: recordar quiénes son los valencianos y de dónde vienen. Desde entonces, la combinación entre rigor histórico y frescura divulgativa ha hecho posible que en las librerías haya cobrado protagonismo la historia propia y que Jaume I pueda ser carne de meme. Pulsó entre tanto el botón de la autoestima: mientras el concepto de lo valenciano —tras el pinchazo del boom— se convertía en un activo tóxico, encontrar respuestas en el pasado parecía un buen refugio a partir del cual imaginar los próximos pasos.

En plena celebración del 9 d’Octubre, este domingo, Baydal reivindica esa cierta normalidad contemporánea con la que encarar la historia de los valencianos como un buen antídoto contra los tópicos. PREGUNTA. ¿Entonces, desde cuándo los valencianos son valencianos? RESPUESTA. No nacimos ayer, el pueblo valenciano nació en el siglo XIII con la creación del Reino de Valencia por parte de Jaume I y la formación progresiva de una colectividad con una identidad grupal propia. Con la creación del reino, con su margen de autogobierno, con un entramado institucional y jurídico propio, con la expulsión de los musulmanes de las taifas y la llegada de nuevos pobladores cristianos de Cataluña y Aragón que, a partir del siglo XIV, comenzaron a considerarse valencianos, al cabo de unas generaciones y como resultado de un sujeto político propio. Es un proceso de construcción identitaria lógico. De esta fuerza como colectividad proviene el interés por la historia valenciana.

P. ¿Nos hemos contado a nosotros mismos lo suficiente? R. En la contemporaneidad ha habido un defecto de divulgación: cuando se ha intentado cubrir con relatos históricos, de manera que puedan llegar al público, ha habido una respuesta clara. Este interés por la propia historia se ha ido modulando a lo largo del tiempo. Ahora interesan asuntos adaptados a nuestra propia realidad: cuestiones más identitarias que encajan con lo que queremos ser en el futuro; el pasado no determina el futuro, pero nos ayuda a comprendernos y a decidir con mayor capacidad.

P. ¿Qué tópico valenciano desterrarías? R. Se ha abusado del Levante feliz. Además de que es una concepción geográfica que solo se entiende desde el centro de España, es un término que comenzó a utilizarse a mediados del XIX, con un estado liberal centralista. Valencia perdió su nombre por Levante. Se añadió la idea de que era un Levante feliz porque no llegaba la guerra, ya que Valencia estaba en la retaguardia. Después eso se extendió para creer que todo el mundo aquí vivía contento. No se adecúa ni a la realidad ni a nuestra historia. P. ¿Por qué Jaume I es el gran icono?

R. Aunque no lo hizo conscientemente para formar una colectividad, su decisión de crear un reino nuevo fue la que dio lugar a la sociedad valenciana. Con ello creó un territorio político nuevo, un hecho bastante particular porque por entonces en la Península Ibérica no se creaban reinos nuevos con instituciones propias. Lo hizo por intereses propios, para poder gobernar de manera más sencilla, promulgando leyes nuevas más favorables a su propio poder. En el siglo XV fue el reino más importante de la Corona de Aragón junto al de Nápoles. A partir del XVI pasó a ser periférico dentro de un inmenso imperio como el español de los Austrias. Desde ahí, siempre ha sido una parte periférica de las diversas formas políticas. También ahora. P. ¿Con qué otras dos figuras históricas se quedaría? R. Si hay que elegir solo dos… Con el general Juan Bautista Basset, que lideró la rebelión austracista y la proclamación de Carlos III como rey de la Corona de Aragón. Implicaba no solo a las clases populares valencianas. sino a una parte de los dirigentes y de la Iglesia. Fue un líder aclamado por la inmensa mayoría de los valencianos. También con Blasco Ibáñez. Aunque fue una figura muy centrada en la ciudad de Valencia y en las comarcas circundantes, su figura acabó llegando hasta buena parte del territorio. No solo por su obra sino sobre todo por lo que representó a nivel político. Valencia fue la primera gran ciudad republicana. Y ese gran paso, el del republicanismo como movimiento de masas, lo dio Blasco Ibáñez. Ese ejemplo fue un faro.

P. ¿Qué echa en falta en la divulgación de la historia valenciana? R. Tenemos una radiotelevisión pública incipiente pero que no tiene una vocación histórica muy clara, se podía generar más debate y reflexión sobre nuestra propia historia. Hay interés y demanda, falta oferta. P. Y en este 9 d’Octubre, ¿de qué manera cambiaría la celebración? R. Me gustaría que en el 9 d’Octubre se extendiera la tradición de la ‘mocadorà’, por la cual en la comarca de l’Horta y las comarcas cercanas los enamorados se regalan dulces de mazapán y un pañuelo, con un largo recorrido histórico.

Pero sobre todo echo en falta un debate en un gran teatro, los días antes, sobre qué representamos los valencianos con relación al pasado, al presente y al futuro. Una reflexión sobre nosotros mismos.

Fuente: https://www.elconfidencial.com