MIGUEL APARICI NAVARRO, CRONISTA OFICIAL DE CORTES DE PALLÁS
En la carretera que va de Llíria a Olocau,se encuentra emplazada la Base Militar de Marines “General Almirante”. De la que aclararemos que Marines le viene por el término municipal de dicha población valenciana donde está enclavada y Almirante por ser el apellido del General que da nombre al Acuartelamiento. Espacioso, externo y práctico recinto militar, por cierto, que se construyó como CIR-7; es decir, Centro de Instrucción de Reclutas.
Como tal Base ha venido reuniendo tres importantes entidades de las armas de Caballería, Artillería e Ingenieros. Armas del Ejército español cuyas prestigiosas unidades, anteriormente, habían ocupado históricos cuarteles en Valencia, Paterna y Bétera.
La de los obuses de campaña y los cañones antiaéreos en concreto, de gloriosa permanencia en las instalaciones paterneras y hoy -aún, por fortuna- recinto militar “Daoiz y Velarde”, se perpetua en el Grupo de Artillería Antiaérea III/73; que a día actual manda el Teniente Coronel Ismael Salazar Moreno.
Así como tuvimos un notable Grupo II/72 que antaño destacó en la protección del aeropuerto de Manises, cuando compartía área con el Ala 11 de los cazas Mirage, y un momentáneo RAAA 81, en el propio Marines.
Hoy, en esta Base del término del nuevo pueblo de Marines, se mantiene viva la tradición Artillería valenciana; que pasa por el derribado parque de Artillería de la calle capitalina de San Vicente y las desaparecidas unidades paterninas del RACA 17 y el GACA XXXI, claves en la que fuera eficacísima División de Infantería Motorizada “Maestrazgo” n° 3, de la Tercera Región Militar.
Y cuando se aproximó la fecha del 4 de diciembre (como hizo la Infantería, con su Inmaculada, para el siguiente día 8 del mismo mes) se apresuraron a preparar la celebración de la festividad de la Patrona Santa Bárbara.
Mártir que está tan presente en el norte de España, por su patronazgo sobre los mineros (y en particular de los barrenadores) como en tierras valencianas; donde nuestros agricultores se acuerdan de ella cada vez que truena. Y en cuyos callejeros de los pueblos es muy fácil hallar retablos cerámicos representándola con su torre de castillo (donde estuvo encerrada) y, en sus colinas próximas, venerada en ermitas de paisajísticas vistas sobre el entorno rural.
Su iconografía es abundantísima, pero yo les recomendaría (además de en paneles callejeros y en ermitorios) tres sitios donde ir a contemplarla. Uno, en el claustrillo dórico de entrada a la Iglesia Castrense de la Plaza de Tetuán de Valencia. Donde, en el muro izquierdo, se muestra como vidriera emplomada colorista; junto a los restantes tres Patronos de las Armas militares.
Y los otros dos, curiosamente, en un mismo emplazamiento: la iglesia de San Juan del Hospital. Que fuera parroquia castrense, tras el derribo del Palacio Real durante la Guerra del Francés, hasta su traslado al ex Real Convento de Predicadores de Santo Domingo; al acoger, en 1878, la nueva sede de la Capitanía General.
Y…, ¿por qué aquí?. Por dos curiosas historias.
Por la colocación, sobre el muro (en la entrada al patio interno anexo), de una pequeña imagen pétrea suya; sacada del interior para una celebración por un grupo de Suboficiales.
La otra, por el gesto del que fuera último Capitán General y primer Jefe de la moderna (y de la OTAN) Fuerza de Maniobra: Alfonso Pardo de Santayana y Coloma. Quién tomando la preciosa talla de Santa Bárbara, por el cierre en 2001 del acuartelamiento de Artillería “Marqués de la Ensenada” de Medina del Campo (Valladolid), hizo entrega de ella a dicho primigenio templo valenciano de la reconquista.
Estando hoy la hermosa imagen entronizada en la hornacina central de su preciosa (barroca) capilla de la Comunión.
Concluyamos indicando que este 2022 ha sido decretado por el Papa Año Jubilar de Santa Bárbara, como Patrona de la Artillería, y para el que el Arzobispado Castrense ha creado una Medalla ex profeso.
Fuente: https://www.abc.es