BERNARDO GARRIGÓS SIRVENT, CRONISTA DE XIXONA
Daniel Jiménez de Cisneros uno de los geólogos y paleontólogos más relevantes del primer tercio del siglo XX fue quizás uno de los primeros que vislumbró la importancia que tiene la carrasca de Nuches. En la revista Ibérica. El progreso de las ciencias y sus aplicaciones publicada el 30 de marzo de 1918 nos decía lo siguiente sobre uno de los prodigios naturales, la carrasca de Nuches:
«Otro gigante vegetal se encuentra cerca de la fuente de Nuches, y es una colosal encina de bellotas dulces, que debe también contar varios cientos de años, pues el tronco achaparrado es de enormes dimensiones, oculto hoy casi totalmente al terraplenar la depresión en que había nacido, para poner a nivel un paseo de la finca. En el día se puede ver la parte superior del gruesísimo tronco, a manera de pedestal de cinco ramas, la menor de las cuales pasaría por una robusta encina.
El árbol ha hecho cambiar el nombre de la finca, y siendo ya famosa en otro tiempo en que se la llamaba la Carrasca de Nuches, hoy se habla de Nuches de la Carrasca.
En años buenos el gigantesco árbol ha producido 64 barchillas de bellotas (1 barchilla=1/3 fanega) es decir, 21 1/3 fanegas, que han valido en el mercado 450 pesetas».
En esta misma publicación se imprimió la fotografía más antigua que poseemos sobre la carrasca de Nuches. Desconocemos quienes pudieran ser todos aquellos que posan orgullosos a los pies de la carrasca, aunque posiblemente fueran los propietarios de la finca y sus familiares.
Daniel Jiménez de Cisneros y Hervás nació en Caravaca de la Cruz el 16 de abril de 1863. Fue premio extraordinario de la carrera de Ciencias Naturales. En 1904 se trasladó a Alicante para ocupar una plaza en el Instituto General y Técnico de Alicante (Actual Instituto Jorge Juan) donde permaneció como catedrático hasta 1933. Allí formó parte del equipo directivo y desarrolló una importante actividad docentes e investigadora. Fue presidente de la Sociedad Ibérica de Ciencias Naturales, miembro de la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales así como de la Academia Pontificia Nuovi Lincei, etc. estando su carrera profesional jalonada de importantes logros. Se especializó en la paleontología y creó una importante colección de fósiles, que ha sido estudiada por la Universidad de Alicante. Entre sus más de 150 trabajos, una de sus obras de referencia es Geología y Paleontología de Alicante, publicada en 1917 por el Museo Nacional de Ciencias Naturales. Destacó también su carácter didáctico y fruto de ello fueron sus publicaciones en la revista Ibérica, como la que hemos comentado anteriormente. Falleció en Alicante el 17 de enero de 1941.