ALFONSO ROVIRA, CRONISTA OFICIAL GRÁFICO DE ALZIRA
Aniversario del Grupo Martínez Cano. La familia fundadora, directivos, trabajadores y un buen puñado de amigos, celebraron el pasado 26 de noviembre el 75 cumpleaños de una de las empresas que mayor solera y proyección exterior ha dado Alzira.
La celebración del aniversario fue en la Sala Rex Natura de Alzira, presentado por María Teresa García Martínez. Pedro Martínez Motilla, abrió el acto de los parlamentos, haciendo una trayectoria histórica de la empresa; le siguió su hermana María Teresa seguidamente lo haría Josefa Gil Sancho, viuda de Alfredo Peretó, consejero que fue de la empresa. También intervinieron familiares de la tercera generación, cerrando el acto protocolario, Juan Martínez Motilla, el menor de la familia, presidente del Consejo de Administración.
Sus promotores, Pedro Martínez y Dolores Motilla, nacieron, vivieron y trabajaron en la vieja y entrañable barrida de Vila de Alzira. Residían en el número 40 de la calle Santa Lucia; Tenían de vecinas las monjas franciscanas del Colegio La Purísima, más conocido por “El Centro”; al otro lado de su vivienda, la casa de los Pardo, propietarios de la serrería enclavada en la barriada de “Les Barraques”. En la esquina siguiente, el ultramarinos de Marcos Lencina hoy casa de Alfredo Garés, alcalde que fue de Alzira y, enfrente la vaquería de Pepita Montalvá, esposa del exportador de frutas, Ramòn Flor.
El matrimonio Martínez-Motilla, tuvo cuatro hijos, dos varones y dos hembras; María Dolores, Pedro, María Teresa y Juan. El cabeza de familia, en 1945, en los años difíciles de la posguerra, decidió dedicarse a la compra de trapos viejos,para después de su clasificación, venderlos como materia prima para la fabricación de papel a empresas importantes como lo fueron, entre otras, la alcireña Papensa.
Al siguiente año, 1946, -hace 75-, amplió el negocio trasladándose a un edificio, que hasta 1936 en que fue quemado meses antes de dar comienzo la más “incivil” de las guerras; era el convento de las monjas Lucias ”Les Llùcies” y al lado el primer hospital de Alzira, que fue creado por el arcediano Pedro Esplugues, Señor de la Pobla Llarga, en 1337, donde hoy se halla la sede central de Gestión Comercial y Administrativa del Grupo Martínez Cano.
Diez años más tarde, en 1956, la empresa crece en desarrollo y realiza una nueva instalación para almacenaje, principalmente para la eliminación de residuos de los sacos de los productos de materiales para la construcción, mientras que el fundador, Pedro Martínez, dedica su tiempo a organizar la compra de toda clase de desperdicios, su esposa, Lolita Motilla, se hará cargo de los trabajos que se realizaban en el almacén.
La década de los años 60 del pasado siglo, fue una de las más interesantes para la evolución y desarrollo de los Martínez Cano. Pedro, su hijo, después de cursar estudios en la Gran Bretaña, se incorpora a la empresa, mientras que su padre viaja constantemente por la península para la compra-venta de materia prima, como los desperdicios, siendo admirado y respetado en las grandes y pequeñas empresas del mundo de la recuperación, por su seriedad comercial y formalidad. Tuvo, por otra parte, la virtud de enseñar a sus más directos colaboradores, sus conocimientos y experiencias e infundir virtudes para ser un buen empresario.
Pero su labor se vio interrumpida. El 22 de marzo de 1977, cuando a las seis media de la tarde de aquel día, en el almacén de trapos, donde antaño se ubicaba la antigua fábrica de conservas de Enrique Oria Pelayo, se hallaba pasando revista a algunas balas de mercancía, por causas desconocidas, se le vino encima una pila de tres balas, de unos 430 kilos de peso cada una, cogiéndolo debajo y aplastándole el tórax.
Pedro Martínez Cano, de 57 años de edad, a su desaparición -dicen las crónicas de la época, “contaba con muchas simpatías en su ciudad natal, por lo que su muerte causó honda impresión en todos los locales, donde era muy apreciado por su trato y carácter cordial”-.
Exportaciones a EE.UU, a Japón, Escocia o Francia
Tras la muerte de su padre, Pedro Martínez Motilla, responsable de la s,ociedad, trazó las líneas de actuación desarrollando la actividad en la importación de desperdicios de papel y textil, exportando los productos a países donde nunca nadie había llegado desde España, como Estados Unidos de Norteamérica, Japón, Escocia y Francia.
Por los conductos realizados con las fábricas de cartón ondulado y el recuerdo de su padre, Pedro Martínez Motilla, considera interesante instalar una planta en el archipiélago canario. Así lo hace, construyendo “Martínez Cano Canarias SL” en Gran Canaria y Tenerife.
Finalizada la década de los años 70 del pasado siglo. Independientemente de los almacenes de Alzira, abre locales en Paterna, Cocentaina, en 1983; en Campello (Alicante); dos en la provincia de Madrid y, en 1985, en Alcalá de Guadáira (Sevilla) y, en 1996 preparaba su apertura de otros almacenes en distintos puntos de la península.
En el 2003 se vende toda la actividad de la península y se circunscribe a lo desarrollado en Canarias. En el 2012, no obstante, regresan a su pueblo natal, Alzira, con la construcción de una planta de reciclaje de envases, “clearpet”; que en breve tiempo creará empleo a cerca de cien personas.
A todos cuantos formaron y forman el “Grupo Martínez Cano”, al recorrer juntos y muy unidos, estos caminos durante tres cuartos de siglo, les felicitamos en esta efeméride, no sin antes volver por un momento la vista atrás para retener en un grato recuerdo, a su fundador, Pedro Martínez Cano. ¡Feliz cumpleaños!. La foto que acompañamos, es de los inicios de la empresa.
Fuente: https://www.elseisdoble.com