EL ARREGLO DEL LAVADERO DEL RÍO DEL CASTILLO EN 1935

BERNARDO GARRIGÓS SIRVENT, CRONISTA OFICIAL DE XIXONA

En el límite E de la finca La Naveta a un kilómetro escaso del castillo de Xixona hacia el NO en dirección a la vecina población de Tibi se halla un pequeño acuífero que vertía sus aguas a un barranco que da origen al llamado río del Castillo, porque circunvala esta fortaleza. Estas aguas fueron aprovechadas desde la edad media por los regantes de la partida de Segorb, situada al E de la montaña de Vistabella y del Cabés del Corb.

En 1880 estos regantes solicitaron al Ayuntamiento el encauzamiento de las aguas mediante una “acequia de cal y canto” desde que las aguas vierten al río hasta la balsa del Safarig, situada a un centenar de metros al Sur del puente de Alicante, para evitar la pérdida de caudal. A cambio los regantes prometían la construcción, mantenimiento y saneamiento de 3 lavaderos públicos.

Situado el primero al N en el punto donde las aguas vierten al barranco y cercano a su nacimiento, el segundo se hallaba junto al tejar a unos 50 m al O de la Torre Blai y el tercero junto a la balsa del Safarig.

Estos lavaderos tendrán “de extensión seis metros de largaría, uno de ancho, con medio de fondo”. En este acuerdo se estipulaba que la propiedad de los mismos pasaba a ser del consistorio, por lo que su utilización era pública.

El segundo lavadero al hallarse a los pies del castillo pasó a denominarse popularmente como lavadero del castillo.

En la sesión plenaria del 26 de abril de 1935 el alcalde informaba a sus compañeros de consistorio que ante la insistencia popular y dados los buenos resultados obtenidos con la construcción del lavadero de la Font de Grau había procedido a  reparar uno de los lavaderos del río del castillo. Los concejales asistentes acordaron ratificar la gestión realizada por la presidencia destinada a mejorar la higiene de la población.

Con el estudio de los mandamientos de pago del Ayuntamiento se ha podido averiguar parte de los caudales destinados a esta obra. Se ha conseguido evaluar los gastos derivados del empleo de mano de obra procedente del paro obrero y de la utilización de algunos materiales. Los gastos de mano de obra se debían justificar detalladamente por lo que se incluye el nombre de los trabajadores y los días trabajados. Debido a estas facturas sabemos que las obras duraron desde el 8 de abril al 11 de mayo. El número de trabajadores osciló entre  los 5 y los 8 hombres que trabajaban una media de 5 días a la semana.

En relación a los gastos de materiales sólo conocemos tres facturas del día 20 de abril relativas al empleo de yeso, piedra y al alquiler de la pastera. Pensamos que este capítulo sería más abultado; pero no hemos encontrado otros epígrafes que claramente nos hablen de obras de reparación en el lavadero del castillo.

Este lavadero fue utilizado hasta mediados de la década de 1950, posteriormente su uso decayó y desapareció en el lecho del propio río.

Fuente: https://bgarrigos07.wordpress.com